Patricia Flores Armenta es madre de dos desaparecidos en el Estado de Sonora. Mujer del pueblo, de lucha y poseedora de una voluntad inquebrantable para encontrar a sus hijos. Sentada, a lado de la imagen de la Virgen de Guadalupe y con fotos de Alejandro de 21 años y Marco Antonio de 31 años, hizo un video en el cual hace un llamado que estremece.
En tono respetuoso, le pide a los jefes de los cárteles de Sonora, Salazar y Caro Quintero, que no los maten, que no los desaparezcan; que le permitan seguir buscando a sus hijos, que no busca culpables, que no busca justicia, que lo único que quiere es traerlos de vuelta. Segundos desgarradores que ponen al descubierto el infierno que viven muchas madres y familiares de desaparecidos de los pueblos y comunidades en donde el crimen organizado manda.
Al acogerse al mecanismo de protección de personas de defensoras de los derechos humanos de la Secretaría de Gobernación tal vez esta madre salvó la vida, pero también dice que la ató de pies y manos para seguir con la búsqueda.
¿Qué lleva a una madre a pedirles, a suplicarles, a los narcos que les permita seguir buscando a sus hijos? El video expresa varios hechos importantes.
La gravedad del fenómeno. Esta madre se dirige a los jefes de los cárteles no para ganar notoriedad o seguidores. Utiliza las redes sociales y los medios para que el mensaje llegue a sus destinatarios, porque reconoce que ellos son el poder real en la región y a los que debe recurrir. Es decir, que ya cumplió su peregrinar por todas las autoridades y medios a su alcance sin resultados. Es una acción desesperada, pero quizá efectiva para encontrar a sus muchachos. Lamentablemente, si la súplica tiene éxito, otras mamás y familiares en la misma situación andarán por el mismo sendero. Hacer a un lado a las autoridades y recurrir a quien puede darle resultados, aunque sean criminales y los mismos responsables de la desaparición de sus hijos.
Desde el primer día, el Gobierno del Presidente demostró tener voluntad de atender las demandas de los familiares de desaparecidos. Creo que su preocupación es legítima y sus intenciones nobles. Alejandro Encinas, junto con su equipo de la Subsecretaría a su cargo, se metieron a fondo en resolver el problema, pero después de tres años la respuesta del gobierno ha sido insuficiente. No tengo elementos para decir que los datos que cada mes se presentan en la conferencia mañanera son incorrectos, pero los testimonios como los de Patricia Flores Armenta abundan, son hechos que no pueden soslayarse. El Secretario de Gobernación y el propio Presidente deben intervenir. ¿Cómo? Pues declarar menos y actuar más. Ningún grupo criminal tiene más recurso que el Estado.
No sólo es un asunto de justicia, sino de poder. Si el crimen organizado desplaza a la autoridad en el imaginario del pueblo, el país entrará en un túnel de muy difícil salida.
La política es de bronce.
Onel Ortiz Fregoso: @onelortiz