“Si ya saben como soy, para qué me invitan”, algo así le dirá a los poquititos arrepentidos de su voto por Trump. Sabemos que Estados Unidos es un país de transiciones que va entre el socialismo, bastante suave, de los demócratas al capitalismo moderado de los republicanos. El gran problema de los vecinos es que el cambio ha sido muy rápido en los últimos ocho años, de Obama a Trump, de Trump a Biden y de Biden a Trump.
Le voy a poner un ejemplo sencillo. Imagine que finalizando el mandato de Obama usted diseñó los baños de un lugar público. Estos baños debían tener un baño de hombres, uno de mujeres, un familiar y uno multigenero. Llega Trump y volvemos a hombres y mujeres, se va Trump volvemos al principio reduciendo el gasto pues ahora solo se hacen baños multigenero y ahora con Trump volvemos a hombres y mujeres. Así han sido los cambios para la sociedad norteamericana.
Con Biden los impulsos guerreros de Estados Unidos se fueron para Ucrania, con Trump se van a la frontera sur porque por ahí pasa un gran porcentaje de lo “malo” que afecta a Estados Unidos. México y sus cárteles son lo mas peligroso del mundo y es una guerra “ganable” porque esta cerca y porque imagino que los estadounidenses ya lograron tener toda la información necesaria para vencer a la mayoría. Como dicen los estrategas en escuelas de negocios gringas “quick win”.
Con Trump se aplica la regla del castigo, aranceles si no me hacen caso. El problema de los aranceles es que tiene un efecto backwhip o autolatigazo para los estadounidenses porque si México y Canadá dependen mucho del comercio con los estadounidenses, los clientes de estas exportaciones también dependen de un precio competitivo de los vecinos que subiría al momento del castigo de los gringos.
Desde hace mucho tiempo el mercado mexicano debió de haber buscado clientes fuera de los Estados Unidos para tener un brazo de negociación para poder soportar este periodo de ajuste entre mandatos presidenciales de los Estados Unidos. Seguramente no lo hicieron y apostaron que un candidato y luego candidata muy débil se enfrentará a Trump que tenia a los tradicionalistas de su lado.
Sobre la soberanía, créame que, si usted le pregunta a la gente de la frontera noreste sobre la intervención de los Estados Unidos para que puedan vivir una vida tranquila, dirían que si sin chistar pues es algo que viven día a día y que puede ser que estén acostumbrados a eso.
Muchos dirían que esa violencia es culpa de la 4T sabiendo que esto se recrudeció en tiempos de Calderon cuando se le ocurrió lanzarse en una guerra sin prepararse contra los carteles que al final no sirvió para mucho.
Lo complicado para los gringos no sería tener una intervención sino desarticular toda la corrupción para el negocio de las drogas que existe del lado americano. Para que haya consumidores tiene que haber producto para que haya producto tiene que haber una red de distribución del otro lado y autoridades estadounidenses metidas en el negocio. Si empiezan con eso desde el otro lado seguro se disminuye todo esto y el nuevo enemigo sería otro país que supla la demanda que suponen se surte desde México.
Si Trump llega a “eliminar” a los enemigos “populares” de los Estados Unidos se tendrán que poner a trabajar en cosas de desarrollo real. Lo bueno para Trump es que su mandato solo durará 4 años y no se puede reelegir. Lo interesante viene después de esto.
Habría que ver que candidatos están desarrollando para las próximas elecciones de ambos lados. Del Demócrata se ven un poco secos, del Republicano en el gabinete hay varios, pero para la tranquilidad de los anti radicales, Elon Musk no puede ser presidente. Piensen en Robert Kennedy Jr por ahí debe de ir la tirada.
¡Ánimo y pensemos que en marzo ya sabremos cómo estarán realmente las cosas!