Aceptemos lo evidente. La reforma constitucional referente al poder judicial, enviada el 5 de febrero, se discutirá y en su caso, se aprobará en septiembre, en el último mes de gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

El presidente ha dicho que antes que los mercados está la justicia y que se pueden modificar varios aspectos de su propuesta, menos que los ministros, magistrados y jueces sean electos por voto popular, precisamente el punto más controversial de esta iniciativa, el más comentado por la oposición y que provoca nerviosismo en los mercados.

¿Qué escenarios se abren ante esta perspectiva?

Hay un supuesto que debe cumplirse, en cualquier caso. Antes del 30 de agosto, la Comisión de Puntos Constitucionales de la Cámara de Diputados, presidida por el diputado Juan Ramiro Robledo, debe dictaminar, en los términos que la envió el presidente o con las modificaciones que se crean convenientes, la reforma al poder judicial y las otras 17 iniciativas de reforma constitucional enviadas el 5 de febrero y remitirlas a la Mesa Directiva. De no hacerlo, serán desechadas.

La Mesa Directiva y la Junta de Coordinación Política de la nueva legislatura deberán integrar a la brevedad la nueva Comisión de Puntos Constitucionales  y enviarle el dictamen de la reforma judicial para continuar con el proceso legislativo.

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No haré referencia al contenido de la reforma, ni a mi posición respecto a ésta, simplemente describiré los elementos principales de cada escenario y sus posibles consecuencias.

Los veo, pero no los tomo en cuenta. En este escenario, Morena y sus aliados, PT y PV, después de escuchar a los participantes en el parlamento abierto, discutirían y aprobarían en sus términos, sin moverle una coma,  la iniciativa del presidente, ejerciendo su mayoría calificada en la Cámara de Diputados y logrando, con las herramientas de la política, los dos tercios en el Senado de la República.

Esto supone que, por diversos mecanismos y razones, de dos a cuatro senadores de la oposición votarían por la iniciativa presidencial o bien, convenientemente se ausentarían del salón de plenos durante la votación.

Varios sectores de la oposición y de los medios de comunicación dan como un hecho que Morena logrará los dos tercios en el Senado. Si esto ocurre se esperarían reacciones en los mercados e impactos en la paridad del peso. A Claudia Sheinbaum y a sus legisladores les corresponderá la puesta en marcha de la reforma.

El bloque de contención resiste. Es un escenario poco probable, pero posible, en el cual por dos o tres votos en el Senado, Morena y sus aliados no logran la mayoría de dos tercios. La reforma se desecharía y no podrían presentarse hasta el segundo año de la próxima legislatura.

Dicen que esta posibilidad prácticamente es imposible, que los senadores no resistirán las presiones del gobierno. No estoy tan seguro de que esto sea así. Recuerdo la discusión y aprobación de las reformas estructurales de Carlos Salinas de Gortari en diciembre de 1991, en donde el Grupo Parlamentario del PRD, de apenas 41 integrantes, dieron una de las batallas parlamentarias más importantes que se recuerde.

También recuerdo como personajes como Fidel Herrera, el Niño Artillero, y José Murat, exgobernador y papá de exgobernador de Oaxaca, recorrían las oficinas de los diputados perredistas con portafolios llenos de dólares, ofreciéndoselos a cambio de su voto o de su ausencia. No sé si alguno de los legisladores perredistas aceptó o no, lo que sí me queda claro es que el grupo de 41 diputados se mantuvo firme durante todo el proceso.

Elección de ministros revisada o acotada. En este momento, este escenario aparece con cero posibilidades. Dependerá de lo que pudiera construirse en estos dos meses. Podría ser que en diálogos públicos o privados se demuestre la imposibilidad de esta reforma en los términos que fue enviada o bien que se gradúe la forma de elección, de modo tal que sólo se elija a los ministros de la Suprema Corte por voto directo después de un proceso previo de selección y análisis.

Estos son los tres escenarios lógicos, probables y posibles, pero como la política está en el reino de la sorpresa aún falta mucho por ver en esta historia. Eso pienso yo. ¿Usted qué opina? La política es de bronce.

PD. Las encuestas de Morena respecto al poder judicial dicen que la mitad de la población lo desconoce, entonces lo primero es informar al pueblo quiénes lo integran, qué hacen y cómo funciona.

Onel Ortíz Fragoso en X: @onelortiz