De aquí para allá y al derecho y al revés hemos visto a Xóchitl Gálvez en este periodo intercampañas.

En realidad, más al revés que al derecho, pues su reciente viaje a Madrid fue un rotundo fracaso.

Xóchitl pudo aprovechar para reunirse con los más de ocho mil paisanos que radican en tierras madrileñas, pero no. Un poco por los tiempos preelectorales con sus múltiples restricciones y otro tanto porque no era su interés.

Su agenda marcaba reuniones con empresarios, con el escritor ultraderechista Mario Vargas Llosa y con el líder de la derecha española, Alberto Núñez Feijóo, pero estos últimos la batearon y en la reunión con empresarios solo estuvieron 40 personas.

El mensaje fue claro: en la derecha, también hay niveles.

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En México la señora X se siente cobijada por una minoría incipiente y rabiosa que desprecia y critica los logros del presidente López Obrador, sobre todo, se refugia en la comentocracia, también rabiosa, como Héctor Aguilar Camín, que poco antes de que Xóchitl se subiera al avión se deshizo en elogios hacia la candidata panista y arremetió contra AMLO, a quien ofendió tachándolo de “provinciano”.

El escribano es uno de los muchos que pretenden hacer un control de daños y darle atole con el dedo a uno que otro despistado que aún cree que la derecha retomará el poder con una candidata viajera, cuando en realidad en España Xóchitl fracasó.

La foto con Felipe Calderón, el presidente a quien millones de mexicanos calificaron de espurio, fue un insulto para los sobrevivientes de la terrible guerra contra el narco que se vivió desde la puesta en marcha de la “Operación Conjunta Michoacán”, en 2006.

Y aunque Gálvez niegue su cercanía con Calderón, la imagen donde posa sonriente junto al causante de innumerables violaciones a los derechos humanos, desapariciones y asesinatos, nos avisa que, de ganar la elección presidencial, validará la estrategia contra el crimen que instauró quien la llamó “querida y admirada amiga”.

Al derecho y al revés

Durante el sexenio de Calderón hubo 29 mil personas desaparecidas, 186 mil muertos y 200 mil desplazados.

Las cifras quizá sean mayores.

Para Calderón fueron daños colaterales, pero en la guerra contra el narco murieron miles de niños y otros miles quedaron en la orfandad, sin contar aquellos cuyos padres terminaron en la cárcel siendo inocentes, teniendo que crecer en el abandono, o en el mejor de los casos, con familiares, quizá siendo víctimas de abusos, quizá con hambre.

Este año, 2024, muchos de ellos acudirán a las urnas por primera vez y no quieren repetir la historia.

Yo tampoco quiero repetirla. ¿Usted sí?