Nadie tiene más autoridad moral e intelectual para hablar acerca del feminismo que Frida Gómez y Diana Luz Vázquez. La primera, colaboradora de SDPNoticias desde hace muchos años, ha participado activamente en todas las luchas de las mujeres que ha habido en el país en la última década. Diana Luz también ha publicado artículos aquí, pero es mucho más conocida por ser la promotora de la Ley Sabina —que busca castigar a los deudores alimentarios—.

Las entrevisté para este artículo. Decidí hacerlo porque algunas mujeres que conozco, simpatizantes de Marcelo Ebrard y cuyos nombres no daré a conocer, me reclamaron por un párrafo de mi artículo “Machismo en la alianza opositora explica la renuncia de Mariana Benítez al PRI” publicado ayer sábado en la mañana. El párrafo que molestó es el siguiente:

“¿Hay machismo en Morena? Desgraciadamente, sí. En la disputa por la candidatura presidencial los dos hombres que se han rezagado en las encuestas —Marcelo Ebrard y Adán Agusto López— han recurrido a las descalificaciones misóginas para intentar emparejarse con la líder, Claudia Sheinbaum. Verdaderamente triste que eso no lo denuncie una histórica figura del feminismo mexicano, Malú Micher, quien en forma incomprensible cuando una mujer de su partido tiene la oportunidad de ser presidenta, decidió apoyar a un macho como Ebrard. En este caso, la grilla pudo más que la causa”.

Según ellas, podría ser mejor para el feminismo un hombre con perspectiva de género como Ebrard que una mujer que, dicen, no ha demostrado poseer conciencia feminista como Sheinbaum.

El feministómetro corcholatero

Pregunta: ¿Qué opinas de ese párrafo, Frida?

Frida Gómez: Que nos están empujando a diseñar un ‘feministómetro corcholatero’ para responder a la pregunta de qué presidenciable tiene más perspectiva de género.

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Pregunta: ¿Te animarías a desarrollarlo?

Frida Gómez: Quizá, pero antes hay que responder dos preguntas: (i) ¿basta nacer con sexo mujer u hombre para ser “feminista? y (ii) ¿el sexo mujer u hombre garantiza un gobierno con perspectiva de género?

Los distintos feminismos

Pregunta: Pareciera el feminismo estar de moda. ¿Están de acuerdo, Frida, Diana Luz?

Frida Gómez: Todos los hombres quieren ser “feministas”, aunque al mismo tiempo a todos les incomodan los reclamos de las mujeres. Desde hace un par de años, el feminismo ha desbancado a otros movimientos en cantidad y en generaciones que incluye, dejando atrás a las protestas estudiantiles y sindicales para abrir espacio a las mujeres como la fuerza innegable.

Diana Luz: Hay que entender los diversos enfoques feministas, que nos llevan a ubicar las interseccionalidades que existen en nuestro país en relación a las diversas luchas de mujeres en otras naciones. Mientras los feminismos negros han luchado por el reconocimiento de su identidad ante los discursos dominantes blancos del heteropatriarcado, en otro contexto las mujeres talibanas están luchando en estos momentos por el solo hecho de poder asistir a la escuela. El feminismo de Indonesia tiene su interés principal en lograr la erradicación de la ablación en las niñas, es decir, la mutilación genital femenina al nacer. Una práctica que afecta a más del 60 por ciento de las mujeres. Como este ejemplo, encontramos focalizados los derechos evolutivos de las mujeres en cada una de las olas del feminismo.

Los feministos

Pregunta: Ahora todos los hombres queremos ser feministas… o ‘feministos’. Pero también las mujeres conservadoras quieren serlo, ¿es así?

Diana Luz: Eso me hace recordar a Porfirio Muñoz Ledo cuando se declaró públicamente “feministo”. Eso no existe, es una trampa del patriarcado. Ninguna persona nacida hombre puede apropiarse de una lucha que no le pertenece. Los hombres no crecen con el mismo piso desigual y violento que nosotras las mujeres enfrentamos, no lo padecen, y en la mayoría de los casos, ni siquiera lo comprenden.

Frida Gómez: Cierto. En ese contexto, no es extraño que hasta las mujeres más católicas y menos progresistas busquen el cobijo del feminismo, como Lilly Téllez o Kenia López Rabadán.

Las mujeres, solo las mujeres

Pregunta: En el ‘feministómetro corcholatero’ ¿qué debe medirse?

Frida Gómez: Entre las propias mujeres se ha recurrido a medir el feminismo a partir del aborto u otras posturas ante temas polémicos (subrogación de vientres, prostitución, etcétera). pero probablemente debamos, en realidad, medirlo a partir de la experiencia siendo mujeres. ¿Quiénes tienen esa experiencia? Las mujeres, solo las mujeres.

¿Ebrard es feminista?

Pregunta: ¿Hasta dónde un hombre puede entender la lucha feminista? En la disputa con una mujer por la candidatura presidencia, ¿hasta dónde puede un aspirante hombre ser feminista?

Frida Gómez: Políticas de carrera como Malú Micher y Martha Delgado apoyan a un hombre, Marcelo Ebrard, aun siendo feministas; es grave porque lo hacen contra la primera oportunidad histórica de que realmente sea una congénere la que ocupe la presidencia, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum. Micher y Delgado aseguran que su corcholata, Ebrard, podría tener “más perspectiva de género” que una mujer quien, por el simple hecho de ser mujer, dicen, no tiene que ser feminista. Por favor. Pareciera que el agradecimiento por el impulso y la lealtad les impidiera a Malú y Martha ver que Ebrard, por muy aliado, nunca ha vivido la opresión de ser mujer. Jamás ha tenido que dejar de trabajar para cuidar hijas e hijos, no le han juzgado ni en los medios ni en la sociedad por ser soltero o casado, nadie le ha criticado la talla de ropa, ni lo han desacreditado por hacerse viejo cada día más como todos los seres humanos. Nunca vivió acoso en su primer trabajo y probablemente nadie le pidió tener relaciones sexuales para acceder a un cargo. Nunca tuvo miedo de caminar solo de noche en la calle y nunca estuvo en riesgo de que su pareja sentimental le asesinara. Ningún maestro le pidió favores a cambio de pasar el examen y por supuesto que cuando decidió dedicarse a la política, nadie le cuestionó si dejaría en el olvido a su familia. Marcelo será progresista conocedor de tendencias europeas, pero feminista, lo que se dice feminista no es ni puede serlo. Tendrá en su equipo mujeres (al igual que el presidente López Obrador) pero nunca podrá igualar las vivencias desde la desigualdad que se vive siendo mujer.

El inédito escenario de que una mujer pueda ser presidenta

Pregunta: ¿Por qué hay feministas apoyando a Ebrard frente a Sheinbaum?

Frida Gómez: Algunas feministas que coordinan los “grupos de mujeres” para corcholatas hombres —no solo Ebrard, también Adán Augusto López—, en realidad construyen cotos que utilizan nuestras causas para cuidar la honorabilidad de sus jefes políticos y no por una acción gratuita, sino como una transacción de la que podrán beneficiarse con mejores cargos y la promesa de permanencia en la arena de poder. ¿Su interés es ilegítimo?

Diana Luz: Han surgido voces desde la izquierda, desde Morena que desdeñan el inédito escenario de que una mujer pueda ser presidenta. Lo peor es que se trata de mujeres que han participado en movimientos de defensa de derechos políticos de las mujeres y que, con el tiempo, se han convertido en representantes del feminismo mexicano. Lo cierto es que bajo ese supuesto, al ser representantes de la histórica lucha de las mujeres y al participar en contextos de resistencias machistas, hoy su voz se convierte en una extensión del patriarcado que se resiste a que una mujer gobierne y busca que sea una vez más, un hombre quien gobierne. Se trata de mujeres de izquierda que repiten fuertemente que quien tiene que llegar a la candidatura presidencial es “un hombre con conciencia feminista”. Un hombre puede tratar de entender las luchas feministas, sí. Un hombre puede acompañar las luchas feministas, también. Pero de eso, a que decir que sea feminista, es tremendamente contradictorio. Por otro lado, la conciencia feminista, la perspectiva feminista, son cosas totalmente distintas. Simone de Beauvoir lo dejó escrito: no se nace mujer, se llega a serlo.

Las prioridades del feminismo de hoy

Pregunta: ¿Es ilegítimo el apoyo de feministas al hombre que compite con una mujer por la candidatura presidencial?

Frida Gómez: No necesariamente, pero tampoco es genuino. No apoyan a Marcelo Ebrard porque tenga más perspectiva de género, lo apoyan porque es quien garantiza mantener o incrementar el poder o privilegios de las feministas de su equipo. La perspectiva se define, según la Real Academia Española, como el “punto de vista desde el cual se considera o se analiza un asunto”. La perspectiva de género es la expresión para visibilizar el entendimiento de la sociedad, familia, relaciones de poder y espacios desde las mujeres y desde las experiencias fuera de lo que viven los hombres.

Diana Luz: En México, una de las prioridades de la última década para lograr la igualdad, es la paridad en los cargos de elección popular así como la llegada al poder de las mujeres. Hay que decir que este 2023 conmemoraremos el 69 aniversario del voto de la mujer en nuestro país. La descripción es sencilla: tenemos apenas poco más de 6 décadas ejerciendo nuestro derecho a votar y ser votadas. Durante este corto tiempo, han sido 6 las mujeres candidatas a aspirar a la presidencia de México. Ninguna con posibilidades reales de llegar. Este 2024, es muy probable que la actual jefa de gobierno Claudia Sheinbaum se convierta en la primera mujer con un amplio margen de probabilidad de ser presidenta de México.

Falso que una mujer no tenga conciencia feminista

Pregunta: ¿Cómo explicar que haya mujeres apoyando a un hombre en la gran disputa política contra una mujer?

Frida Gómez: Existen lideresas que fortalecen liderazgos de hombres utilizando pragmáticamente al feminismo, pero en realidad le hacen la chamba al patriarcado, es decir, no solamente dejan de ayudar a las mujeres, sino que aportan su granito de arena para que se mantengan sistemas violentos de poder en contra de otras. Una de las corcholatas que nunca podría hacerse llamar feminista ni con perspectiva de género es Adán Augusto, el secretario de Gobernación, que en su cargo se ha pronunciado por eliminar el tipo penal de “feminicidio”, que ha defendido a Salgado Macedonio ante acusaciones de violación y que ha ignorado a madres buscadoras, lo que ha hecho con particular insensibilidad… pero al mismo tiempo, mantiene a mujeres cerca que se hacen llamar “feministas”.

Pregunta: ¿Es el peor “feminismo”?

Diana Luz: Que existen mujeres patriarcales, sí, pero que una mujer no tenga conciencia feminista, eso es totalmente falso. Todas las mujeres tenemos conciencia de nuestras desigualdades, más aún porque todas hemos sufrido por lo menos en alguna o más ocasiones, situaciones que nos han vulnerado o nos han puesto en desventaja con los hombres. Que no nos hayan enseñado a nombrarlas e identificarlas, es distinto. La propia maternidad, por ejemplo, es una brecha abismal de desigualdad, y eso una persona nacida hombre no lo vive, quizá nunca pueda tener plena conciencia de esos procesos ni mucho menos, el mismo sentido de responsabilidad que las madres. Claudia Sheinbaum tiene conciencia feminista, sí; como también es cierto que hay hombres que se rodean de feministas para aprenderles. Que sus prácticas dejen de ser patriarcales y machistas, eso no es totalmente cierto en ambos casos. Nuestra sociedad es enormemente machista y todas las personas tenemos que irnos deconstruyendo todos los días. Existen machismos cotidianos a los que estamos acostumbrados y que pueden seguir pasando desapercibidos.

El oportunismo por el feminismo

Pregunta: Mujeres de oposición se unen a Claudia, ¿es oportunismo?

Frida Gómez: Hay oportunistas lamentables, como las famosas “fakeministas” que sin saber o entender feminismo, han amanecido entre las “Brujas Del Mar” para venderle a candidatos conservadores acusados de violencia fotos y conferencias, haciendo vivo el “pink-washing”, una estrategia de marketing para fingir apoyo a las mujeres mientras que en realidad, son parte del problema. Oportunismo es prostituir causas colectivas para beneficio personal fingiendo convicciones que nunca antes se tuvieron.

Pregunta: ¿Qué decir del oportunismo político?

Frida Gómez: No todo el “oportunismo” es oportunismo negativo y no todo pragmatismo es malo. Por ejemplo, Mariana Benítez decidió abandonar la alianza prianista por su machismo y exclusión de mujeres al momento de tomar decisiones. Ella ha sido una oaxaqueña que en su tierra ha trabajado bastante por combatir el matrimonio infantil, la violencia contra las mujeres y la discriminación. Se ha asumido feminista antes que las panistas y de hecho, llegó a reconocer al ultraconservadurismo del yunque de Acción Nacional como el ala más machista de la alianza entre el PAN, el PRI y el PRD. Ahora se va a la cuarta transformación a hacer lo que toda feminista está llamada a hacer: apoyar a Claudia Sheinbaum para que ser mujer deje de ser obstáculo para llegar a la presidencia.

Pregunta: ¿Claudia debe aceptar el pragmatismo de más mujeres priistas o panistas que decidan apoyarla?

Frida Gómez:¿Pragmatismo? Probablemente. Dejar un espacio de violencia política es un acto de congruencia mientras que sumarse a quien va a la cabeza de las encuestas desde el partido antagónico al que abandona podría tildarse de “oportunismo”. Pero aun si lo fuera —que no creo que lo sea— sería oportunismo del bueno. Uno que al menos, acercaría a un número considerable de mujeres a la visión de Claudia Sheinbaum, en la que las mujeres, antes que votos, son personas.

Pregunta: ¿Ves un riesgo en lo anterior?

Frida Gómez: Si es que el apoyo de Benítez es bien recibido por Sheinbaum, será importante cuidar que no nazca un nuevo caballo de Troya como Lilly Téllez y que nunca se convierta en la “Germán Martínez” de Claudia; Germán y Lilly, personajes que le jugaron chueco a AMLO. No sé si Mariana lo haría, pero de momento de que el fichaje es brillante, lo es. Ninguna mujer que haya militado en el feminismo podría quedarse en un partido como el PRI.

Pregunta: ¿Es oportunismo el de las feministas que apoyan a Ebrard?

Frida Gómez: Así es. Oportunismo es que ahora, en pleno tiempo de las mujeres, existan políticas prostituyendo causas a los mejores postores solamente para mantenerse en el poder. Fingiendo ser lo que no son y haciendo creer en causas que no creen solamente por capital político, a quienes sea que les quede el saco.

Feminismo como activo electoral

Pregunta: ¿El feminismo es un activo electoral? ¿Ayuda eso a la causa?

Frida Gómez: El feminismo dejó las aulas académicas y los cacerolazos de calle para convertirse en un botín que se disputan pragmáticos de todos los géneros: mujeres, hombres, trans… como cualquier botín político, ahora que hay mujeres feministas aprovechando sus trayectorias y grupos de mujeres para servir a los hombres, a todas nos queda ser vigilantes críticas.

Feminismo de las mujeres, feminismo de los hombres

Pregunta: ¿Solo la mujer puede ser feminista? ¿El hombre no puede serlo?

Frida Gómez: Parecería obvio un “no” por respuesta a las preguntas anteriores. Ni nacer mujer asegura que una gobernante podrá tener perspectiva de género o asumirse “feminista”, ni nacer hombre les excluye de entender la desigualdad estructural que viven las mujeres. Eso sí: ningún hombre podrá conocer las dificultades de ser mujer por el simple hecho de nunca haberlas tenido y la política de hoy es estrictamente personal. Lo personal es político. Comencemos por dejar claro que el feminismo es una militancia político-ideológica que solamente se puede vivir en carne de mujer. Poco más de la tercera parte de causas feministas nacieron de la vida cotidiana y el sentir desigual del poder desde los espacios familiares, comunitarios y locales. Así que ni siquiera Lilly Téllez siendo mujer podría ser una presidenciable con perspectiva de género, así como ni Ebrard ni Adán podrán ingresar al feministómetro corcholato nunca.

El feminismo actual

Pregunta: ¿Cuál es el gran reto actual del feminismo en política?

Diana Luz: Nos encontramos en momentos coyunturales donde una generación de mujeres más jóvenes nos enseñan a mirar con lentes violeta, con perspectiva de género las políticas públicas, los mensajes de los medios de comunicación, los discursos de quienes gobiernan, y esto, todo es una revolución. Lo que considero es que ninguna mujer que se diga feminista, puede negar que lo que nos toca abrir en este momento, es esa puerta históricamente cerrada a las mujeres para gobernar nuestro país. Lo demás, es un falso discurso acomodaticio del poder, y también una narrativa que pronunciada por mujeres históricamente feministas puede ser descrita como falacia desde el patriarcado para conservar sus privilegios.