Saqueos, destrucción, y adoctrinamiento, son algunos de los flagelos que ha sufrido el sector educativo en México bajo la tutela de un Gobierno encabezado por un personaje que tardó 14 años para concluir una licenciatura; por una ladrona y presunta saqueadora como Delfina Gómez; por una mujer que no entiende que no entiende como la actual Secretaria Leticia Ramírez; y por un grupo de congresistas que validan sin leer y “sin mover una coma” todas las reformas que les llegan de Palacio Nacional. En solo cuatro años, la educación en México se encuentra en uno de sus peores momentos de la historia y me atrevería a afirmar que éste no solo es el más trágico sino el que más peligro y daño puede provocar.
Una publicación del Centro de Investigación en Política Pública, del pasado 24 de enero, titulada: “Cambios en el tiempo que ponen en riesgo la educación en México”, refiere; “La educación es la herramienta más poderosa para impulsar el desarrollo, la productividad y la movilidad social de las niñas, niños y jóvenes. En la última década se han impulsado decisiones para transformar el sistema educativo. Sin embargo, al no existir una estrategia de largo plazo, los cambios entre administraciones se han dirigido en diferentes direcciones. Esto refleja que ni los estudiantes ni la calidad de los servicios son prioritarios.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) identificó los sucesos más relevantes que han marcado el rumbo de la política educativa en la última década. Con base en este análisis, considera que la transformación educativa que ha impulsado esta administración carece de una estrategia a largo plazo, basada en evidencia, y con acciones concretas para ser materializada en las aulas. Aún más, no se ha brindado a los docentes materiales de trabajo prácticos, la capacitación o el acompañamiento para que puedan atender las necesidades actuales de los estudiantes. Todo ello provoca incertidumbre en las comunidades educativas y podría poner en riesgo el desarrollo de las y los estudiantes”.
Recuerda que en 2019, con el cambio de administración, se revirtió la Reforma Educativa de 2013 con el objetivo de restituir la relación de las autoridades federales con el gremio docente.
Como parte de esta contrarreforma, se creó la Comisión Nacional para la Mejora Continua de la Educación (Mejoredu) que sustituyó al INEE en materia de evaluación. Sin embargo, aunque es un organismo descentralizado, Mejoredu no cuenta con autonomía constitucional ni con la atribución de levantar las evaluaciones directamente, aunque sí tiene la responsabilidad de generar los criterios de evaluación y materiales de apoyo para estas”.
Luego subraya: “Los cambios frecuentes, sin visión transexenal y carentes de un plan accionable en la política educativa a largo plazo han dejado sin rumbo claro a las comunidades educativas. Sin herramientas ni una estrategia viable para apoyar a los docentes, nuestro país pierde la oportunidad para corregir las secuelas de la pandemia y encontrar formas innovadoras para que los estudiantes desarrollen habilidades, capacidades y competencias que serán clave para su aprovechamiento escolar y trabajo profesional.
Si México quiere que la educación sea un motor de movilidad social y productividad, las autoridades educativas deben brindar certeza y acompañamiento al personal docente sobre las planeaciones curriculares y retomar las evaluaciones estandarizadas para guiar la política educativa con evidencia. Es imprescindible que se apueste por una política educativa de largo plazo al momento de promover cambios. Mejorar la formación de las niñas, niños y jóvenes en México debe convertirse en una prioridad”, concluye.
El Gobierno en el poder no solo revirtió la Reforma Educativa del presidente Enrique Peña Nieto; también desapareció el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), y las Escuelas de Tiempo Completo, entre otros organismos y políticas públicas. Y a pesar de que anunció un nuevo Plan de Estudios para 2022, este no ha sido puesto en marcha ni se conoce exactamente en qué consiste.
Pero quizá no hemos visto lo peor y me refiero a lo que resultará en los libros de texto que diseñan un marxista y un chavista, dos personajes que ostentan los cargos más importantes en lo que se refiere al contenido y diseño de los libros.
La presencia de Marx Arriaga Navarro (director general de Materiales Educativos) y del venezolano Sady Arturo Loaiza Escalona (Director de Desarrollo e Innovación de Materiales Educativos) en la Secretaría de Educación Pública (SEP) ha encendido las alertas entre la ciudadanía sobre el posible impacto que la ideología que promueven tendría en los libros de texto que diariamente consultan millones de niños, niñas y adolescentes.
Y es que, se recuerda que en ocasiones anteriores, Marx Arriaga Navarro explicó que pretende incluir en los libros de texto gratuitos un discurso que confronte al colonialismo y las “mirada occidentales, blancas y masculinas”.
De acuerdo con una investigación periodística realizada por Latinus, Sady Arturo Loaiza Escalona fue director de la Biblioteca Nacional de Venezuela del 24 de noviembre de 2014 al 1 de septiembre de 2018. Dicha institución está adscrita al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, una de las carteras centrales para la difusión de los ideales chavistas y la propaganda de la dictadura que encabeza Nicolás Maduro.
El funcionario, de origen venezolano, también fungió como director general de proyectos especiales del Ministerio del Poder Popular para las Comunas y los Movimientos Sociales del gobierno de Venezuela, dicho nombramiento se hizo oficial el 9 de diciembre de 2013 en la Gaceta Oficial de la República Bolivariana de Venezuela. No obstante y de acuerdo con el mencionado portal de noticias, Sady Arturo Loaiza Escalona ocultó dicho cargo en un documento que fue entregado a la Secretaría de la Función Pública en México.
En México, Sady Arturo Loaiza Escalona se desempeña desde enero pasado como Director de Desarrollo e Innovación de Materiales Educativos que, según lo expuesto en el organigrama de la Secretaría de Educación Pública (SEP), dicho cargo está solo por debajo de la Dirección General de Materiales Educativos, la cual encabeza Arriaga Navarro.
El jueves, durante su conferencia Mañanera, el presidente Andrés Manuel López Obrador, ironizó:
“Ya nos estamos venezolando”, dijo sobre la participación del ex funcionario de Nicolás Maduro en el rediseño de los libros de texto para los alumnos mexicanos y agregó se trata “politiquería, una golondrina no hace verano”.
Además, respaldó la sugerencia de las autoridades de la Secretaría de Educación Pública (SEP) de que los maestros lean a ideólogos como Carlos Marx y Vladimir Lenin, así como otros filosos griegos como Platón y Aristóteles.
“Hay que leer a todos, a Aristóteles, a Platón y desde luego que hay que leer a Marx, ¿por qué no?”, sostuvo durante su conferencia de prensa.
El jefe del Ejecutivo federal comentó que ahora son los maestros y especialistas en pedagogía los que están diseñando los libros de texto y ya no se beneficia a historiadores como a Héctor Aguilar Camín o Enrique Krauze.
“Están trabajando muchos especialistas, ya no tienen los libros de texto ni de secundaria, ya no hacen los contenidos porque cobraban mucho, Aguilar Camín y su equipo, Krauze y su equipo, las editoriales españolas, eso es todo, los ‘billullos’, ¿cuánto se les pagaba? ¿No tienes ahí la lista para la elaboración de los libros? A Krauze, Aguilar Camín, todos recibían sus apoyos”, dijo.
Sin embargo, el escritor Enrique Krauze desmintió el señalamiento que hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador respecto a que él, su equipo y su editorial Clío colaboraron en el pasado con la SEP en la elaboración de los libros de texto.
Krauze ejerció su derecho de réplica y desmintió los señalamientos realizados por el mandatario federal, asegurando que ni él ni su equipo participaron nunca en la elaboración de los libros de texto, evidenciando una vez más las mentiras y el desconocimiento de Lopez Obrador, así como su mezquindad.
En tanto, se pudo conocer que al menos un partido político ya interpuso denuncias para que ambos funcionarios sean despedidos de la SEP.
Y finalmente no se puede dejar de mencionar el presunto desfalco sufrido por la Secretaría de Educación bajo la tutela de la maestra Delfina Gómez, a quien se le conoce más por el tiempo que se desempeñó como presidenta municipal de Texcoco y fue encontrada culpable de “robar” el 10 por ciento de su salario a funcionarios de su gobierno.
En la cuenta pública 2021 se acumulan montos por aclarar: pagos excedentes en sueldos, en prestaciones y en estímulos a los autorizados, salarios de plazas o categorías no consideradas, trabajadores designados como deceso en nómina, bienes adquiridos no localizados o que no operan, servicios no realizados, falta de documentación justificativa y comprobatoria del gasto…
Son apenas algunas irregularidades encontradas en los Centros de Estudios, Bachilleratos, Institutos, Universidades Tecnológicas y Politécnicas a cargo de la Secretaría de Educación Pública (SEP).
La Auditoría Superior de la Federación (ASF) observó un monto por aclarar de 830.7 millones de pesos derivado de irregularidades con un posible daño o perjuicio a la Hacienda Pública Federal.
Lo que tampoco se puede dejar de señalar es que el presidente López Obrador envió a su hijo a estudiar a Londres no a Cuba y no a Venezuela. Lo envió a un país conservador.
*con información de medios
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