“Me ha herido recatándose en las sombras,
sellando con un beso su traición.
Los brazos me echó al cuello y por la espalda
partióme a sangre fría el corazón.
Y ella prosigue alegre su camino,
feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué?
Porque no brota sangre de la herida.
Porque el muerto está en pie.”
GUSTAVO ADOLFO BÉCQUER
“Se puede estar enamorado de varias personas a la vez, y de todas con el mismo dolor, sin traicionar a ninguna.”
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ
Patético. Nuestro presidente, el que invoca el principio de no intervención a contentillo, en este particular caso ha decidido ignorarlo. Ofendiendo al pueblo brasileño (ya no se diga al gobierno de ese país) decidió felicitar a Luiz Inácio Lula da Silva por su triunfo… en la primera vuelta electoral de las elecciones presidenciales de Brasil celebradas ayer. Así las filias y fobias ideológicas de nuestro ejecutivo federal.
Sí, a segunda vuelta va Lula contra el actual mandatario, Jair Bolsonaro. Lejos de todo pronóstico, la primera vuelta electoral resultó muy cerrada; ganó Lula da Silva por una mínima ventaja. La diferencia fue tan solo de cuatro puntos (Bolsonaro 43.62% y Lula 47.95%) y, al no alcanzar ninguno el 50%, van a segunda vuelta comicial. Tendremos que esperar al 30 de este mes para la definición final.
El hecho es que las elecciones en esa nación tienen al mundo entero viendo cómo dos populistas se disputan el poder.
Al inquilino de Palacio Nacional poco le importan las formas y eso de no entrometerse en los asuntos de otros países es según sus gustos; aquí se saltó los tiempos y el resultado final para felicitar a Lula anticipadamente.
Pero no ha sido lo único. Días antes, López Obrador envío al presidente de su partido, Morena, a convivir con da Silva y su equipo de campaña del Partido del Trabajo de Brasil. A costa del PT brasileño (al menos eso dicen aquí en México, espero pronto se sepa quien pagó el viaje y la estancia), Mario Delgado fue a tierras brasileiras para hacer un recuento de lo que sucede en esas latitudes y narrar cómo se llevan a cabo las elecciones en el país de la verde amarela.
Más allá de si lo invitó el PT brasileño o el viaje lo pagaron nuestros impuestos, ¿qué hace Mario Delgado en aquel país? ¿En serio es para hacer el recuento de las elecciones? No. En realidad va (fue) en representación de López Obrador.
Lo anterior me lleva a decir: si el canciller Marcelo Ebrard sabe contar, mejor que no cuente con Delgado.
Como todos sabemos, en algún momento Mario Delgado fue incondicional de Marcelo Ebrard. Pero el hoy dirigente de Regeneración Nacional ya probó las mieles de la 4T y se irá solo con lo que diga López Obrador —o, eventualmente— Claudia Sheinbaum…
Hasta ahora, Delgado ha resultado ser muy efectivo para la 4T; ha obtenido todo lo que López Obrador le ha pedido. Y en estos momentos le toca establecer una alianza con Lula, lo que no es peccata minuta. El mensaje es claro y contundente para Ebrard.
Ebrard había sido el indiscutible representante de López Obrador en el exterior. Sea el funeral de la reina Isabel II, de Shinzo Abe en Japón o la toma de protesta de nuevos presidentes como el caso de Boric en Chile y Petro en Colombia. También como el negociador de las vacunas, pipas de gasolina (por cierto, ¿dónde están?) y quien tiene que esgrimir en el seno de la ONU las ocurrencias de López Obrador.
Así que, ante la propuesta de que Claudia Sheinbaum es la corcholata elegida y que el piso electoral dentro de Morena evidentemente NO es parejo (recordemos cuánto tiempo tardó Delgado en presentar los “resultados” del cónclave de Morena o las encuestas para decidir a los candidatos de su partido para gobernadores), se requiere empezar a esbozar sus alianzas a nivel internacional. Como la jefa de gobierno capitalino por el momento no puede viajar a este tipo de eventos, qué mejor que empezar a construirlas con quien ya es de su equipo y lleva por nombre Mario Delgado.
La esfera internacional era territorio de Ebrard, en este caso está siendo para Morena y Morena se está inclinando por Claudia. Nuestro secretario de Relaciones Exteriores se tendrá que conformar con un desatinado tuit (casi tan ridículo como el de AMLO), felicitando a Lula por este —no definitivo— triunfo.
Seguramente Mario Delgado ya piensa en el 2024; esto es, en términos de qué cargo solicitará a la posible presidenta (entiéndase a López Obrador, pues hay eso del poder tras el poder).
Como sea, Delgado “ya se vio”. Tal vez emulando a Ebrard quiera para sí la secretaría de Relaciones Exteriores o quizá solicite Hacienda (digo, ya conocemos de las cuentas que presentó cuando fue secretario de Finanzas con Ebrard como gobernante del DF).
Marcelo empoderó a Mario Delgado, pero eso hoy no garantiza que le sea fiel o vaya interceder por él para inclinar o ajustar la balanza morenista en favor del canciller.
Delgado, tan solo juega y crece porque se acerca a la fuente obradorista. Este viaje a ver cómo transcurren elecciones en Brasil es tan solo el preludio de que Mario traicionará a Marcelo. Ya empezó al invadir su esfera de influencia; el resto, lo vemos todos los días.