La desconexión de las élites rapaces y ladronas con la realidad de México y el resto del mundo es aterradora.
No hace mucho tiempo, durante la fracasada campaña presidencial del prófugo Ricardo Anaya, alias “Ricky Riquín Canallín”, el ex candidato panista señaló que el petróleo “era cosa del pasado” y que lo de hoy eran las “energías limpias”.
El presidente expuso la necedad de esas palabras durante su campaña y arrasó al candidato que soñaba con que todos los mexicanos manejaran un Tesla. Ahora, con la información que se difunde en agencias cómo AP, nos enteramos que ante la crisis energética que se avecina en el crudo invierno que se vive cada año en el norte de Europa, se está arrasando con los pocos bosques que quedan en el “viejo continente”.
Además de la tala furtiva, se han reportado robos de leña, altos precios y hasta estafas en venta del material ígneo.
Los precios del gas natural se han triplicado desde el inicio del conflicto entre Rusia y Ucrania de inicios de año, además de las sanciones que la Unión Europea ha impuesto en el país de Vladimir Putin. Por este motivo, muchas personas están buscando fuentes “alternas” de calefacción, cómo chimeneas, estufas de carbón y otras energías sucias.
Cómo las “energías renovables” difícilmente funcionan en climas extremos cómo nevadas y heladas, Europa se encuentra sumida en una fuerte crisis que demuestra nuevamente lo acertado de las políticas gubernamentales que buscan llevarnos a la eventual soberanía energética, misma que México ya tenía asegurada antes de la criminal Reforma Energética de Enrique Peña Nieto y sus comparsas. De la que nos salvamos.