No sé cómo le va a ir a Arturo Zaldívar Lelo de Larrea como comentarista en el programa radiofónico de Ciro Gómez Leyva.
Espero que bien, es decir, que Zaldívar Lelo de Larrea mejore el rating de Radio Fórmula y no lo contrario.
Ciro y Arturo son inteligentes y sabrán aprovechar sus diálogos para lograr lo que a cada uno importa: a Ciro, agradar a su audiencia; a Zaldívar, apoyar la campaña de Claudia Sheinbaum.
Supongo que, para neutralizar las opiniones favorables de Zaldívar en relación a la 4T, a AMLO y a Claudia, la producción del noticiero de más rating de México invitó a realizar análisis políticos semanales a Lilly Téllez —senadora del PAN y colaboradora de SDPNoticias—.
En el caso de Lilly no tengo la menor duda: ella, comunicadora experimentada, aumentará el ya muy elevado número de escuchas del informativo de Gómez Leyva.
Lo que ni Lilly Téllez podrá conseguir —es la clásica misión imposible— será mejorar la situación de la candidata presidencial de su partido, Xóchitl Gálvez.
Me dicen que mi hijo Federico Manuel acaba de hablar en ese noticiero sobre las recientes contrataciones que hizo Ciro Gómez Leyva.
No pude escuchar lo que dijo Fede porque me llamaron por teléfono y me distraje, pero no creo que haya expresado lo que enseguida afirmaré.
Lo mejor para la campaña de Xóchitl —que sería lo peor para el noticiero de Ciro— sería un enroque. Como en el ajedrez, pero con algunos cambios.
Dice la Real Academia Española que “en el juego del ajedrez”, el enroque es el “movimiento defensivo en que el rey y la torre del mismo bando cambian simultáneamente su posición”.
El proceso electoral presidencial 2024 es un juego de ajedrez sin reyes: solo participan reinas, dos de ellas, y una al final derrotará a la otra.
De hecho, una de las reinas, la de Morena, Claudia Sheinbaum, ha planteado tan adecuadamente su estrategia que ya destruyó a la reina de la alianza PRI, PAN, PRD, Xóchitl Gálvez.
Ayer un sabio gobernador de izquierda me platicaba que en su entidad —no daré más detalles para no identificarlo— Claudia tiene más del 70% de las preferencias electorales y Xóchitl no llega al 17%, ventaja de 53 puntos porcentuales que coincide con las encuestas de De las Heras Demotecnia.
Así las cosas en todo el país, inclusive en las pocas entidades gobernadas por el PRI o el PAN : Sheinbaum arrasa y la otra nomás no sabe cómo defenderse ¡¡¡de sus propios errores!!!
Hasta el momento Claudia Sheinbaum no ha tenido necesidad de atacar a Xóchitl Gálvez porque esta mujer cada semana mete un autogolazo.
A la oposición le urge un cambio, pero el único que valdría la pena, ya bastante tardío, sería el enroque —desde luego con ajustes al permitido en el ajedrez—: Que Lilly vaya a la campaña a ver qué puede rescatar y Xóchitl se integre al equipo de Ciro.
A Ciro Gómez Leyva ese cambio le perjudicaría —los chistes y los albures vulgares de Xóchitl ya aburren—, pero animaría a la gente simpatizante de los partidos opositores.
No creo que Lilly Téllez pudiera, a estas alturas del juego, aspirar a la victoria. Ese camión ya se le fue, pero haría mejor papel que su compañera de equipo político.
Lilly tuvo posibilidades de ser competitiva frente a Morena, pero las perdió cuando le quitaron a la mala el derecho de buscar ser candidata.
A la senadora Téllez la dañaron con trampas algunas personas: Claudio X. González, el propietario del diario Reforma, intelectuales como Jorge El Güero Castañeda y algunos empresarios muy ricos —todos ellos a lo puro tarugo hechizados por las gelatinas de Xóchitl—.
Pero algo rescatará Lilly de lo que ha perdido la oposición por culpa de su muy fallida candidata Xóchitl. Y, como dice el refrán, poco es algo; menos es nada o, mejor estructurada la frase, algo es algo dijo el calvo cuando le salió un pelillo en el hombro.