“When somebody loves you
It's no good unless he loves you all the way
Happy to be near you
When you need someone to cheer you, all the way
Taller than the tallest tree is
That's how it's got to feel
Deeper than the deep blue sea is
That's how deep it goes, if it's real
(Cuando alguien te ama
No basta a menos que te ame completamente
Feliz de estar cerca de ti
Cuando necesitas a alguien que te anime, en totalidad
más alto que el árbol más alto
Así es como se tiene que sentir
Más profundo que el mar azul profundo
Así de profundo, si es real).”
FRANK SINATRA
“Casi todos sabemos querer
Pero pocos sabemos amar
Es que amar y querer no es igual
Amar es sufrir querer es gozar
El que ama pretende servir
El que ama su vida la da
Y el quiere pretende vivir
Y nunca sufrir y nunca sufrir.”
JOSÉ JOSÉ
La derrota es huérfana (nunca mejor dicho). Pero en el México surrealista que vivimos, además pareciera que los perdedores están de plácemes. No se han tomado la molestia de mirarse en el espejo y preguntarse qué hicieron mal. Insisten en seguir empotrados en su dirigencia, sin escuchar a la ciudadanía o a sus mismos correligionarios.
En el colmo del cinismo, Va por México anunció que este 26 determinará qué método de selección de candidatura para la Presidencia seguirán de cara al 2024. Nada aprendieron.
Pero también resulta estéril repartir culpas, casi tanto como el actuar iluso y fingido de que no sufrieron una derrota.
¿Qué prosigue entonces? Analizar los resultados y entender qué diversas variables impactaron en la ciudadanía.
Se puede decir que el PRI ha marcado su tumba (ahora sí), pero sus defensores dirán que obtuvo mayor número de votos tanto en Coahuila como en el Edomex que el PAN. Sus detractores, que es el partido con mayor tasa de rechazo por parte de los votantes o que el Revolucionario Institucional vive en las filas de Morena. Todo esto es cierto.
Algunos más señalarán lo que hizo o dejó de hacer Del Mazo y si sería esto digno de estudio o tan solo una ilustración donde, por tapar las trapacerías y corruptelas (una suerte de visa de impunidad ante la ASF), pueden dejar de apoyar a su propio partido.
Unos más pugnan por dar los ¿Santos? Oleos por una muerte tan largamente anunciada y por fin conseguida.
Pero tal vez esa muerte no solo sea la del PRI, sino también incumba la del PAN y la del PRD. Son estertores de muerte los que ofrecen sus “líderes” al no pararse a escuchar los desatinos de todos ellos; la principal: no atender a una ciudadanía que está harta de cómo se comportan.
Más allá de pensar si se saca al PRI de la alianza y el efecto que esto tendría —como es es el inflar aún más a Morena con los restos de ese instituto político— o bien cargar con un ser traicionero (me refiero, al menos, a Alito Moreno) o quedarse con algunos elementos del Revolucionario o dejar al PRI y ahora sí adherirse al MC, lo decadente, lo realmente lamentable, es que adentro de cada uno de esos institutos lo que se busca encarecidamente es quedarse con su pequeño coto de poder.
Para incidir en su hechura, tanto políticos como ciudadanos debemos plantearnos de inmediato algo que ocurrirá tarde que temprano y esto es: si hubiera una nueva alianza de oposición a la 4t, ¿cómo debía de ser esta?
Yo digo que debe estar basada y nutrida por la ciudadanía. De sus posicionamientos en los temas más sentidos, traducidos estos en agenda y propuestas concretas. Momento también de hacer ‘una limpia’ de políticos corruptos (sean del PAN, PRI o PRD). Significará un importante costo político ahora, pero será menor a hacerlo más tarde. El costo se tendrá que asumir; más vale de una vez y no seguir arrastrando silencios cómplices aduciendo conspirarán de inmediato al unirse al obradorato.
Deberá fomentar la escisión al interior de Acción Nacional, del priismo y de lo poco que queda del perredismo y rescatar lo bueno. Así como lo digo. Hay políticos en los tres partidos que deben ser rescatados para refundar coalición y partidos. Sí, la refundación del sistema de partidos (mismo antes de cualquier alianza) debe pasar por hacer a un lado la escoria y convertir a la ciudadanía y sus reclamos como eje rector del mismo (¿cuándo defendió el PAN, lo que se dice defender realmente, al INE, a la SCJN, al TEPJF?). Donde la fuerza y la coordinación radique en las militancias y simpatizantes, y no en los intereses personales de unos pocos pertrechados en las dirigencias de sus partidos. Esa debiera ser nuestra única petición, reclamo, hoy como ciudadanos.
Hasta ahora, los líderes partidistas han intentado montarse en la marea ciudadana para repartirse cargos, no para cambiar las cosas. Una de las múltiples razones por el abstencionismo es porque siguen ofreciendo más de lo mismo, y eso no es lo que busca la ciudadanía. Es necesario plantearse por qué la gente no sale a votar y esto pasa por tratar de entender al posible votante y a su propia oferta política.
¿Debería crearse una alianza ciudadana por encima de lo partidista, encabezada por nuevos perfiles y no burócratas? La marea rosa, la de la ciudadanía y la sociedad civil debe continuar. Obligando a los partidos políticos a unirse para buscar soluciones efectivas que promuevan la democracia y la pluralidad, en lugar de estarse peleando sobre cuál partido es el que debe imponer candidato.
Las siguientes preguntas deben ser contestadas de manera seria, entendiendo que no solo nos jugamos el 2024, también el futuro de las próximas generaciones y no se logrará un triunfo si no se tiene claro el rumbo: ¿matamos la alianza o solo colgamos a sus dirigentes? ¿Cómo logramos una alianza ciudadana y hasta cierto grado apartidista? ¿Se puede y conviene pensar en un candidato ciudadano apoyado por los partidos? ¿Cómo integrar a más ciudadanos a diversos puestos de elección popular? ¿Cómo fomentar el conocimiento —y el accionar— cívico entre la población?
Es requisito generar una nueva unidad a partir de lo que demande la sociedad y de la mejora de las instituciones del Estado y el tener una agenda de trabajo y discutir los componentes de esta. Ello definirá las candidaturas, no al revés.
No dará tiempo de refundar todo antes del 2024, eso se los adelanto. Pero tarde que temprano habrá que hacerlo y mientras más pronto empecemos, más pronto acabaremos. Esto es, aquí no se trata de pensar en el 2024 o en el 2030, sino en generaciones futuras y construir para ellas, no quedarnos en la inmediatez que nos obliga López Obrador.
Debemos construir a profundidad y darlo todo, solo eso es real.