Al sostener un debate con el periodista Ciro Gómez Leyva en relación con el tema de los 43 desparecidos de Ayotzinapa se le cayó el teatro al guionista y biógrafo oficial de AMLO, Epigmenio Ibarra, y su rabiosa reacción no se pudo ocultar.
Este asunto llevó a la administración de Peña Nieto a su debacle, fueron hechos que conmocionaron a la República y el gobierno, que estuvo muy por debajo para aclarar y concluyó sus investigaciones en la famosa “Verdad Histórica”, que difundió el entonces procurador general, Jesús Murillo Karam.
En contra parte, el tema de la desaparición de los estudiantes fue ampliamente explotado mediática y electoralmente por el principal opositor del gobierno del impune Peña, Andrés Manuel López Obrador quien, con una estrategia de manipulación mediática elaborada por Epigmenio, su jefe de propaganda logró posicionarse empezando por su famoso “pase de lista” diario de los 43 estudiantes normalistas.
En campaña AMLO decía: “vamos a que se integre una comisión de la verdad y que intervenga la ONU para que se aclare todo lo relacionado con la desaparición de los 43 jóvenes”. Aseguraba que en Iguala no habría sospechas sino justicia y que sería un ejemplo de cómo se hace en un gobierno democrático; manifestaba además su desacuerdo con quienes especulaban con que, si se aclaraban los sucesos, se afectaría al Ejército.
La participación del Ejército
Sin embargo, como Ciro lo dejó claro frente a Epigmenio, AMLO faltó a su palabra. Este gobierno no ha avanzado ni un ápice en las investigaciones ni ha hecho justicia, este gobierno, como el anterior, ha dejado mucho que desear al respecto.
Epigmenio empezó “muy gallo” la entrevista con Ciro, pero cometió un error que puede ser catastrófico para la administración lopezobradorista, al señalar que se cometieron dos crímenes paralelos en aquella fecha, responsabilizó a las fuerzas armadas de los hechos de Iguala: “Uno el perpetrado por las bandas criminales coludidos con militares, coludidos con policías federales y coludidos con policías municipales, está probado que los militares estuvieron en la escena del crimen… está probado que el C5 estaba enterado minuto a minuto de las actividades de los estudiantes y el C5 estaba conectado con el Estado Mayor de la secretaria de la Defensa y está probado que había una operación en curso de vigilancia de contrainsurgente que seguía los pasos de los estudiantes y que había un infiltrado”.
Luego, en con ese espíritu manipulador que lo caracteriza, pretendió envolver al entrevistador y a su audiencia, exigiendo que se disculpara por haber sostenido que la “Verdad Histórica” se mantenía intacta. Ahora sí, Epigmenio”el rabioso” se topó con “la horma de su zapato¨” porque Ciro, fuerte y claro, le aclaró que no tenía por qué disculparse: porque las bases de lo que se conoció como la “Verdad Histórica” se mantienen intactas y “te lo repito hoy aquí”.
El reclamo de los padres
El periodista presentó la investigación que realizó un equipo de reporteros que se encargaron de analizar todo el expediente de Ayotzinapa que se abrió en la administración de Peña Nieto, aclarando que él no hace conjeturas imaginarias como lo hace Epigmenio.
Hasta ahora, la estrategia de Epigmenio se limita a conseguir efectos mediáticos y de manipulación, sin realmente considerar a los familiares de las víctimas, quienes solamente son utilizadas cuando necesitan aplausos para AMLO, pero si lo cuestionan, como sucedió hace dos días, no dicen nada.
El pasado 29 de marzo los padres de los estudiantes reclamaron al gobierno federal que a la fecha no hayan obtenido suficientes resultados en la investigación sobre la desaparición de sus hijos. Criticaron la resistencia de las instituciones para entregar información sobre el caso y advirtieron que de seguir así las cosas no habrá justicia. En un mensaje dirigido a los medios, una de las madres, María Elena Guerrero, señaló que nunca imaginaron que, a tres años del inicio del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, todavía no tendrían información sobre el paradero de sus hijos.
Otro error de Epigmenio “el rabioso” fue sentenciar a la administración de AMLO, al asegurar que “si no hay verdad y justicia en Ayotzinapa se cuestiona la posibilidad de verdad y justicia del país porque es un caso emblemático”. El punto aquí es que no hay verdad ni justicia a más de tres años de gobierno.
De hecho, este gobierno resultó peor que el de Peña Nieto, porque, como lo dicen los padres, no ha avanzado nada en torno al caso y como lo dice Ciro, la llamada Verdad Histórica se mantiene.
Pero, al exigir que el Ejercito, lo mismo que la Marina, abran sus archivos y sus expedientes completos, que castiguen a los responsables y que reconozcan su participación, Epigmenio se metió entre las patas de los caballos, es decir, entre el discurso de su jefe y patrocinador.
Se olvida de que el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas es el presidente y que si el Ejército no lo ha hecho, es porque no ha recibido la instrucción de López Obrador.
Si Ayotzinapa fue la tumba de la administración de Peña Nieto, con la ayuda de Epigmenio “el rabioso” saliéndose de su propio guion, podría ser también la de AMLO.