Se equivocó el titular de la Secretaría de Gobernación en la pregunta que hizo a la madre de un desaparecido: “¿Usted confía en mí?”. Fue un error porque alguien en la situación de la mujer necesariamente iba a responder: “Pues la verdad yo no confío en nadie”.

Se volvió a equivocar Adán Augusto López Hernández en su réplica: “Pues yo tampoco confío en usted”.

Ayer los medios de comunicación y las redes sociales destacaron ambos errores y casi linchan al funcionario.

Lo que se destacó menos —curiosamente, hoy lo subraya el diario Reforma— es lo que Adán Augusto sí hizo correctamente: (i) salir de su oficina para atender a las mujeres que protestaban por la terrible tragedia de los desaparecidos, y (ii) llegar a un acuerdo con ellas, ahí en la calle Abraham González, para atender los reclamos.

Actuó, sin duda, como un gran secretario de Gobernación. Hacía tiempo que México no contaba en ese cargo con un político sensible y ejecutivo.

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Se equivocó en lo que dijo, pero no en lo que hizo. Una pena que se hayan destacado más sus palabras equivocadas que sus hechos positivos.

El senador del sombrero

Se llama Armando Guadiana Tijerina y quiere ser gobernador de Coahuila. Utiliza un particular estilo ranchero para ganar simpatías, no solo por su sombrero, sino por sus actitudes y su discurso. Pretende —pero no es creíble— convencer a la gente acerca de que encabeza un proyecto de combate a la corrupción que representan en la entidad los hermanos Moreira. Sin embargo, si algo incomoda al senador cuando lo entrevistan es que le pregunten sobre su relación comercial con su amigo Alonso Ancira, o los contratos de venta de carbón a la CFE con los que se ha beneficiado siendo presidente de la comisión de energía del Senado.

El diario El País hace tiempo publicó un extenso reportaje que exhibe el conflicto de intereses del senador Guadiana, cuyas empresas y las de su familia obtuvieron contratos para la venta de carbón a la CFE. Uno de los rechazos que enfrenta el senador en la región carbonífera de Coahuila, proviene del dañó que causó a los pequeños productores de la entidad, quienes acusan al senador de haberlos afectado a través de su posición en el Senado y sus relaciones con el gobierno federal.

Guadiana asegura que será gobernador de Coahuila, que sus relaciones con altos funcionarios de la 4T lo harán posible, sin embargo, en los foros que organizó en diferentes regiones del estado con motivo de su informe legislativo, y a pesar de haber contratado para ello costosos espectáculos musicales, apenas logró juntar pequeños grupos; muchos de ellos asistieron más por el concierto gratuito que ofreció, que por su interés en la política o en Morena.

En su intento por obtener la candidatura de Morena a la gubernatura de Coahuila, el propio Guadiana se ha dedicado a atacar al expanista Luis Fernando Salazar, ofreciéndole apoyo públicamente, pero contratando servicios de una empresa de Monterrey para que lo golpee en las redes sociales. Por lo que la respuesta de muchos ha sido recalcar los acuerdos que el senador de Morena sostiene con el gobierno priísta de Coahuila.

Su carrera por la candidatura a la gubernatura está minada de altibajos, principalmente por su relación con el empresario Alonso Ancira, a quien ha tratado de defender en varias ocasiones y por quien intentó interceder ante funcionarios federales, situación que le trajo la enemistad no solo con la mayoría de las bases de Morena en la entidad, sino con parte del gabinete del presidente Andrés Manuel López Obrador, que vieron al empresario taurino y carbonero como una extensión de esa mafia del poder que tanto se combate desde Palacio Nacional.

Los comités estatales de Morena que se ha intentado acercar Guadiana —atraídos por apoyos de dinero en efectivo, materiales de construcción y la promesa de empadronarlos para acceder a programas sociales federales—, han terminado por rechazarlo. Y aun cuando ha tratado de financiar a varios regidores de los municipios gobernados por Morena en Coahuila, y a los que hacen oposición en ayuntamientos de otros partidos, ello le ha resultado una estrategia fallida, ya que muchos han preferido acercarse al subsecretario de Seguridad Publica del gobierno federal Ricardo Mejía Berdeja.

Armando Guadiana ha hecho convenios con varios medios de comunicación, principalmente de Torreón y Saltillo, con el fin de obtener entrevistas a modo y promover su imagen como un morenista fuerte. Para su desgracia, los conflictos de interés que hoy preocupan al senador han sido publicados por medios internacionales que lo ven como un político ligado a la corrupción, esa que tanto busca combatir el partido al que pertenece y hoy gobierna México.