¿Ha sentido usted envidia o celos en algún momento? Sin conocerlo puedo decirle que sí. La envidia y los celos son sentimientos que todos los seres humanos padecemos en algún episodio de nuestra vida. Y dije bien: padecemos, porque ser celoso (a) o envidioso -peor aún, las dos cosas- no es precisamente bueno para la salud.
Los expertos aseguran que tanto los celos como la envidia se derivan de sentimientos de inseguridad, que llevados a los extremos pueden orillar al celoso-envidioso a cometer algún tipo de crimen. Algo más: los celos y la envidia si no se controlan, derivan en desórdenes psicológicos como la ansiedad o el estrés crónico, propiciando que nuestro organismo se contamine por esas hormonas llamadas cortisol y adrenalina, que en grandes dosis elevan la presión arterial, los niveles de glucosa y hasta el ritmo cardiaco.
¿Tanta calamidad por celos y/o envidia? Sí. La explicación que dan los que saben del tema es que los celos hacen que veamos en peligro nuestras relaciones personales por la presencia de un tercero (a) que nos quiere despojar de lo que creemos “propio” y la envidia, que surge por el deseo de tener algo que otro tiene, nos genera una profunda frustración, impotencia y coraje, sensaciones que de no controlarse pueden ser totalmente autodestructivas.
Los dos sentimientos que hoy nos ocupan auto aniquilan poco a poco a las personas, y si dije líneas arriba que pueden desencadenar en trastornos tan graves como la ansiedad o depresión es porque el celoso o envidioso tiene un objeto externo (persona) que aborrece y no tiene forma de controlar lo que éste hace. Me explico: si yo envidio el éxito de un compañero o compañera a tal grado que lo “adopto” como mi contrincante no tengo manera de controlar sus triunfos, a menos que me la pase día y noche pensando como meterle el pie para ver su caída. Y eso también desgasta, pues le invierto una energía que bien podría usar para superarme y ser incluso mejor que el otro (a). Si se trata de un contrincante, competidor o adversario, qué le digo, el desgaste es mayor y si se va perdiendo, uffff…
Escalando hasta la cima
Estamos en periodo de intercampañas, previo a la elección que tendrá lugar el próximo 2 de junio. Si lo que arriba mencioné le suena similar, puede que tenga razón, pues tenemos en la cancha a dos candidatas y un candidato emergente que abandera al partido naranja tras el zafarrancho protagonizado por Samuel García., que salió con el típico “dice mi mamá que siempre no”.
De las dos mujeres que se disputan la presidencia de México hay una que hace mucho perdió el piso y otra que ayer vimos relajada ejercitándose, escalando paredes artificiales en un parque y sonriendo.
El video publicado por Sheinbaum escalando es una representación gráfica de lo que ocurre con la candidata morenista: sube y sube sin tropiezos en todas las encuestas. Aquí, en SDP Noticias, ayer se publicó una tabla con los resultados de 26 casas encuestadoras, con una amplia ventaja de Claudia sobre la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México.
Xóchitl, por su parte, visiblemente cansada y haciendo esfuerzos sobrehumanos para parecer que la derrota obtenida en la precampaña no le hace mella, estuvo ayer en el noticiero matutino de Ciro Gómez Leyva desacreditando las encuestas que le dan enorme desventaja sobre la ex jefa de gobierno capitalino e incluso amagó con denunciarla ante el INE por el fallido tema de Notimex y las mentiras de Sanjuana., amenaza que cumplió.
Ya que sus asesores no han sabido hacer su chamba, deberían desquitar un poco su salario invitándole a serenarse, pues lo bueno apenas comenzará en un mes, con el arranque de las campañas. ¿Tiene Xóchitl celos o envidia de la otra mujer que compite por la presidencia? Quizá sí o quizá no, vaya usted a saber. La política suele despertar las más bajas pasiones y hacer que la adrenalina y el cortisol se disparen, por lo que calmarse no le vendría mal. Unas clases de yoga, ejercicios de respiración o simplemente, aceptar que en esta vida no siempre se gana pueden funcionar. Es sugerencia, ella sabrá….