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El presidente Andrés Manuel López Obrador ha repetido en varias conferencias de prensa de las mañanas que empresas como OXXO, Bimbo y Walmart están en contra de su propuesta de modificaciones a legislación en materia de electricidad que fue enviada al Congreso de la Unión, debido a que estos corporativos pagan menos por el servicio de electricidad que una casa o tienda de abarrotes y de ser aprobados estos cambios a la ley, los abusos que tantas pérdidas ocasionan a Comisión Federal de Electricidad (CFE) y los contribuyentes se frenarían.
Las compañías privadas señalan que pagan menos por su consumo de electricidad ya que estas invierten recursos principalmente en plantas eólicas para abastecer sus oficinas y tiendas. Lo que no aclaran estas compañías privadas es que la electricidad generada por el viento es intermitente y que necesita para el abastecimiento continuo el respaldo de otras plantas de la hoy empresa productiva del Estado y que pagan a un precio simbólico mucho más bajo del real del porteo, es decir, el llevar la energía desde donde se genera hasta el consumidor final.
Hay que decir que lo más conveniente es la electricidad que generan las energías limpias, las que provienen del viento (eólica) o de la luz solar; también por provenir de fuentes naturales suelen resultar las más baratas. No obstante, hay que pensar en la suficiencia con respecto a la demanda de electricidad. En la mayoría de los países del mundo y en México, el costo de la luz resulta de una ponderación de precios de energías limpias y baratas y de otras que no lo son por la emisión de partículas contaminantes, además de resultar las más caras. Así entre menos cobertura tengan las energías limpias, más cara serán las facturas que se cobran por el uso de la electricidad.
No hay nada más caro de lo que no se tiene y hasta ahora, las energías limpias tienen la característica de ser intermitentes; de modo que ante condiciones climáticas o meteorológicas adversas (sin viento o con poca luz solar), la generación de electricidad por estos medios se reduce hasta hacerse marginal; lo que conlleva a utilizar en forma abundante fuentes más caras. El caso de España es ejemplar y vale la pena puntualizar:
- Durante los meses de verano, prácticamente no hubo vientos; lo que llevó a una baja generación eólica.
- El Sol en su apogeo no pudo ser aprovechado por la carencia de instalaciones solares.
- Tanto la energía eólica como la solar, además de ser intermitentes, plantean la necesidad de almacenarlas, algo que a la fecha no es practicable por razones técnicas, ecológicas o financieras. De modo que su uso para fines prácticos sólo es aprovechable en el momento mismo de su generación.
En un comunicado, Fomento Económico Mexicano (FEMSA), que dirige José Antonio Fernández Carbajal, señaló que el 70.1% de las tiendas OXXO en México son abastecidas por fuentes renovables mediante contratos con cinco parques eólicos, y que esta energía es limpia y barata.
Según los funcionarios del corporativo regiomontano, con la utilización de energía eólica para sus tiendas de conveniencia se dejó de emitir más de 570 mil toneladas de CO2 en 2020.
Los grandes corporativos de FEMSA, Bimbo y Walmart, entre otras empresas privadas, empezaron a utilizar desde la década de los 90 el esquema conocido como: “autoabasto”, que consiste en que estos consorcios generaran energía eléctrica a menores precios que la CFE para así surtir a sus filiales en todo el país y transportar (porteo) ésta a través de la red eléctrica de la CFE, sin pagar por este servicio o a precios simbólicos lo que ocasiona grandes pérdidas a la compañía estatal.
Mario Morales Vielmas, director general de Intermediación de Contratos Legados de la CFE, detalló que al cierre de 2020 había 443 centrales de generación privada. El 95 por ciento son autoabasto, dijo. Esas sociedades, que proveen a grandes corporativos cementeros, acereros y mineros no pagan porteo, es decir, el transporte de la energía generada desde la central hasta la planta, acción que califica el funcionario como autoabasto simulado o mercado negro, porque es paralelo al mercado eléctrico mayorista, donde se benefician de manera injusta, precisamente por los subsidios que tiene la CFE en el transporte de la energía al no pagarlo.
Este esquema de autoabasto cuenta también para construcción y operación de sus plantas de generación de electricidad ya sean eólicas o fotovoltaicas, con generosos financiamientos de la Banca de desarrollo.
Un ejemplo de cómo se favorece a las empresas privadas de energía para la construcción de plantas de generación de electricidad, y que grandes corporativos tengan ahorros sustanciales en el pago de la luz en detrimento de la CFE, nos los da el proyecto conocido como Piedra Larga que está ubicado en Unión Hidalgo Oaxaca, el cual se hizo bajo la modalidad de abastecimiento.
El proyecto tuvo una inversión total de 200 millones de dólares. Con este programa “supuestamente” 65 instalaciones de Grupo Bimbo, que están ubicadas a lo ancho y largo del territorio nacional, son abastecidas desde el 2012, con 90 MW que produce la planta.
La generadora de energía de Piedra Larga es un proyecto en sociedad de la empresa Desarrollos Eólicos Mexicanos (Demex), filial de Renovalia Energy de España, y encargada de la construcción y operación, junto con Grupo Bimbo y sus filiales en todo el país (excepto dos que se encuentran en la península de Baja California, zona desconectada del Sistema Eléctrico Nacional).
Demex aportó para este proyecto entre 25 por ciento y 30 por ciento del capital total, mientras que el resto es financiamiento diferido de la Banca de desarrollo a través de Banobras, del Fondo Nacional de Infraestructura, Nafin y Bancomext; así como por filiales como La Caixa, Santander y el banco portugués Espírito Santo.
Lo que no se dice de este “aparentemente exitoso” proyecto de Piedra Larga es que, al ser un generador de energía intermitente, no podría surtir de electricidad a las 65 plantas de Bimbo y las empresas amigas del grupo productor de pan, como Papalote Museo del Niño, Grupo Calidra y Frialsa Frigoríficos, las 24 horas del día; por lo que es necesario que entren las plantas hidroeléctricas, carboníferas, de ciclo combinado y termoeléctricas de la CFE. Dichos costos no los paga la empresa de energía de origen español, ni la compañía presidida por Daniel Servitje, sino que los tiene que absorber la hoy empresa productiva del Estado.
En febrero de 2012, el corporativo regiomontana FEMSA informó que se había cerrado los acuerdos de financiamiento para la construcción del proyecto eólica del Sur (antes Mareña Renovables) y que abastecería con 396 MW de energía limpia a FEMSA y sus Unidades de Negocio (FEMSA Comercio “OXXO”, Coca-Cola FEMSA y FEMSA Insumos Estratégicos, en México), así como a Cuauhtémoc Moctezuma, compañía cervecera operada por Heineken NV, quiénes comprarán la energía generada por el proyecto durante 20 años. La planta eólica la construyó y opera la empresa japonesa Mitsubishi.
El financiamiento de la planta generadora se hizo por los inversionistas del proyecto y un grupo de instituciones financieras, con un total de alrededor de 14 mil millones de pesos. El grupo de bancos incluye a Banorte, BBVA Bancomer, Crédit Agricole Corporate and Investment Bank, HSBC y Santander, así como el Banco Interamericano de Desarrollo, Banobras y Nacional Financiera. Además de que el Kredit Fonden Eksport (EKF), agencia de crédito a la exportación danesa, garantiza una porción del préstamo a largo plazo durante la construcción, así como de apoyos a fondo perdido de Fonadin.
La construcción del complejo generador de energía ubicado en Oaxaca, no estuvo exento de dificultades sociales con las comunidades zapotecas de esa región que se sentían despojados de sus tierras.
La eólica le ahorra millones de pesos a los socios de FEMSA ya que esta planta generadora de energía no paga casi nada a la CFE por el transporte de la electricidad, recibe también subsidios y no tiene que pagar nada cuando las generadoras de la empresa que dirige Manuel Bartlett entran para no dejar de abastecer de electricidad.
De prosperar la iniciativa de modificaciones a la legislación en materia energética, propuesta por el gobierno de la Cuarta Transformación, esta cancelaría los contratos con empresas privadas que obligan a la CFE a comprar falsos “excedentes” de energía, así como el regalar el porteo a los particulares. La Banca de desarrollo ya no daría generosos créditos y apoyos no recuperables para la construcción y plantas generadoras de energía de particulares.
La conclusión a la que podemos llegar es que la generación de electricidad de fuentes renovables como el viento y sol, contribuyen en muy poco al mejoramiento del ambiente ya que son intermitentes la oferta hasta hoy es muy pequeña y si representa un gran negocio para las empresas privadas; pero para la CFE y al erario se le genera pérdidas.