“Sara comprendió por primera vez que se estaba adentrando en un mundo peligroso, sombrío, un mundo en el que una dulce niña podía ser infectada por un ser maligno y convertirse en una fuerza demoledora”.
FERNANDO TRUJILLO SANZ
Habiendo segunda vuelta
En Colombia ganó la presidencia Gustavo Petro. Primer candidato de izquierda que llega a la máxima investidura en su país. A partir de este 7 de agosto morará la Casa de Nariño, residencia oficial de la presidencia colombiana. Para no pocos, todo apunta para ser otra nación de la región que pase a estar en manos de demagogos populistas.
Su triunfo se dio en la segunda vuelta. Usualmente, cuando se llega a este escenario —el de la segunda vuelta electoral—, las diferencias entre los dos contendientes tienden a ser importantes. Llama la atención que en este caso, en cambio, el resultado fue reñido. Gustavo Petro ganó con el 50.44% (11,281,002 votos) y Rodolfo Hernández quedó con un 47.31% (10,580,399 votos).
Otros líderes del estilo
Los líderes latinoamericanos tardaron más de un día (más de un mes en el caso de México) en felicitar a Joe Biden por su triunfo. En el caso del colombiano, este recibió felicitaciones por teléfono y redes sociales a las cuantas horas de cerrarse los cómputos electorales.
Los presidentes de Argentina, Chile, Cuba, México y Venezuela felicitaron de inmediato a Gustavo Petro, de la coalición Pacto Histórico.
Para variar, López Obrador deformó la historia de ese país en su felicitación. Esta inició con que “el escritor José María Vargas Vila relataba que los dictadores de su país ‘mojaban en agua bendita su puñal antes de matar’”. Su diatriba termina en un tercer tuit donde por fin felicita al colombiano… El tabasqueño hizo de lado un detalle no menor: Petro antes había sido guerrillero y dicha guerrilla también mataba —no importa si para ello mojaba su cuchillo o no—.
¿Quién es Petro?
Petro formó parte de la guerrilla del M-19, la cual se constituyó después de las elecciones presidenciales de 1970. Por su militancia y actividad en la misma, estuvo en la cárcel hasta que, en el gobierno de Virgilio Barco Vargas (1989), habiendo dado fin a dicha guerrilla, liberó a sus antiguos integrantes.
Más tarde, Petro llegó a la política fundando con otros exguerrilleros la Alianza Democrática M-19. Obtuvo una curul en la Cámara de Diputados de esa nación. Fue el representante del distrito de Cundinamarca en 1991.
Después estuvo como agregado diplomático en Bélgica y regresó al Congreso como senador del 2006 al 2010. Del 2012 al 2015 fue alcalde de Bogotá. En ese entonces fue destituido por el procurador Alejandro Ordoñez, mas Petro logró que —en un fallo histórico de la Corte Interamericana de Derechos Humanos— lo restituyeran en el cargo.
Hay similitudes y también diferencias
Hay profundos paralelismos con la historia de López Obrador, pero también diferencias. En el caso de Petro, este aceptó el proceso anteriormente referido dentro del marco de la ley; y cuando lo destituyeron apeló a una institución superior para que resolviera.
Petro había perdido las elecciones presidenciales en el 2018 contra el hoy presidente Duque, pero en ningún momento llamó a las manifestaciones o a llamarse presidente legítimo… tan solo continúo laborando como senador (algo interesante para cualquier democracia, al segundo lugar de las presidenciales, le dan un escaño en el senado).
Sin llegar a niveles como el de “abrazos no balazos”, Petro ha sido criticado (mismo por sus correligionarios) de proponer abrir las puertas de las cárceles a los corruptos ahí recluidos. Que Petro haya propuesto el “perdón social” para este tipo de delincuentes, levanta serias dudas sobre la pelea contra la corrupción. Pero, en fin…
Gustavo Francisco Petro Urrego se ufana de escuchar y prestar atención a lo que se le dice, aunque no esté a favor de ello. También de ser economista y de poseer una maestría en Administración Pública (tanto la carrera como su maestría, las terminó en tiempos acordes a lo señalado en los respectivos planes de estudio).
La primera dama
A la esposa de Petro, Verónica Alcocer, se le conoce por haber realizado un comentario machista y denigrante sobre las mujeres en el periodismo. Afirmó que a las mujeres periodistas colombianas “les va bien porque todas entran de reporteras y todas terminan en lo mismo, casándose con los dueños. Por eso entran ahí”. Como si el crecimiento de las colombianas en el periodismo se diera exclusivamente por relacionarse con hombres que poseen las empresas donde trabajan.
Si bien el comentario le trajo serios cuestionamientos por parte de las periodistas colombianas, la verdad es que tampoco impactó mucho a su esposo.
Cabe mencionar que la sincelejana, sin ser influencer, ya tiene un hashtag #YoSoyTuAmiga y, sin ser política, ya visó: mi misión actual “no es campaña, así suene y se vea como campaña, pues desde antes tenía el interés de iniciar mi propio proyecto para ayudar a la comunidad y ser ejemplo de empoderamiento de las mujeres”. Veremos en qué terminan sus aspiraciones no políticas y sin campaña, pero que son políticas e implican campañas…
La vicepresidenta
En esta elección resalta algo único. Francia Márquez, la próxima vicepresidenta de Colombia, será la primera mujer afrodescendiente en el cargo. Una reconocida líder social y ambiental. Por sus luchas ha sido condecorada con diversos premios: Premio Nacional a la Defensa de los Derechos Humanos (2015), Premio Goldman para el medioambiente (2018) y, en 2019, la BBC la catalogó como una de las 100 mujeres más influyentes del mundo (ha sido descrita como: “una líder formidable de la comunidad afrocolombiana”).
Hay que destacarlo: Francia inició trabajando como trabajadora doméstica y más tarde se abrió camino para estudiar leyes. Se ha especializado en defender los derechos de su región. Su discurso de aceptación, después de triunfar en las votaciones, se puede considerar sobrio y acertado. Dijo seguirá viendo por los derechos de los afrocolombianos y por una mayor unión social en Colombia.
Importante petición
El 50.44% de los colombianos, en una división muy marcada, se ha dejado seducir por el populismo que Petro representa. El resto de la población aboga porque no se caiga ni en la demagogia ni en el extremismo.
En ese sentido vale la pena recuperar las palabras de excandidato presidencial perdedor de la Coalición “Equipo por Colombia”, Federico Gutiérrez: “Petro, espero que su gobierno no sea el reflejo de su campaña. Que su presidencia dure cuatro años y no más. Que respete la propiedad privada, la libre prensa, la iniciativa empresarial, el ahorro de los colombianos, a los opositores y a quienes pensamos muy diferente a usted”.
Ojalá, por el bien de Colombia, Petro recuerde que gobierna para todos, no solo para unos cuantos. Ojalá los colombianos no tengan que “chupar codo” y se impulse una izquierda de vanguardia y no simple demagogia. En estos momentos hay pocas certezas, lo que sin duda genera dolores de cabeza.
Los augurios no son esperanzadores. ¿Y luego, pronto con Brasil?, donde todo indica que ganará Luiz Inácio Lula da Silva, completa los elementos para que se arme en grande una nueva época perdida para América Latina. Sinceramente espero que no; que me callen la boca.