De no ser por tantas injusticias o polémicas que ha generado el método que organiza la dirigencia de Morena a través de la Comisión Nacional de Encuestas, el juicio o la evaluación final -mediante la toma de decisiones del partido- sería solo un proceso democrático. Es decir, si realmente hubiese una prueba irrefutable confiaríamos en el criterio que utilizan para designar puestos de elección popular. Sin embargo, es tan sencillo: los mecanismos que maneja el órgano interno del partido no son confiables salvo para quienes los aplican.
El problema de ello es que no sabemos en qué condiciones se aplica, ni mediante qué circunstancias se levanta una consulta porque los parámetros se encumbran o terminan socavando en un archivo que se envuelve en un misterio sin que sean exhibidos a la luz pública en el afán de poder legitimar los resultados que, a la postre, serán los que verdaderamente tengan validez, al menos en la democracia.
Es todo un enigma las formalidades que utiliza el órgano interno de Morena ya que, para efectos de transparencia, dejan muchas dudas y sospechas, máxime porque la realidad nos ha demostrado que las encuestas que organiza, planea y pone en práctica Morena, simplemente no son confiables, empezando por casos particulares en los ejercicios del 2018 y 2021 donde claramente hubo injerencias para revertir un resultado. En otras palabras, las reglas del proceso interno son fácilmente manipulables. De hecho, nos hemos percatado de aspirantes que ganan todas las encuestas de instituciones de prestigio y, sorprendentemente, pierden la interna.
El hecho es que, esa situación, tiene que modificarse para que Morena fije reglas de participación claras, sobre todo porque se acerca un proceso electoral clave en 2024 y, gran parte de esas decisiones, tienen que tener, legítimamente, un fundamento sólido que justifique a quienes favorecieron los instrumentos que se aplicaron. En otras palabras, que sean criterios objetivos y democráticos, incluso ajenos a cualquier conflicto de intereses con el propio partido.
Por el bien de la democracia y de la transparencia la elección primaria sería, como primera opción, la vía o el camino más claro para tomar decisiones, sobre todo porque abriría la brecha a la consagración de un criterio donde se respete la voluntad del pueblo. Por ello, Morena no debe ser, en ese sentido, juez y parte de la contienda ya que desde adentro puede venir una manipulación que otorgue ventaja a alguien en específico, tanto como para inclinar la balanza o sesgar el ejercicio.
Por ello, Morena debe abrir cancha y adoptar otro tipo de alternativas que deje satisfechos a los aspirantes presidenciables, pero sobre todo al pueblo de México dado que no existe, en este momento, una certeza de que el proceso se lleve por el cauce democrático. No basta, por experiencia, que nos vendan la idea de que habrá pluralidad; hay muchos casos donde se han gestado la imposición.
Así pues, el ejercicio está en una etapa medular donde los presidenciables pueden alcanzar acuerdos importantes en los que se fijen reglas de participación claras. Ésta es la clave para mantener la unidad y evitar pugnas internas. Si esto ocurre así, no hay duda que Morena ganará la elección del 2024; para que eso suceda tiene que haber voluntad para poder alcanzar consensos.
Y, en un escenario en el que la elección primaria pase a segundo término por acuerdo de los cuatro aspirantes presidenciales, la encuesta será la que ocupe el papel determinante. Sin embargo, no hablamos de cualquier encuesta como a la que nos hemos enfrentado, sino a un mecanismo totalmente ajeno al órgano interno del partido. Es decir, a metodologías de gran prestigio y calidad en los servicios que ofrecen.
Por supuesto hablo de casas encuestadoras que llevan años brindando un trabajo transparente que no deje margen ni dudas. Pueden ser las diez mejores evaluadas en el Ranking y, tras esa elección, poner en marcha el método de insaculación para que fortalezca más la democratización y la toma de decisiones. Que sean, desde luego, a la vista de todos, incluso convocando a los aspirantes a la presidencia para atestiguar el sorteo de quienes serán las instituciones encargadas de levantar los cuestionarios.
Siendo así, el proceso alcanzará un ejercicio plural. Y no solo dejará satisfechos a quienes participen, sino que legitimará al abanderado que represente a Morena en las elecciones del 2024. Es tan sencillo: elección primaria o encuestas bajo el escrutinio del método de insaculación.
Notas finales
Vaya poder de convocatoria el que provocó la presencia de Ricardo Monreal en su tierra natal. Nos cuenta que, en medio de esa efervescencia, una multitud abarrotó un espacio público de la capital de aquella entidad federativa. Fue el marco perfecto, incluso para revivir aquella histórica etapa donde el ahora coordinador de los senadores de Morena ganó la elección en 1988. De hecho, hay una semejanza con lo que ahora se vive pues a pesar de que a Monreal le reconocieron su legítimo derecho de participar, no hay un piso completamente parejo. Es decir, lucha contra la adversidad como en aquella época misma que fue capaz de superar con resistencia.
Esa misma firmeza fue la que lo llevó a que el presidente Obrador le reconociera su derecho histórico y legítimo. Por consiguiente, Monreal es un serio aspirante a suceder al mandatario federal. O sea, un hecho similar a lo que pasó en 1998 donde Ricardo hizo posible lo que parecía titánico.
Incluso, él mismo recordó que en 1997-1998 los zacatecanos desataron un movimiento social en el estado que lo llevó a ser gobernador. Expresó que esta vez “vamos a lograr salir adelante con pasión, con inteligencia, con prudencia, con talento”.
Por eso, agregó, “este día que estamos en Zacatecas, quisiera expresarle al pueblo de Zacatecas, contundentemente: que ni nos vamos a dejar, ni nos vamos a rajar. Vamos a morirnos en la raya por el bien del país”.
“Quienes creen que hasta ahora he decidido participar en la sucesión presidencial, están equivocados. Quienes creen que hasta hace unos meses decidí participar en la sucesión presidencial, están ausentes de conocimiento”, sentenció.
Él ha dicho que está preparado para lo que viene “y por eso aquí frente a mis paisanos en Zacatecas, frente a mis paisanas, les comento y les comunico que he decidido luchar para ser presidente de México”.