La ola obradorista y transformadora llegó por fin al Estado de México tierra de caciques políticos corruptos ultra enriquecidos. En hora buena. Pero hay espacios públicos en donde el tiempo se ha detenido. El poder judicial en las democracias avanzadas o consolidadas como les denominan otros analistas y estudiosos, difiere de manera notable de la construcción histórica y las formas de ejercicio de ese poder en los países con Estados debilitados, con cierta desarticulación institucional y con ciertos rasgos de politización en sus sentencias, en segmentos de su trabajo constitucional, no en toda la institución, ni por parte de todos sus miembros, lo cual denota la presencia de ciertos rasgos premodernos, que es el concepto con el cual se refiere a las instituciones que expresan o manifiestan formas no correspondientes con la ruta seguida por parte de los Estados constitucionales modernos.
Es decir, fortificados durante el proceso político de la 2ª posguerra: tiempo de las grandes alianzas para gobernar, del Estado de Bienestar, tiempo de Guerra Fría pero también tiempo de la distensión, del fin de la Guerra Fría, la mundialización económica, de la Unión Europea, de la zona de la euro moneda, de la cohabitación política basada en la democracia irrestricta, y de la supranacionalidad y las instituciones de la Europa unificada, incluyendo la justicia europea, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Lo más admirable de estos procesos -no exentos de problemas serios o retrocesos parciales- es que han ido consolidándose y generando una cultura de legalidad-constitucional que se vuelve norma de vida para los ciudadanos.
Si la modernidad en su mejor acepción es entendida como el ascenso colectivo, nacional y supranacional hacia estadios de desarrollo superiores, todo ello ha sido alcanzado en los países y Estados de la Europa de las democracias avanzadas. Sin duda alguna.
¿Qué podemos proponernos con citar una institucionalidad que está a años luz de nuestros países en la subregión latinoamericana, y de México en lo particular? Precisamente el inmenso contraste histórico, todo lo que ellos (líderes, técnicos administradores, altos especialistas, grandes empresarios, gobiernos) abandonaron para siempre para poder llegar a donde están.
Cursaron un desarrollo histórico desde niveles inferiores hacia niveles superiores de su institucionalidad. Los intereses de largo plazo de los cuerpos colectivos de la sociedad predominaron sobre los intereses de corto plazo de las corporaciones privadas y de las formaciones políticas con muy escasa visión de futuro. Cuando estos últimos intereses predominan en algunos segmentos del Estado –que por naturaleza su poder se ejerce como poder fragmentado con colisión de intereses en distintas de sus partes constitutivas- hablamos precisamente de “rasgos pre- modernos del Estado Nacional” y de sus instituciones fundamentales.
Y estructurado como república federal, la pre modernidad, al encontrarse como factor existente en los poderes que conforman la república, no podemos dar por concluida la construcción histórica de estos hasta no constatar en la formación de nuestras instituciones, el abandono para siempre de las expresiones pre modernas.
Tuve una vez la oportunidad y el honor de platicar unos 8 o 10 minutos por razones de mi trabajo con la entonces secretaria de Gobernación y ministra con licencia de la Suprema Corte de Justicia de la Nación al momento de obsequiarle mi último libro publicado, y me expresó –palabras más, palabras menos, pero sin perder la precisión- su tesis: el gran problema de México es la justicia, todos los más graves problemas han crecido incluyendo el de las organizaciones criminales, por la carencia de justicia. Hay otros países con problemas también de amplia corrupción pero tienen justicia y logran controlarlos. Me expresó también su gran preocupación por el tema de los feminicidios, en lo que ella buscaba hacer una contribución definitiva. Hago público este segmento de la conversación porque no versó sobre temas privados sino sobre temas de la vida pública de nuestro país, conceptos que expresó como alta funcionaria pública.
La debilidad de la justicia mexicana, es decir, del poder judicial en esencia, entonces, es fundamental en la explicación y en la perspectiva de solución, efectivamente, de sus grandes y graves problemas. Un poder judicial fuerte y poderoso constitucionalmente, ampliamente respetado, con gran consenso social y legitimidad, robustamente articulado con una Fiscalía General de la nación, autónoma, y con los otros poderes de la república, es un tema de la seguridad Interior de nuestro país, probablemente por ello, un tema también de la reforma del Estado. Circunscribir la problemática al poder judicial es acotar la perspectiva.
Tenemos que terminar para siempre con los rasgos pre modernos de la justicia mexicana. Armar conspiraciones siniestras contra miembros de ese poder (como la desarrollada contra la ministra Yasmín Esquivel de amplia y prestigiosa trayectoria con todos los méritos para ser presidenta de la Suprema Corte de Justica, para dañar su reputación pública y ganar un espacio de maniobra desde la ideología de la derecha mexicana) y que todo ello sea secundado por otros ministros y ministras, es una inmensa manifestación de la pre modernidad dentro de nuestro poder judicial, desafortunadamente para los mexicanos. Y que todavía otro ministro bromeé con muy mal gusto, diciendo que su futuro puede ser “irse a vender tamales” sabiendo la gran solvencia económica que posee, a burla pública y a sarcasmo, y es perder las dimensiones de un trabajo de altísima importancia para la republica.
A partir del veredicto final sobre el caso de la doctora Yasmín Esquivel que tendrá que ser en el sentido de exonerarla de cualquier cargo –a juzgar por el desarrollo de la investigación que no hay espacio aquí para comentar al detalle- la FGR debiera abrir una investigación de oficio porque se violaron distintos ordenamientos legales en este lastimoso caso: hubo falsedad de declaraciones, se tergiversaron groseramente los hechos, probablemente hubo sobornos y alteración de documentos, un gran desaseo que mucho lastima a las instituciones académicas involucradas y al poder judicial también, no sólo a la Dra. Esquivel.
Como lo fue también el hecho de los senadores de oposición (de la reacción) sin zapatos, acostados sobre catres, muy mal presentados, dos de ellos subiendo las piernas sobre una senadora, los tres acostados uno junto al otro, comiendo en sus curules, fue un espectáculo lamentable, penoso, y son rasgos adicionales y constatables de pre modernidad. Porque esta condición, si está presente en las instituciones, es que está presente en los personajes públicos que actúan a su interior y detentan en forma denigrante la representación popular.
Esa parte de la clase política no piensa más allá de intereses de grupo, jamás en el futuro de nuestro país, nunca en las futuras generaciones, consideran que asegurando el futuro económico de sus descendientes, pase lo que pase de malo en el país, ellos estarán a salvo. Tienen mucho más de una mentalidad de negociantes privados que de líderes políticos con visión de representatividad popular y de futuro para México. Son actores, pre modernos, de la trama pública de México. Para usar conceptos de la Ciencia Política en su denominación.
Son varias las instituciones de la justicia europea que considero la más avanzada:
El eje gravitacional es el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TEJUE) cuya función es garantizar que la legislación de la UE se interprete y aplique de la misma manera en cada uno de los países miembros; garantizar que los países miembros y las instituciones europeas cumplan la legislación de la UE. Se desglosa en dos organismos: el Tribunal General cuya integración es colegiada, dos jueces por cada país, y el Tribunal de Juica también como instancia colegiada integrado por un juez de cada país. Su sede está en Luxemburgo, Bélgica.
Interpreta y aplica la legislación que emana de los tribunales nacionales, desarrollan los procedimientos y decisiones correspondientes, así como los actos de anulación a que haya lugar, garantiza los recursos por omisión y atienden todas las acciones encaminadas a fijar criterios por daños y perjuicios. Sólo como algunas nociones sobre su estructura legal y procedimental.
Pero en forma destacada tienen también: El Tribunal Europeo de Derechos Humanos (también conocido como “Tribunal de Estrasburgo”) es el tribunal destinado a enjuiciar, bajo determinadas circunstancias, las posibles violaciones de los derechos reconocidos en el Convenio Europeo de Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales (CEDH) y en sus Protocolos por parte de los Estados parte de dicho convenio.
Bien sabemos que la formalidad de la estructura jurídica de las instituciones de justicia no asegura plenamente la ejecución impecable de su trabajo. Por ello, presentaré y comentaré casos de corrupción dentro de las instituciones de justicia europea y la forma y principios jurídicos con los cuales han sido resueltos, para mantener ese enorme contraste con los países que aún tienen la desgracia de operar con segmentos institucionales marcados de pre modernidad como México.
Lo haremos en nuestra próxima entrega.