EL AJEDREZ HUMANO
Alguna vez el legendario Ayrton Senna dijo: “Todos los años hay un campeón, pero no siempre un gran campeón”. Una reflexión que hoy más que nunca le queda a Verstappen. Ignorar, desobedecer, privilegiar su sentir sobre su compañero de equipo y por su equipo lo ha dejado en evidencia. Retomando las palabras de Senna, queda claro que Max es un campeón, pero por su actitud, está muy distante a ser un gran campeón.
Quiero seguir tomando de referencia a Senna porque su ejemplo no se quedó en simples palabras, sino en la pista. Año 1991, ya con el tricampeonato asegurado finalizando segundo, Ayrton reconoció la gran temporada realizada por su coequipero Gerhard Berger dejando que ganara esa carrera en Susuka, muy distante a lo que Max hizo este Domingo en Sao Paulo, ya con todo ganado, desafiar a su propio equipo, que lo único que pide es poder apoyar a su co-equipero para cerrar con un 1-2 un 2022 de ensueño, pero al parecer, Verstappen solo está acostumbrado a que le rinda pleitesía, que trabajen para él, así lo mal acostumbraron en Red Bull. En gran medida, porque nunca supo lo que es trabajar en equipo, nunca tuvo un compañero a su altura, que aportara puntos de manera constante en el rubro de constructores, que trabajara codo a codo para empujar hacía el sueño del campeonato.
El propio Max lo djjo en Abu Dhabi hace un año, cuando Checo se jugaba la vida para frenar a Hamilton, después del ridículo que hizo en Arabia Saudita. ¿Recuerdan? Cuando de manera poco deportiva se le frenaba a Lewis quien lo había llevado al límite exhibiendo el carácter peligroso del neerlandés que sabía que el titulo se le escapaba, teniendo que recurrir a movimientos sucios en la pista. Pues bien, Pérez se entregó al equipo y a Max para ayudarle a ser campeón del mundo. En ese entonces para Verstappen, Checo sí era “legend”, un “absolutely animal”, porque está acostumbrado que todos trabajen para él, pero en cuanto el mexicano le quiso competir, entonces no le gustó. Insisto, mucha culpa de esto lo tiene Red Bull, que lo ha consentido demasiado, sabiendo de su gran talento, que nadie niega ni cuestiona, pero que, desafortunadamente no le enseñaron un punto muy importante en este deporte, que ningún piloto, ni siquiera Senna, está por encima de la escudería.
No sé si Verstappen va a cambiar, porque así fue educado, su papá, Josh, su mentor, creó una máquina, su hijo nació con el talento y él con su formación, le dio el resto. Es cierto que todo campeón tiene su dosis de ego, de soberbia, de malicia, pero hasta para eso hay un límite, un límite que hoy Max conoció pero que no estoy seguro si realmente aprendió. ¿Recuerdan que en el team radio dijo que él “tenía sus razones” por no cumplir con las órdenes? Ahí les va esa razón. Resulta que según el reportero holandés Erik Van Haren aseguró que Checo se accidentó intencionalmente en el Gran Premio de Mónaco para quedar mejor ubicado en la parrilla arruinándole la vuelta a Max y que esa sería la razón principal por la cual Verstappen no lo dejó pasar en Brasil.
Real o no, las formas no justifican nada, porque en más de ocho ocasiones, solamente contando esta temporada, Pérez acató las órdenes de equipo para ayudar a Max y si en verdad, como presumen en Red Bull, existe compañerismo y se dicen las verdades de frente, entonces el neerlandés tuvo que haber sido más frontal, pero cobrar una “supuesta venganza” anteponiendo su beneficio personal al del resto, lo deja muy mal parado, si como justificación.
Me queda claro que algo se rompió ya entre estos dos pilotos. Ojalá esa ruptura no sea lo suficientemente radical porque la temporada 2023 será mucho más complicada que esta, Mercedes está de regreso, Ferrari seguro tendrá un mejor coche, Alpine y hasta Aston Martin prometen dar un salto hacia el desarrollo de su monoplaza y lo peor que puede pasarle a la escudería austriaca es traer una bronca interna por un capricho de un campeón que dista mucho de ser un gran campeón.
Por lo pronto se cayeron las máscaras y Checo sabe bien de quien cuidarse, aunque sea de fuego amigo. Estoy seguro que Pérez no se dejará intimidar, nunca lo ha hecho desde que llegó a la Fórmula 1, menos ahora, que ha demostrado que con un coche que no lo discrimine, puede competir de manera seria y mucho más leal que el garage que tiene al lado.
Se viene el cierre de temporada. Curioso, hace un año, los líderes llegaron empatados para definir el campeonato, este 2022, los sublíderes son los que llegan igualados, siendo Checo uno de ellos. A nosotros, los mexicanos, es un tema que nos llega de orgullo, pero también de recelo por lo que pueden hacer por Checo desde el box de Red Bull y con la poca solidaridad que pueda mostrar Verstappen. Lo mejor que les puede pasar es quedarse con el subcampeonato, de lo contrario, la herida no cerrará y los reproches podrían pasar del micrófono a la pista.
@LEAdeportes