En política las transferencias de poder siempre se rigen por aquella vieja máxima que dice “muera el rey, ¡viva el rey!”, en la que, durante el cambio de personas en el poder, se alcanza a ver una desbandada entre el gobernante saliente y el gobernante entrante, sin embargo, el paradigma de la 4T, presenta un matiz muy interesante, pues la entrada de Claudia Sheinbaum se entiende desde su apego irrestricto con Andrés Manuel López Obrador.
Sin embargo, desde su libertad como gobernante en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum impulsó proyectos estratégicos para agilizar la movilidad a través del que será su proyecto insignia en materia de movilidad; la puesta en marcha del teleférico, cristalizó la solución de una demanda de las clases populares de la ciudad, que es un medio de transporte eficiente, económico, moderno, seguro, confiable y que garantizará la conectividad entre las zonas con mayor atraso y los nodos de conectividad con los demás medios de transporte que los conectan con el resto de la ciudad.
En Jalisco, José María “Chema” Martínez, puso atención a los mensajes políticos y a las necesidades sociales, y recientemente ha estado hablando de la necesidad de construir en la zona metropolitana de Jalisco, un teleférico, con lo que hace un guiño a la nueva líder moral de Morena, copiando su modelo de movilidad más icónico y resolviendo la demanda de los más pobres de Jalisco para poder contar con un medio de transporte barato y moderno que los conecte de manera segura con sus empleos, escuelas, centros de salud y demás necesidades básicas.
Chema, quien es el coordinador de los diputados de Morena, al igual que Andrés Manuel López Obrador, está mostrando sensibilidad para escuchar y proponer soluciones con el fin de hacer realidad el concepto cuatroteísta de “por el bien de todos, primero los pobres”.