“Nothing would be what it is because everything would be what it isn’t. And contrariwise, what it is, it wouldn’t be, and what it wouldn’t be, it would. You see?”

(Nada sería lo que es porque todo sería lo que no es. Y al contrario, lo que es, no sería, y lo que no sería, sería. ¿Ves?)

LEWIS CARROLL, ALICIA EN EL PAÍS DE LAS MARAVILLAS

“The men cry out the girls cry out

The men cry out the girls cry out

The men cry out, oh no

Oh oh! Oh!

Oh oh! Oh!

Off, off with your head

Dance, dance til you're dead (dead)

Heads will roll

Heads will roll

Heads will roll

On the floor.”

YEAH YEAH YEAHS / HEADS WILL ROLL

México, ahora bajo la égida de la 4t, se asemeja al mundo que imaginó Lewis Carroll. No tanto por ser el país de las maravillas, sino porque sus principales personajes actúan de manera contradictoria y se retrata un país de la locura, de los otros datos, un mundo al revés.

El presidente López Obrador es una mezcla entre ‘El Sombrerero Loco’, quien deja mal de la cabeza a todos a su alrededor por “los químicos” que utiliza al realizar su trabajo, y una ‘Reina de Corazones’, la cual “mata” a la menor provocación argumentando se trata de un acto de amor.

¿No soy lo suficientemente convincente? Déjenme presentarles dos ejemplos del mundo de los otros datos en el que vive el primer mandatario y al que nos quiere arrastrar todos los días. No sabemos si reír para no llorar, o llorar a mares por lo que está sucediendo, igual que cuando Alicia se toma la poción mágica que la hace gigante.

El primero

López Obrador diciendo que vivimos todo un mundo al revés porque hay una campaña orquestada contra las instituciones del Estado. ¡De acuerdo con él! Pero con un ‘asegún’ de lo más significativo: quien ha realizado una campaña integral en contra de las instituciones del Estado es… él mismo, el propio Andrés Manuel. Desde aquel “al diablo las instituciones”, pasando por el “no me vengan con el cuento de que la ley es la ley”, sin olvidar el “estar en la opacidad es el mundo ideal”, como según Adán Augusto dijo su jefe para justificar NO nombrar a los comisionados faltantes en el cuerpo directivo del INAI.

López Obrador dice que las críticas a la Sedena son una campaña contra las instituciones del Estado. Valdría la pena recordarle que es él quien ha encabezado la mayor campaña de todos los tiempos para debilitar y/o desaparecer las instituciones mexicanas, y concretamente para desvirtuar la razón de ser de las Fuerzas Armadas.

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Yacen en el cementerio cívico nacional instituciones como el INEE, las guarderías infantiles, los refugios para mujeres, el Seguro Popular, la CRE, y puedo seguirle. Hay otras heridas de muerte, como la CNDH (ok, herida de piedra), el INAI que se mantiene vivo con respiración artificial, el INE trastocado en un órgano de temerosa medianía en su actuar. La UNAM y la SCJN bajo acecho.

El descabezador de instituciones del Estado es López Obrador, alias la Reina Roja.

Y ahora, en el caso concreto relativo a Ayotzinapa y un GIEI que recién dio su último adiós a México, ¿no es pertinente recordar que no fue sino López Obrador y su movimiento los que años atrás crearon e impulsaron la campaña contra las instituciones ~del Estado ~ argumentando un sonoro ‘¡Fue el Estado!’?

¡Definitivamente nos sustituyeron a aquel López Obrador! Al menos su posicionamiento, el cual viró 180 grados; de fustigar al Estado y a las Fuerzas Armadas, AMLO ahora clama que el Grupo Interdisciplinario y ‘los conservadores’ van contra las instituciones (bueno, contra la Marina y el Ejército, que son las únicas que ultimadamente le importan al presidente).

El segundo

López Obrador pidiéndole a la DEA pruebas. Increíble o risible —para el caso da igual— le pide a una de las agencias con mayor capacidad del planeta en esos menesteres, con la tecnología de punta en el espionaje, autónoma, extranjera, independiente… pruebas.

Literal: el “ganso” tirándole a las escopetas. Ya no solo lo típico de cualquier autócrata del planeta, sino en particular de regímenes bananeros (¿o debo decir, de mundos irreales?).

¿Será que Salvador Cienfuegos, el ‘Gato Risón’, con su imposibilidad de pisar suelo estadounidense, fue quien le recomendó tan peregrina idea? Pero más allá de eso, olvida López Obrador o sus asesores, Jesús Ramírez Cuevas y Epigmenio Ibarra, alias ‘Tweedledum y Tweedledee’, que la DEA no tiene por qué o razón por la que rendirle cuentas al gobierno de México. Rendición de cuentas ante el pueblo de Mexico, a lo que por cierto, López Obrador sí está obligado y que nos ha negado un día sí y otro también para casi cualquier tema, hecho o ámbito.

Ya ni siquiera queda hacer la solicitud al gobierno de Estados Unidos de forma diplomática o apelando al trabajo que realizan ambos países en contra del crimen organizado y el tráfico de estupefacientes... AMLO, junto con su 4t, se encargaron de cortar y eliminar muchos de los programas que se tenían con la DEA en contra del CO.

En todo caso, no vaya a ser que la Agencia norteamericana le tome la palabra y termine exponiendo al gobierno de la 4t no solo como absolutamente incompetente (eso ya lo sabíamos), sino también coludido con criminales.

En el país de los otros datos, en el mundo al revés que estamos viviendo, todo es posible. Un presidente que de ser un ‘Conejo Blanco’ veloz o una ‘Oruga Azul’ sagaz, pasó a ser un ganso cansado que solo sabe graznar desde su púlpito presidencial.