En la asamblea de presupuesto de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación (ASSA), el Secretario General Ricardo Del Valle Solares, aseguró ante el pleno de sus agremiados que la empresa Transportes Aeromar, S.A. de C.V. dejará de operar para el próximo mes de septiembre.

¿Alguien sorprendido? Creo que no, desde hace meses -por no decir años- la pequeña empresa de aviación ha estado en una constante crisis financiera, misma que comenzó en 2017, justo a raíz de un “robo” de personal perpetrado por ASSA de México, precisamente, que dejó a la aerolínea sin cuarenta y cuatro sobrecargos, de una planta de poco menos de cien, de golpe y porrazo.

En ese momento, la organización hermana, la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores (ASPA), hizo un enérgico llamado a ASSA, y así quedó documentado en un titular de la Revista Proceso “Pilotos de Aeromar denuncian presuntas irregularidades de líder de ASSA”, escrito por Rosalía Vergara el 31 de agosto de 2017.

En este artículo se publicó un extracto de la carta firmada por ASPA que decía: “acusan a Del Valle de quitar, de manera irresponsable, a cerca del 40% de la planta de sobrecargos de Aeromar para otorgarlos a Aeroméxico, violando lo estipulado en su contrato justo antes del inicio de la ‘temporada alta’ de Semana Santa, ocasionando la cancelación de más de 250 vuelos y poniendo en riesgo la concesión para seguir operando”.

ASSA tiene la titularidad del Contrato Colectivo de las sobrecargos de Aeromar. El “robo” consistió en ofrecerles entrar a trabajar en Aeroméxico, sin importar que Aeromar se quedara con casi la mitad de los sobrecargos para sus operaciones. Este provocó que Aeromar estuviera a punto de parar operaciones en 2017 y que desde esa fecha, la empresa no pudiera levantar cabeza.

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La compañía aérea intentó en su momento diversas alianzas para salir de su crisis financiera; primero lo intentó con Avianca, pero no se concretó nada; con la compañía brasileña Grupo Synergy; después hubo unos acercamientos con Interjet, pero tampoco llegaron a buen puerto.

Trabajadores de Aeromar denuncian falta de pagos

Hace meses que los trabajadores de Aeromar denunciaron la falta de pagos por parte de la aerolínea. En el lapso de un mes, alrededor de quince trabajadores renunciaron, un número considerable si tomamos en cuenta que es una planta muy pequeña: no más de cien pilotos, menos de cien sobrecargos y personal de tierra que no sobrepasa los 350 trabajadores. Con más o menos seis aviones operando, se antoja complicado que puedan seguir dando servicio.

Es por ello que los pilotos agremiados a ASPA le apuestan a que sea a través de un crédito otorgado por el Gobierno Federal que se “rescate a la empresa”, a cambio de convertir el pasivo laboral en acciones de la aerolínea, una medida que demuestra plenamente su voluntad de mantener su fuente de empleo, aunque existan muchas dudas sobre la viabilidad y conveniencia de una medida de ese calado.

Para los usuarios de Aeromar sin duda va a ser un golpe muy fuerte, pues se perderá la conectividad con varias ciudades a las que, por las características de sus equipos, solo Aeromar puede llegar con sus aviones ATR.

Aquí es donde el Estado, en su trinidad (Ejecutivo, Legislativo y Judicial), brilla por su ausencia. No basta con tener leyes laborales, mercantiles, de protección al consumidor y de concesiones en materia de comunicación.

Pensar que con eso es suficiente, es tan absurdo como pensar que basta con expedir la “Ley para la Felicidad Nacional”, en la que se garantice que todos tenemos derecho a ser felices, y en automático, todos lo seremos. Todos nuestros representantes, así como funcionarios administrativos, e impartidores de justicia, deben tener la sensibilidad necesaria para dotar a empleados y consumidores de procedimientos efectivos que hagan realidad la defensa de sus derechos.

En nuestro país existen muchos ejemplos (pa´ aventar pa’rriba, como se dice coloquialmente), de aerolíneas que, por las razones que sean, paran operaciones dejando incomunicadas a varias ciudades del país, en el desamparo a los trabajadores, y con boletos inútiles a los usuarios.

Como pueden ver, son temas que van mucho más allá de ser problemas aislados. Se trata de un tema de soberanía y seguridad nacional.

Aeromar atiende a un mercado muy enfocado en las ciudades pequeñas, pero no por ello de menor importancia; por la propia infraestructura que tiene nuestra aviación nacional no sabremos cuántos meses todos esos destinos estarán “desconectados vía aérea” del resto del país.

Ahora, con el tema de los boletos, siempre es el usuario quien sale perdiendo, pues no recuperará jamás su dinero, si es que ya tiene boletos para volar después de septiembre. La autoridad competente es la Procuraduría Federal del Consumidor, pero tenemos antecedentes de que no hará absolutamente nada, como en el caso de los usuarios de Interjet que se quedaron con los boletos en la mano.

Cuando Interjet iba a dejar de volar, repentinamente comenzó a abrir un montón de rutas nuevas; la idea era hacerle creer a los usuarios que no había ningún problema con la aerolínea. Esto mismo está sucediendo con Aeromar, que ahora está inaugurando “rutas nuevas”, para dejar esa misma idea en el consumidor.

Es la empresa que más adeuda al gobierno por conceptos como turbosina, TUA e impuestos. Además, tiene números rojos en los salarios de sus trabajadores. El panorama no es nada halagüeño. Tristemente, ni la Secretaría del Trabajo y Previsión Social, ni mucho menos la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes, encargadas de vigilar que la concesión que ellos mismos otorgaron sea explotada conforme a derecho, van a decir “esta boca es mía”. Su ausencia vaticina tiempos convulsos en la aviación.

En ASSA aseguran que Aeromar dejará de operar en septiembre

Ignoro porqué fue el Secretario General de ASSA quien durante la Asamblea de Presupuesto de su gremio, expresó que Aeromar deja de operar en septiembre.

Suena más a exabrupto que a información oportuna. Dudo mucho, muchísimo que haya sido para convocar a los agremiados a una defensa férrea de los compañeros trabajadores.

En este espacio he hecho varios comparativos de la forma de actuar de los sindicatos europeos, y siempre brilla la siguiente conclusión: estamos a años luz de tener sindicatos combativos que defiendan la fuente de ingresos de sus agremiados.

Por eso, una vez más, tengo que decirle: si usted pretende volar con la aerolínea Transportes Aeromar, tome sus precauciones. Yo lo haría. Hay muchos rumores y trascendidos; más vale prevenir que lamentar.