“El hombre no es hombre mientras no oye su nombre de labios de una mujer.”
Antonio Machado
Desde agosto de 1962 no se habían escuchado ni transmitido tantas noticias sobre Argelia cuando se independizó y por tal motivo intentaron asesinar al presidente de Francia, Charles de Gaulle, afortunadamente sin éxito, como ahora por una persona que boxeó en las actuales olimpiadas proveniente de ese país de mayoría musulmana, que ha generado millones de comentarios en las redes sociales, a los que de ninguna manera yo me uniría, porque, sin explicarlo bien al público en general, participó como mujer y dicen que tiene cromosomas en sus células XY, que son los que tenemos los hombres, y por ese motivo, y muchos más que voy a explicar en el presente ensayo, los hombres somos realmente el sexo débil.
Que las mujeres tengan dos cromosomas XX y los hombres XY, significa implícitamente que tienen más material genético que los hombres, eso las hace más completas física, estructural, y conformacionalmente, por eso en el antiguo testamento de la Biblia, que es el libro más leído de la historia, se narra como el hombre fue creado de arcilla, y la mujer de un hueso, particularmente, de una costilla del mismo hombre.
Las mujeres en general viven más años que los hombres, y los recién nacidos que nacen muy prematuros tienen mayor probabilidad de sobrevivir cuando son mujeres que hombres.
Desde un punto de vista químico, las hormonas y muchos neurotransmisores de las mujeres son más potentes en cuanto a procesos fisiológicos, mentales y neurológicos, que los de los hombres, y esto lo explica la misma historia: Josefina era más audaz que Napoleón Bonaparte, Margarita era más fuerte que su esposo Benito Juárez, Clementine era más poderosa que su esposo Winston Churchill, y la reina Isabel II fue más fuerte que su esposo Felipe de Edimburgo, el rey de Inglaterra, de la misma manera que lo fue su abuela Victoria con su esposo el príncipe Alberto, que es más famoso por el pastel que por su reinado, por mencionar sólo algunos ejemplos de todos los que existen en la historia antigua y moderna.
El instinto materno, que es uno de los principales motores que han mantenido el desarrollo y la evolución de la humanidad, es exclusivo de las mujeres.
Después de las guerras y de los desastres naturales, son más las mujeres que participan en la reconstrucción social y moral de la ciudades afectadas, que los hombres.
Y claro que físicamente los hombres somos más fuertes que las mujeres por las mismas hormonas que inducen mayor masa muscular, eso es totalmente indiscutible, incluyendo en el físico-culturismo, en trabajos de carga como albañilería o traslado de materiales personalmente, en el manejo de maquinaria pesada, en las guerras, en el ejército, y en deportes como el futbol americano o el boxeo.