El quinto informe de gobierno que por mandato constitucional el presidente rendirá el próximo primero de septiembre debe ser una rendición de cuentas sobre el estado que guarda la administración pública federal, no de retórica ni de buenos propósitos, intenciones u objetivos que no se cumplieron.
Nunca el pasado será mejor, pero cuando así fue, hay que decirlo, no para construir una calca barata de lo que era, pero sí para armar una alternativa a la regresión de la supuesta esperanza que resultó en un fracaso.
Malos, pocos o nulos
Los resultados de la administración lopezobradorista han sido muy magros, en algunos temas, incluso, ha empeorado drásticamente la situación, más allá de lo que diga la propaganda gubernamental, los buenos resultados simplemente no existen.
Combate a la pobreza
Se cancelaron programas sociales que cumplían con su función y fueron sustituidos por programas clientelares y mal enfocados que no tienen ni siquiera un seguimiento adecuado para evaluar el impacto que tienen en realidad, pero que alimentan la narrativa de AMLO, aunque en su mayoría sean un rotundo fracaso.
De 1995 a 2018 la tendencia de la pobreza extrema fue a la baja, raquíticamente, pero disminuyó, mientras, según datos del Coneval e INEGI, en los primeros tres años de este gobierno la pobreza aumentó en 3.8 millones de personas. Entre 2018 a 2020, 2.1 millones de mexicanos pasaron de pobreza a la pobreza extrema, a pesar de los programas sociales. En el Informe de Evaluación de la Política de Desarrollo Social 2022, el Coneval, señaló que la cantidad de mexicanos pobres pasó de 51.9 millones a 55.7 millones, o del 41.9 al 43.9 por ciento del total de la población.
Combate a la violencia
De acuerdo con la narrativa presidencial, la política social era la base de la estrategia para reducir la violencia. Se dijo que el flagelo se vinculaba a las carencias y que al ser atendidas se disminuiría el problema. Luego desapareció a la Policía Federal y redujo el presupuesto para las policías estatales y municipales al grado de que en algunas entidades desaparecieron.
La propuesta del gobierno de AMLO fue crear una Guardia Nacional de corte militar o, en otras palabras, militarizar la seguridad pública. Una pésima estrategia. Las cifras oficiales revelan datos preocupantes en violencia, crimen organizado e impunidad, que crecen y amenazan la paz, la estabilidad y el bienestar de los mexicanos.
De acuerdo con datos de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, de diciembre de 2018 a julio de 2023 se registraron 160 mil 361 homicidios dolosos en México. La cifra ya superó el sexenio de Enrique Peña Nieto y aún falta más de un año para que concluya la administración. Si a esto se suma la desaparición de más de 100 mil personas y el dramático ascenso en feminicidios y asesinato de periodistas, los resultados en seguridad son los peores de la historia.
Salud y alimentación
Se cancelaron instituciones y programas como el Seguro Popular que venían dando buenos resultados para sustituirlos precipitadamente por otros sin estructura ni planeación como el caso del INSABI, un experimento costoso y que no funcionó y ahora el IMSS Bienestar dando tumbos.
Con el argumento de que en el sector existía una terrible corrupción se cancelaron los esquemas de adquisición y distribución de medicamentos y se afectó la prestación de servicios hospitalarios, incluyendo los programas nacionales de vacunación.
El sistema evidentemente no era perfecto, pero de acuerdo con datos duros, de 1995 a 2018, se logró avanzar en la cobertura de la demanda de los servicios. En 1995 más del 58% de la población no tenía acceso a servicios de salud y para 2018, la cifra de carencia disminuyó al 16%.
Sin embargo, según Coneval en este sexenio la población sin servicios médicos subió al 28%, es decir el 12% de la población perdió ese derecho. Los hospitales sufren por desabasto de medicamentos, materiales y equipos y lo peor, los niños con cáncer se quedaron sin tratamientos ni atención.
En materia alimentaria, el gobierno del presidente López Obrador regresó a un esquema de control estatal de la comercialización de productos del campo y creó Segalmex, una copia mal hecha de lo que fue Conasupo. La empresa creada por AMLO, además de no cumplir, registró el fraude más grande de la historia, más de 16 mil millones de pesos que nadie sabe y nadie supo a dónde pararon, y que ha generado carencia de productos básicos para la población de más escasos recursos.
AMLO también acabó con políticas públicas del pasado que mal que bien funcionaban y cumplían con el objeto social para las que fueron creadas en otros sectores como la educación, la energía y las telecomunicaciones con resultados desastrosos.
El día del informe será un buen ejercicio analizar lo que escuchamos, si se trata de datos duros y comprobables o termina siendo una puesta en escena con la retórica de siempre.
El nefasto pasado, lo que nos alentó aún cambió ¿empeoró? Sin duda.
Twitter: @diaz_manuel