El día de ayer mantuvieron un encuentro Santiago Creel, diputado del PAN, vicepresidente de la Cámara de Diputados y ex secretario de Gobernación, y Adán Augusto López, actual titular de la dependencia.
A mí francamente me sorprendió este encuentro por varias razones: En primer lugar, se da después de que Santiago Creel le mandó una carta al presidente pidiéndole una audiencia, cual si fuera papa. Evidentemente el ego y la soberbia de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) fueron muy grandes como para haber aceptado pero, la presión fue tanta que mando a su amigo Adán Augusto a recibirlo. Me lo imagino diciéndole: “Ahí te haces bolas con él”.
Creo yo que Santiago Creel no debió haber aceptado dicho encuentro, porque se quiera o no aceptar, fue un desaire lo que le hizo el presidente al no querer recibirlo. Pero como en la política existe algo que le llaman “hacer lo políticamente correcto” pues Santiago acudió a dicha reunión, haciendo lo políticamente correcto .
¿De qué hablaron? Pues de qué “a ver” si algún día el residente tiene ganas de recibir a la oposición. Esa que tanto odia. Y que también Santiago Creel ha expresado su aversión hacia Morena, así hasta lo indica en su biografía de su cuenta de twitter: “Opositor a Morena”.
De verdad yo esperaría que estas divisiones se acabaran como si fueran porras de equipos de futbol y hubiera unidad una genuina unidad, pero el que no haya querido el presidente atender a Creel y haya mandado al amigo a atenderlo me suena a qué eso será imposible.
Por otra parte, ya todos vimos que el líder del PAN, Marko Cortés está francamente debilitado. Él es el que tendría que haber ido a esa reunión, pero no le da la fuerza ni el carácter y mandó a Creel a dicho encuentro y así tal cual lo expresó Santiago al decir: “Fui mandado por nuestro líder Marko Cortes”... ¿Mandado? Pero ¡qué manera de humillarse!
Santiago Creel debería de haber sido el líder del PAN. Tiene mucha más presencia y porte de liderazgo, pero Marko Cortes se está agarrando de quien puede que le ayude a no ahogarse. Yo veo inminente un ahogamiento político y qué bueno porque en verdad no hay un liderazgo real en el PAN, ya ni se diga en el PRI, y siempre se necesitan contrapesos para la democracia, más ahora cuando una vez más demuestra el presidente que no se siente listo para sentarse a dialogar con sus “detractores neoliberales”. El país está tan fragmentado que, insisto, ver al presidente sentándose a hablar con los que dice que lo atacan, callaría muchas bocas, incluida la mía. Veremos...
Claudia Santillana Rivera en Twitter: @panaclo