Felicidades a los militares del Ejército y de la Fuerza Aérea Mexicana en su día. Honor por siempre a los caídos en la lucha por México.
Estamos a la espera del veredicto del Jurado en Corte del este de Nueva York en donde se ha llevado al cabo el juicio contra Genaro García Luna, quien ahora está en sus manos. Una deliberación difícil y un veredicto más difícil aún por la obligación legal de la unanimidad en cualquier sentido, culpable o inocente. El cierre, los argumentos finales dela Fiscalía fueron fuertes y precisos: varios testigos de cargo sin haber hablado nunca entre sí, testimoniaron la participación del acusado en actividades y actos del trasiego de cocaína a los EU, por cuya protección al cártel de Sinaloa para levar a cabo dicha actividad, recibió decenas de millones de dólares a manera de sobornos, pagos por sus servicios.
Ello configuraría -si el Jurado lo acepta- la comisión de los delitos de “conspiración para traficar cocaína a EU”, y por ende, haber mentido a una autoridad estadounidense cuando declaró ante ella para lograr su residencia definitiva, que nunca había cometido delito alguno. Los términos de la causa abierta en la Corte son: “el gobierno de los Estados Unidos de América contra el Sr. Genaro García Luna”. La defensa a su vez insiste: no hay pruebas contundentes en contra del acusado, a quien solo asistió para defender ante dicho Jurado, su esposa. Todos lo abandonaron públicamente, aunque en México siga teniendo muchos seguidores y defensores soterrados y abiertos.
No olvidar que una de las fechorías de Genaro García Luna que consignan coincidentemente quienes han estudiado al gobierno de FECAL y la gestión y desempeño de su secretario de Seguridad, aunque también su liderazgo en la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y su dirección en la Policía Federal, como Olga Wornat (Felipe, El Obscuro”), Francisco Cruz (“El Sr. De la Muerte”) y Jesús Lemus “El Licenciado”) es justamente la destrucción de una gran cantidad de materiales, documentos, grabaciones, videos, todo aquello que pudiera incriminarlo en el futuro, a él y al grupo de “los siete jinetes del apocalipsis”, que una parte de ellos habrían quizá servido de prueba.
Pero seguramente los fiscales tenían las propias (pruebas de distinto tipo) que no quisieron presentar por considerar que podían eventualmente “salpicar” o “manchar abiertamente” a Presidentes de la República en México, u otros personajes (como periodistas miembros de cuerpos armados, u otros) que no eran el objeto del juicio. Por ello se cuidaron mucho en tal sentido. No olvidar que las acusaciones contra García Luna formalmente surgen en el juicio al “Chapo” Guzmán también en una Corte de Nueva York, independientemente de que en la DEA –como se ha revelado- existía desde hace varios años un expediente abierto de investigación sobre él.
Cómo dijo el ex Fiscal de Nayarit Édgar Veytia condenado a 20 años de prisión en EU por los delitos de “conspiración y por participar en la distribución de cocaína y metanfetaminas a cambio de dinero” delitos imputados por los Fiscales acerca de los cuales se declaró “culpable” y logró con ello un “acuerdo judicial” que redujera su sentencia (7 de enero, 2019). Dijo: “los acuerdos de negocios y complicidad entre narcotraficantes no se hacen por escrito”, palabras más, o menos, ese es el sentido fundamental. ¿Será este un modelo precedente que se aplique a Genaro García Luna, aun cuando, él ha insistido en su inocencia?. Lo veremos en cuanto se filtre hacia su defensa la muy posible sentencia que se prepare en el Jurado como se requiere, por “unanimidad”.
Grave error y absoluta falta de ética profesional exhibió el abogado de García Luna al intentar forzar el testimonio del “Rey” Zambada fingiendo “recordarle” o algo así, una declaración nunca hecha, en la cual afirmó que durante el gobierno en la Ciudad de México del Jefe de Gobierno Andrés Manuel López Obrador, había “entregado 5 millones de dólares” al entonces Subsecretario de Seguridad Gabriel Regino “para su campaña”, se entiende, a la Presidencia de la República, a lo que el Mayo Zambada respondió: “no pude haber dicho eso porque no es verdad”. Incluso, las crónicas periodísticas de ese momento en la Corte de Nueva York, narran que al respecto el juez Brian Cogan lo reconvino sobre tal afirmación, recordando que “el Rey” Zambada no había afirmado tal cosa.
Dicha afirmación en una Corte constituye –eso lo están checando los abogados del presidente AMLO- un delito de “difamación y daño moral”, sobre lo cual, el Presidente anunció que está estudiando la posibilidad de fincar una demanda en EU contra el abogado defensor de García Luna de nombre César de Castro, toda vez que se aprecia claramente una actitud tendenciosa de pretender forzadamente involucrar al Presidente. Se pasó de servil el abogado.
Ya se empiezan a hacer apuestas y pronósticos sobre quien ganaría en dicha demanda. Absurdo es demasiado pronto.