Y ustedes se preguntarán ¿por qué relaciono el Halloween con el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell?: Pues es que ambas cosas dan mucho miedo y susto.

Jamás pensé que la ambición de Hugo llegara tan lejos: Después de haber enfrentado y manejado pésimamente la pandemia por Covid en México, todavía quiere ser jefe de gobierno de la CDMX.

Pero yo tengo mis francas sospechas. A mí me parece que estás “decisiones” de contender por la capital vienen de  muy arriba.

Me da la impresión de que el presidente López Obrador le debe muchos favor a Hugo López-Gatell. Le debe silencios, errores no evidenciados, negligencias ocultas, y una larga lista de cosas que solo ellos saben.

Creo que el presidente sabe ser agradecido. Creo que es la única cualidad que le encuentro. Es leal, pues.

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Si siente que alguien le cubrió la espalda sobre todo en uno de los momentos más graves  y complicados que se haya vivido en el país como atravesar por una pandemia tan funesta, pues más premia el presidente a todas esas personas que le cubrieron y le dieron su respaldo.

Si a eso le agregamos que la ambición de Gatell por estar en la política tiene unas dimensiones insospechadas, pues ahí está.

Lo más aterrador es que Hugo López-Gatell no está pasando desapercibido, pues ¡aparece en el radar de las encuestas!

Porque sí, la gente más ignorante o con mayores necesidades es la gente que siente hasta aprecio por la imagen de un doctor que avienta mucho verbo y que le hizo sentir a muchos que los estaba “curando” de la pandemia.

Esa es la sensación de los que están considerando a Gatell como jefe de gobierno.

Y  esto no es una sorpresa. A Hugo siempre se le notaba el hambre de poder y el amor por la política.

A veces en sus conferencias diarias, ya no sabía ni qué decir, pero salía diciendo algo, como esos políticos que hablan y hablan pero no dicen nada.

Tiene una buena oratoria y eso es lo que ha convencido a no pocos.

Y luego en la desesperación de los mexicanos en la pandemia viendo a un secretario de salud como Alcocer, que, con todo respeto, siempre se le vio desdibujado, disminuido, aletargado y cansado, las esperanzas se centraron en  el súper héroe Hugo López-Gatell.

Me parece interesante y extraño a la vez este intercambio de favores hacia él.

Lo esperable es que le hubieran dado la Secretaría de Salud porque no podemos negar que prácticamente ha tomado las riendas, al menos en las mañaneras de ese puesto, pero no fue así.

AMLO debe de querer mucho a Jorge Carlos Alcocer Varela. Lo tiene en franca estima, siempre ha dicho que es una eminencia como doctor.

No lo dudo. Quizá lo fue. Pero ya no lo es.

Sin embargo, el presidente no tiene corazón para jubilarlo, porque además creo que Obrador siente como una falla personal “jubilar” o despedir a alguien. Lo vive como un error personal.

Por eso es que ahí tiene a muchos funcionarios que no han dado un solo resultado. Y los que ya no están, es porque por su propio pie se han ido.

Y así las cosas, Halloween está por llegar, nos recuerda cosas y escenas que nos dan susto, escenas de horror y de espanto.  Los disfraces de esta época son cada vez más sanguinarios.

O será que en mi infancia  yo nada más me disfrazaba de brujita y nada más.

Pero ante tales disfraces y máscaras cargadas de horror por la proximidad de estas fechas enteramente americanas pero que por cierto, México ha adoptado como suyas al punto de poner esa festividad casi  por encima de nuestras fiesta del Día de Muertos, está la imagen de un malévolo Hugo López-Gatell que se funde y se confunde con el horror de Halloween.

Me equivoqué al pensar que no trascendería Gatell en sus aspiraciones. Ahí lo sigo viendo , saliendo en entrevistas donde comete uno y mil errores y nada pasa. Sigue como si nada.

Porque si algo aprendió Hugo de la pandemia fue a “capotear” los errores y sus pifias. Sus omisiones y su negligencia.

Nada pasa. Si cuenta con el escudo protector del presidente de todos los mexicanos, ¿qué puede pasar?

No cabe duda que la autoestima del mexicano es una de las cosas en las que se nos debería de trabajar.

Siempre creemos que merecemos menos, y lo peor.

En fin… Viene Halloween y con él Hugo López-Gatell... ¿Alguna diferencia?

Es cuanto.