El gobernador Alfredo del Mazo es fiel representante de las tradiciones políticas del Estado de México. Con el mismo nombre es la tercera generación de mandatarios de la entidad. Los dos anteriores fueron genuinos precandidatos a la Presidencia. Alfredo el joven también lo es. Antes la decisión pasaba por una sola voluntad, ahora la aduana será resultado de la elección de gobernador en el próximo año.

Los buenos modos y el entendimiento del gobernador con el presidente López Obrador y con su vecina, Claudia Sheinbaum, llevan a muchos a considerar que el gobernador será facilitador del triunfo de la profesora Delfina Gómez, candidata del régimen. La política es más compleja de lo que parece y más la del Estado de México, para bien y para mal. Allí como en ninguna otra parte, es claro que quien gobierna es en función de un proyecto común. Por ejemplo, los exgobernadores difícilmente se mantienen en retiro, son factor activo, algunos en los negocios, pero todos en la política.

La entidad tiene una dinámica más allá del indiscutible peso electoral. Se explica por las limitaciones y la rigidez que de siempre han impuesto los gobiernos de la Ciudad de México, antes Distrito Federal. La profesora Delfina es representativa candidata de los humores y deseos del presidente y eso le ha facilitado las cosas, pero el camino a la gubernatura es mucho más sinuoso de lo que parece por la presencia diversa de poderes y factores locales y regionales, algunos legítimos, otros francamente delictivos.

El crecimiento exponencial del derecho de piso es revelador de la presencia criminal, la que ya existía, pero no con la autoría de cárteles nacionales violentos. La pregunta obligada es si la profesora Delfina podrá revertir el terreno que están ganado esos grupos delictivos. Electoralmente, la profesora y Morena son más débiles ahora que hace cinco años, a pesar del apoyo del presidente. Las malas gestiones municipales explican la derrota en 2021, en la que Morena perdió casi todo lo ganado en 2018.

El grupo morenista mexiquense registra fracturas difíciles de resolver. Por una parte, el ascendiente del grupo Texcoco al que pertenece la profesora, se vio afectado por la cancelación del proyecto aeroportuario, por la otra, opciones como las de Higinio Martínez, Azucena Cisneros, Fernando Vilchis se asumen perdedores de la selección de candidatos. De hecho, la dirigencia estatal resuelta en días pasados a favor de Martha Guerrero es triunfo de Higinio, quien fue afectado por la cancelación del aeropuerto, por la candidatura a favor de Delfina y por su infructuoso intento de ser presidente de la mesa directiva del Senado.

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Alfredo del Mazo no entregará plaza, lo que no significa que esté dispuesto a entrar en una línea de confrontación con el presidente y su partido. Hasta hoy ha llevado bien las cosas y dos mujeres hábiles y competitivas se perfilan como candidatas del PRI, Alejandra del Moral formada en la experiencia de la política de base en el norte de la entidad y ahora Secretaria de Desarrollo Social y partícipe de la exitosa elección de 2021 como dirigente estatal, y la diputada federal Ana Lilia Herrera, expresidenta de Metepec, también con conocimiento de la entraña popular que mueve votos e invicta en las diversas contiendas en las que ha participado.

La pregunta que debe hacerse es si el PAN y PRD están dispuestos a respaldar a la candidata que seleccione el PRI. Enrique Vargas tiene fortaleza, pero se ha visto afectado por la revelación del diario Reforma de su supuesta irregular situación patrimonial. Por su parte Juan Zepeda preserva su ascendiente en el oriente del Estado, justo donde Morena tiene fuerza. Su concurrencia como candidato podría significar, como sucedió en 2017, que el PRI ganara a elección, sobre todo si contara en esta ocasión con una coalición que integrara al PAN y PRD.

La elección del Estado de México es una batalla relevante para los dos proyectos en competencia en la arena nacional. El colaboracionismo de la dupla Moreira/Moreno no necesariamente cancela la posibilidad del entendimiento opositor. En todo esto sería un error dar por hecho que el gobernador del Mazo habrá de entregar plaza.