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Tras la elección del domingo 2 de junio no deja de sorprender y llamar la atención el reclamo de la oposición de ir al recuento de votos, incluso a la revisión casilla por casilla, tal como lo reclamó Andrés Manuel López Obrador hace 18 años.

En ese momento la elección presidencial se definió por un margen de apenas 0.56% del total de los votos emitidos, y si bien es cierto que basta un voto para definir una elección, el otro detalle fino es que la transparencia en el proceso debe prevalecer como la esencia de la democracia.

En ese momento la diferencia fue de menos de 250 mil votos, y motivó una enorme movilización que acabó por deslegitimar a Felipe Calderón como presidente de la república, pues siempre hubo una negativa de parte del sistema PRI PAN por abrir los paquetes electorales.

La amplia movilización y la legitima defensa de la democracia por parte de Andrés Manuel López Obrador le dio al actual presidente una amplia victoria moral, además de la energía para preparar la toma del poder, que se dio 12 años después, con el famoso “Tsunami Electoral”.

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Hoy se vive una nueva etapa., la candidata presidencial del movimiento fundado por el mismo López Obrador, abanderada por Sigamos Haciendo Historia, sepultó bajó una montaña de votos al bloque opositor, la diferencia es de casi 20 millones de sufragios tras el conteo oficial y aún así la oposición reclama un recuento y la apertura de las casillas electorales, para ir al voto por voto.

Los hechos son que Claudia Sheinbaum le ganó con 35 millones 800 mil votos, a Xóchitl Gálvez que tuvo 16 millones 400 mil votos, y aún así la candidata electa le dice al bloque opositor que adelante, que abran los paquetes, que se haga el recuento de votos.

Lo interesante es que lejos de caer la ventaja, tras el conteo oficial, la ventaja de Claudia Sheinbaum creció en una proporción de más de 2 millones 500 mil sufragios.

Naturalmente que la expectativa de ese recuento reclamado por la oposición es que la enorme distancia entre una y otra candidata baje, y que esto les de mejores condiciones en el reparto de las diputaciones federales. El detalle es que el recuento puede operar en su contra y mostrar un desastre mayor para la oposición.

La victoria de Claudia Sheinbaum aquí la hemos comparado con una poderosa avalancha, algún representante de la oposición, equiparó su efecto con un terremoto, que dejó en ruinas al PRIAN, lo que implica la necesidad de reconstrucción.

Ahora en los escenarios de las elecciones locales hay dudas severas, los casos de la elección en jalisco y Hermosillo son parte de ese fenómeno.

En el caso de Hermosillo se maneja una victoria con niveles récord de votación para el candidato del PRIAN, Antonio Astiazarán que alcanzó 150 mil votos, frente a 123 mil de su competidora María Dolores del Río Sánchez.

En el caso de Jalisco está en disputa la gubernatura, Pablo Lemus fue declarado vencedor, por encima de Claudia Delgadillo; el 41,89% de los votos se registran para el candidato a gobernador del Movimiento Ciudadano, en tanto la Morenista tiene el 38,09%.

En ambos casos se reclama el recuento de los votos, la apertura de las casillas y al final que quien ganó sea reconocido.

El presidente Andrés Manuel López Obrador lo dijo con toda claridad en su conferencia del miércoles 5 de junio “quien nada debe nada teme”, y pidió abrir la totalidad de los paquetes electorales en la elección presidencial, a pesar de que Claudia Sheinbaum tiene más de 35 millones 800 mil votos, por 16 millones 640 mil de Xóchitl Gálvez.

La pregunta aquí es ¿si se puede hacer el recuento en la elección presidencial a pesar de la abismal diferencia, porque no hacerlo en una estatal como es Jalisco, o más sencillo aún en una municipal como la de Hermosillo?

El voto por voto debe ser parejo.

Correspondencia a demiandu1@me.com