IRREVERENTE
Les platico:
Por azares del destino, en menos de dos semanas vi cuatro escenas que se desarrollan alrededor de historias de amor muy distintas entre sí.
- La obra de teatro “Alma Mía”.
- El ballet de “Romeo y Julieta”.
- “El Rey León”, teatro musical.
- Y la película “Camp X-Ray”, que narra una de las más entrañables historias de amor, entre una guardia de la Marina de EU y el prisionero con más años detenido en Guantánamo, centro de confinamiento que el gobierno de George W. Bush hizo famoso por llevar ahí a los supuestos autores intelectuales del ataque al World Trade Center de Nueva York, el 11 de septiembre de 2001.
Ya escribí sobre las tres primeras historias.
Me toca hacerlo ahora sobre la cuarta. ¿Arre? ¡Arre!
Guantánamo
Estados Unidos asumió el control territorial sobre la parte sur de esta bahía, en virtud del Tratado Cubano-estadounidense de 1903.
El gobierno de EU ejerce jurisdicción y control sobre ese lugar, pero reconoce que Cuba conserva la soberanía.
Esto es algo difícil de entender y más después del triunfo de la revolución castrista en 1959.
El gobierno cubano se refiere a la presencia de EU en su territorio como ilegal y sostiene que el mencionado Tratado se obtuvo mediante el uso de la fuerza y viola los principios de derecho internacional.
Ahí se localiza el campo de detención de Guantánamo, bajo control estadounidense.
- La primera ignominia es la presencia de EU en el territorio de uno de sus enemigos más jurados.
- La segunda es que, para no ajustarse ni cumplir con los tratados internacionales para el trato a prisioneros, el gobierno de George W. Bush estableció que no se refiera a Guantánamo como una prisión, sino como un centro de detención.
Esto ha provocado el trato más indigno de que se tenga noticia en prisión alguna -porque lo es, por más EU lo niegue- en contra de seres humanos que son tratados peor que animales.
Las tres veces que he estado en Cuba intenté acercarme lo más posible a ese lugar.
Mi afán noticioso es inevitable, lo confieso, pero no lo he conseguido, hasta ahora.
A través de la película “Camp X-Ray”, tuve acceso a un incidente inimaginable que suceda en un lugar como ese.
Esta cinta -que en español se llama “Atrapada en Guantánamo”, fue estrenada el 17 de enero en el Festival de Cine de Sundance y llevada a los cines el 17 de octubre del mismo año, por la productora IFC Films.
Kristen Stewart es la soldado Cole que llega ahí para hacerse cargo de las tareas más elementales, que por su bajo rango le son asignadas.
Una de ellas es pasar revista a las celdas iluminadas las 24 horas, donde están los “detenidos”.
Se trata de un árabe que fue apresado ilegalmente por tropas norteamericanas, en su casa de Bremen, Alemania.
De ahí fue transportado hasta Guantánamo y recluido junto a otros 780 detenidos, después del atentado a las Torres Gemelas.
Según amigos que tengo en la Marina de EU, la población de Guantánamo hoy en día es de 30 detenidos.
Cole traba amistad con el árabe de Bremen y desobedeciendo las órdenes superiores, deja entrar en su mente -y luego en su corazón- a ese detenido que tiene dos años de estar esperando que le lleven el séptimo libro de la saga de Harry Potter.
Se los ha pedido a todos los guardias. Ha suplicado por él. Ha querido cambiar sus horas al aire libre por el placer de leer ese libro, pero no se lo han llevado en dos años.
En uno de sus recorridos por las celdas, Cole -quien solo hasta los momentos finales le revela su nombre, porque eso está prohibidísimo- le confiesa al detenido que nunca había salido de su pequeño pueblo donde nació en Arkansas.
Por eso aceptó que la transfirieran a Guantánamo.
Cole le pregunta al detenido si en Bremen donde vivía hay zoológicos y le platica que una vez, su madre la llevó a uno.
Le dice a su interlocutor furtivo que los animales enjaulados no tienen opción.
El detenido le responde que lo mismo le sucede a él, quien lleva siete años en Guantánamo.
“Aquí nadie tiene a dónde ir”.
Agosto se aproxima y el detenido le confiesa a Cole que es el mes que menos le gusta, porque es cuando cambian a los guardias que pasan revista a las celdas.
Una noche que la soldado cubre el turno nocturno, observa al detenido con una cuchilla que sacó del Corán, el libro sagrado del Islam.
Cuando Cole se asoma por la minúscula ventana, el detenido tiene la cuchilla en el cuello y amenaza con matarse ahí, frente a ella.
La expresión de la soldado se transforma, se enternece. Lo mira con impotencia.
El detenido le dice casi a punto de un lamento, que ella le gusta.
Y en un inusitado vuelco de la historia, ella le dice que también él le gusta, pero sus ojos no muestran atracción; están colmados de amor y solo un espectador insensible no se da cuenta de eso.
De pronto, rompiendo con todas las reglas y so riesgo de meterse en graves problemas, Cole abre la escotilla que la separa del detenido.
Sin mediar palabra, introduce su mano y le pido con señas a él que acerque la suya.
El árabe de Bremen se enguga las lágrimas y le da la suya.
Cole se aprisiona a él. Toma su brazo y se da una escena enternecedora, entrañable, inolvidable, que después de varios días de haberla visto, la traigo clavada en mi mente.. y en mi corazón.
Llega agosto. Cole se ha ido.
Un nuevo guardia se acerca a la celda del árabe de Bremen con el carrito de libros.
Le pregunta si quiere leer algo en especial y cuando uno amarillo aparece ante los ojos del ávido lector, le pide ese.
El nuevo guardia se lo entrega.
Es el número 7 de la saga: “Harry Potter and the deathly hallows”.
“Harry Potter y las reliquias de la muerte”.
Cajón de Sartre:
- Toda la vida, desde chiquito, he querido ser abrazado. Busco los abrazos como agua busca el sediento en el desierto.
- El abrazo de manos que vi al final de esta película, me ha llenado de sentimientos que no puedo escribir.