Dicen que el hilo siempre se rompe por la parte más delgada. Los sobrecargos de la línea aérea más grande, no solo de los Estados Unidos de Norteamérica, sino del mundo entero, la han emplazado a huelga; sí, nos referimos a American Airlines.
Tuve la oportunidad de hablar con un sobrecargo de dicha línea aérea, quien me comentó los pormenores, y resultó muy interesante conocer desde adentro cuáles son sus condiciones laborales, y qué es lo que le están pidiendo a la aerolínea.
Para empezar, obtuvieron un histórico 99.47% de la votación a favor de emplazar a huelga, que denota el hartazgo de la clase trabajadora, agremiada a la Asociación de Sobrecargos de Vuelo Profesionales (APFA por sus siglas en inglés), que representa a poco más de 26 mil tripulantes de cabina.
Dejemos claro: es un emplazamiento, es decir, aún no han estallado la huelga, sino que le han avisado a la aerolínea que en caso de no llegar a un acuerdo en un lapso determinado, estallarán la huelga, porque ya están cansados.
Llevan 4 años con las mismas condiciones laborales, o sin contrato, como ellos mencionan. El enojo viene a colación porque en el caso de los pilotos de la línea aérea, la semana pasada aprobaron un nuevo contrato de trabajo, con el que tendrán una compensación de más de un 46%. Esto se traduce en que durante cuatro años recibirán por concepto de salarios y beneficios diversos 9 mil 600 millones de dólares.
En Estados Unidos son muy comunes los contratos multianuales, a diferencia de nuestro país que suelen renovarse cada año, cuando tienen contrato. La queja de los sobrecargos versa que ellos ya llevan 4 años sin contrato, y que el último salario base lo negociaron en 2014, el cual es de $27,300 dólares al año, menos los impuestos correspondientes; si hacemos la conversión a pesos mexicanos, estamos hablando de un salario anual aproximado de $464,100 pesos, es decir que en promedio son salarios de $38,675 pesos al mes, esto sin tomar en cuenta que faltan los descuentos correspondientes.
Considerando el costo de vida en los Estados Unidos, puedo decir que ganan muy poco. Por ello no es nada descabellado el aumento que pretenden del 35% en el pago por hora, así como un aumento al año en el salario del 6%, durante los próximos tres años. El plazo que tiene la compañía American Airlines es de 30 días; deberá decidir si acepta las peticiones de sus sobrecargos o las rechaza. En caso de que la empresa no quiera, evidentemente lo que sigue es estallar la huelga.
Es un hecho, las operaciones aeronáuticas han seguido creciendo en todo el mundo. Sabemos que en el caso de controladores y pilotos en Estados Unidos hay una escasez de estos profesionales, por lo tanto las compañías aéreas están ofreciendo, por lo menos a los pilotos, sueldos más atractivos, pero en el caso de los controladores de tráfico aéreo, al contrario, los salarios están precarizados.
Esto mismo ocurre ahora con los sobrecargos, y ellos no entienden la lógica de su empresa, pues me estaban comentando que después de la pandemia, American Airlines ha ganado cerca de 19 billones de dólares, y a ellos los tienen en las mismas condiciones adoptadas para ahorrar.
Analicemos: en Estados Unidos, a raíz de las políticas neoliberales de Ronald Reagan, el número de sindicatos en dicho país comenzó un declive; entre 1980 y el año 2000 la caída fue de alrededor del 23.2%
De hecho, la política laboral del vecino país del norte es: “mejor sin sindicatos”. El capitalismo tan agresivo prefiere no tener leyes laborales “atávicas”. Para ellos, es un error tener un sistema como el de nuestro país, que cuando te corren, nuestra ley laboral protege al trabajador y le dan una indemnización; en cambio en aquellas tierras de la libertad, si te despiden, te vas con las manos vacías (o con una caja de cartón con tus pertenencias, como en las películas).
El emplazamiento a huelga por parte de los tripulantes de American Airlines no es un fenómeno aislado, sino que se viene a sumar al que hacen otros trabajadores, como los de Google, Amazon, Starbucks, Apple y ahora la huelga del Sindicato de Guionistas de América (WGA). Esto nos habla de que el país más poderoso del mundo está pasando por una severa crisis, en la que las multinacionales, y las grandes empresas, no quieren compartir sus ganancias con los trabajadores.
Este es básicamente el punto de partida de los trabajadores aéreos de la aerolínea más grande del mundo. Ellos soportaron agresivos recortes a sus salarios y prestaciones, así como a su personal. La aviación claramente se está recuperando y es más que evidente que American está teniendo ganancias; y es que no hay día en que la aerolínea no anuncie una nueva ruta.
Debemos tener claro que no se trata de “despelucar” a los empresarios, sino que se reconozca que las ganancias que obtienen no aparecen por “obra y gracia del espíritu santo”, sino que es consecuencia de la labor y del compromiso de sus empleados, que son la fuerza de trabajo.
Lo he dicho en muchas ocasiones: los grandes empresarios necesitan de la fuerza de trabajo de sus empleados para hacer crecer sus empresas; sin esta fuerza laboral, el empresario solito con su empresa no es nada. Por eso cuando una compañía obtiene ganancias, no es únicamente gracias al sudor de su CEO, sino a la labor de todos y cada uno de sus trabajadores; por eso piden mejoras salariales.
Sin embargo, la mayoría de los dueños de las grandes empresas no quieren repartir el dinero ganado, porque creen que si tuvieron ganancias fue debido a su gran genio e intelecto en el manejo del negocio, despreciando a sus trabajadores; de hecho (sí, voy a exagerar) si no tuvieran que regular el trabajo y pagar salarios, para muchos de ellos estaría excelente.
Ya pasamos por una revolución industrial, en la que los trabajadores eran esclavos explotados en las fábricas, y gracias a que muchos de ellos levantaron la voz, comenzaron a gestarse los derechos laborales. Labor importante la que hicieron los nacientes sindicatos, que le ponían un tope a la avaricia de los patrones. No sé sí en los Estados Unidos estén viviendo una “segunda revolución industrial”, pero será muy interesante observar cómo se comportan estos movimientos laborales.
Por lo pronto estaremos atentos a la respuesta de American Airlines a las peticiones de sus sobrecargos, para ser testigos de esta historia. Mientras, toda nuestra solidaridad a los sobrecargos de American, a su sindicato, la Asociación de Sobrecargos Profesionales y a Julie Hedrick, presidenta nacional de APFA.