“Deja que llore
mi cruel suerte,
y que suspire
por la libertad;
que el dolor quiebre
estas cadenas
de mis martirios
sólo por piedad.”
‘LASCIA CH’IO PIANGA’, GIACOMO ROSSI
Lo que Morena no gana por las buenas (no hay nada que gane por las buenas en realidad), lo arrebata. Ahí tienen la capital del país. Un triunfo razonable —no holgado— en el congreso local se ve ensombrecido por la avaricia del oficialismo.
La trampa de la sobrerrepresentación la despliegan también en la Ciudad de México. Torciendo la ley buscan asegurar más diputaciones de las que les dan los votos. Distorsión a la voluntad popular y señal de que no tienen ninguna intención de buscar consensos y negociar con el poco más del 50% restante de quienes sufragaron. ¿Quieren medir el talante democrático de la 4t, uno que supone considerar a todas las fuerzas políticas? Asómense a ver a Morena queriendo asegurarse siete curules que no le corresponden. Solo se contentarán con el poder absoluto, uno que les garantice no ser cuestionados ni debatidos sus actos.
¿Ganaron una mayoría simple? Sí. Lo demás es hacer trampa.
¿No conocen el concepto de llenadera?, ¿dónde quedó su discurso de ser plurales y respetar a quienes no votaron por ellos?
¿Cómo hicieron el chanchullo? Así: siete diputados de Morena, registrados para y por Morena y que ganaron su distrito, luego del cálculo oficial de votos, vía oficio anuncian se pasan al PT o al Partido Verde. Con ello ‘desinflan’ el porcentaje de diputaciones de mayoría relativa ganado por Morena y pasan a ser acreedores a más diputaciones por la vía plurinominal. Una especie de “juanitos” versión 4t chilango.
Estos diputados se cambian de partido y en su lugar entran otros vía representación proporcional para Morena. Un verdadero atraco.
El jefe de gobierno de la CDMX no dirá nada; lo acusamos de “ladrón”, ¡no de tonto! Y es que además de ser de afiliación morenista, es hermano de Valentina Batres quien repetiría en la bancada oficialista del congreso local…
Tampoco dirá nada el líder sindical Pedro Haces, quien tramposamente, junto con otros cuatro individuos, sin haber ganado ni tener derecho a estar en el Congreso de la CDMX, aseguran su lugar.
¿Y saben que es lo peor? Que la autoridad es la que coordina la ilegalidad. El Instituto Electoral de la Ciudad de México avaló el acuerdo que permite a Morena, mediante el esquema antes descrito, tener una sobrerrepresentación en el legislativo capitalino.
Urge preguntarse: ¿los chilangos nos vamos a dejar? ¿Lo vamos a dejar pasar sin ejercer presión? ¿Dónde quedó la Marea Rosa?, ¿se fue por el caño como el agua tibia de una tina?
Así como es aplaudible se respeten los resultados obtenidos por la vía democrática, es criticable permitir que lo que no se obtuvo en las urnas, Morena lo usurpe por medio de estas triquiñuelas.
Tiene el TEPJF dos pruebas de fuego en puerta: calificar esto, la conformación del congreso de la capital, y la del Congreso federal.
¿Renunciarán a su responsabilidad de interpretar la ley electoral respetando su espíritu democrático o harán su chamba?
¿Permitirán que Morena y coaligados —esto es, la alianza en su conjunto— tenga semejante sobrerrepresentación o resolverán contra lo que es evidente: el oficialismo y compinches buscan burlar la ley y arrebatar lo que no obtuvieron en las urnas? Pronto —en unas semanas— lo sabremos.
Giro de la Perinola
Morena no sabe ni perder ¡ni ganar! Perdieron la gubernatura de Jalisco, pero no se ve que tengan la intención de respetar la votación de los ciudadanos; tampoco lo que vaya a resolver el Tribunal Electoral ahora que impugnen. Por lo pronto, ya pidieron al INE —sí, a ese órgano que ellos se han encargado de dinamitar— remover a la presidenta del Instituto Electoral de Jalisco. Al mismo tiempo, ni López Obrador ni nadie del oficialismo se ha tomado la molestia de darle las gracias al Instituto Electoral por organizar y coordinar las elecciones y todo el proceso federal…