En el complejo escenario político mexicano, la reciente adhesión de Eruviel Ávila Villegas para crear la Alianza Progresista no solo es un hecho relevante, sino que podría marcar un punto de inflexión para el PRI. La magnitud de esta decisión se evidencia no solo en el peso político que Ávila Villegas representa, sino también en la posibilidad de que otros priistas se sumen a esta nueva configuración.
El reconocimiento público de Eruviel Ávila hacia Claudia Sheinbaum no debe pasarse por alto. Este gesto, donde admite haber juzgado erróneamente a la ex jefa de gobierno de la Ciudad de México, revela una apertura a la autocrítica y un valor por la coherencia y los resultados palpables. La política, muchas veces caracterizada por la confrontación, se ve aquí matizada por la capacidad de reconocer méritos ajenos.
La Alianza Progresista, liderada por Ávila Villegas, no sólo representa una plataforma política, sino también una formidable maquinaria de movilización y convocatoria. Su historial electoral en el Estado de México, donde logró la mayor cantidad de votos en la historia de la entidad, es indicativo de su capacidad para conectar con la ciudadanía y movilizarse en las urnas.
La salida de Ávila Villegas del PRI no es solo una más en la lista de deserciones que ha experimentado el partido tricolor. Su partida podría ser la más costosa hasta ahora, dado que lleva consigo una estructura territorial sólida. Es un movimiento que no sólo debilita al PRI, sino que fortalece a la Alianza Progresista y, por ende, a Claudia Sheinbaum.
Resulta irónico que, mientras la actual dirigencia del PRI, encabezada por Alejandro Moreno, enfrenta el éxodo de militantes en una magnitud sin precedentes, la coalición Sigamos Haciendo Historia, liderada por Sheinbaum Pardo, se beneficia de estas salidas. El cierre de puertas en un partido se traduce en aperturas estratégicas en los otros (Morena, PVEM y PT), marcando un cambio en la marea política.
La desaparición prácticamente total de la bancada del PRI en Veracruz, con la salida de diputados locales destacados como Anilú Ingram Vallines, Fernando Kuri Kuri y Jenny Arroyo, es un golpe significativo para el tricolor en ese estado. Estos movimientos, sumados a la reconfiguración de fuerzas a nivel nacional, auguran un panorama incierto para el futuro del PRI.
La decisión de Eruviel Ávila de crear la denominada Alianza Progresista no solo redefine su camino político, sino que también agita las aguas de la política mexicana. Las alianzas y reconocimientos en juego van más allá de las palabras y apuntan hacia una reconfiguración de fuerzas que, sin duda, tendrá consecuencias profundas durante la jornada electoral de junio próximo.
Punto Cero
La pérdida física de nuestra Cristina Pacheco nos deja un amargo nudo en la garganta; pero, también, una amplia herencia para entender la cultura mexicana de finales del XX y del presente siglo. Mi solidaridad total a Laura Emilia y Cecilia Pacheco. Cristina ya está con su amado José Emilio. Que descanse en paz.
X: @JoseVictor_Rdz | Premio Nacional de Derechos Humanos 2017