Parte I

Sin duda, una de las más terribles consecuencias del cambio climático es la disminución de los recursos hídricos. Los temporales han cambiado a periodos de prolongada sequía y de lluvias torrenciales.

De acuerdo con el Sistema Nacional de Información del Agua, en México las 181 presas consideradas como principales son capaces de almacenar 150 mil millones de metros cúbicos de agua, un 80% de la capacidad de almacenamiento a nivel nacional.

Sin embargo, el volumen de captación de estos embalses depende directamente de la precipitación y los escurrimientos en las distintas regiones donde se localizan.

Las presas y represas son vida en Valle de Bravo

Desde principios de 2020 esta presa, rodeada de bosques productores de agua ha observado una disminución progresiva hasta alcanzar mínimos históricos en más de una ocasión. Esta tendencia confirma que las continuas operaciones de extracción rebasaron su capacidad de recuperación natural y durante los últimos tres años ha estado constantemente por debajo de su capacidad de almacenamiento.

Las columnas más leídas de hoy

Durante los primeros siete meses de 2023, el nivel de descenso se ha mantenido hasta llegar a un mínimo histórico de 35.7% a mediados de agosto. Una situación crítica, pues para que recupere su volumen tendría que regularizarse el temporal de lluvias, lamentablemente, durante el primer semestre se este año se ha presentado una disminución del 60% en la lluvia con respecto al promedio del mismo periodo en años anteriores.

La sociedad vallesana está muy consciente de la grave situación y finalmente, mediante la unión de vecinos y de autoridades locales se ha conseguido el cierre de las compuertas hasta que la presa recupere niveles aceptables y se encuentre en condiciones para cumplir con su función generadora de empleos, recreación y de beneficios ecológicos para el municipio.

En este sentido es de reconocer la gran labor de la presidenta municipal, Michelle Núñez, que cuenta con el apoyo de los vecinos para hacer presión a las autoridades de CONAGUA; ahora se espera la puesta en marcha de un programa saneamiento y se gestionen recursos para mantenimiento y reparación de fugas.

A nivel local en Valle hay otros factores que afectan, como fueron los cambios de uso de suelo en gobiernos anteriores y la marcada disminución de la cobertura boscosa en Valle, aproximadamente 799 hectáreas entre 2001 y 2020, un deterioro superior al de otros municipios que sufren ese mismo daño.

Afortunadamente, en el año nueve meses de Michelle Núñez al frente del municipio, no se ha autorizado ningún cambio de uso de suelo. Por el contrario, se han negado permisos a proyectos que van en contra la normatividad vigente por no cumplir con ciertas especificaciones de conservación del medio ambiente.

La sobreexplotación

Aparte de la importante función de abastecer agua a la red que surte del vital líquido a los hogares mexicanos, las presas se utilizan para la generación de energía y en menor medida para actividades agrícolas e industriales.

La presa de Valle de Bravo forma parte del Sistema Cutzamala, que abastece agua al Valle de México, está integrado por siete presas, dos en Michoacán y cinco en el Estado de México, 320 kilómetros de tuberías, ductos y acueductos, seis estaciones de bombeo y plantas potabilizadoras, pero, por el grave déficit que presenta, actualmente ve vulnerada su capacidad para “garantizar el aprovisionamiento continuo de agua hacia la CDMX y su zona conurbada”, y afecta el desarrollo de las actividades en el lago, según señala el Informe Monitoreo del Lago que realiza el laboratorio de Bioquímica Acuática de la UNAM.

Estamos hablando de que la demanda es de 19 mil litros por segundo de agua, todos los días del año, sin interrupción.

Un estudio elaborado por la UAM y publicado en Reforma afirma que la creciente demanda de agua en la CDMX será difícil de solventar en los próximos años. La investigadora Alejandra Toscana, explica que la ciudad se encuentra en una situación de “estrés hídrico” producto de la extracción excesiva del subsuelo, la importación del caudal de las cuencas del Cutzamala y el Lerma y la expulsión de agua pluvial a través del sistema de drenaje hacia el Río Tula y a que la extracción en pozos no es compensada por una carga adecuada, lo que podría, eventualmente, detonar una sequía o escasez inducida por la acción del hombre

Falta educación hídrica

Pero, más allá de la ciencia y los datos duros, uno de los problemas está en la forma en la que se administra el agua, en su sobre extracción, la escasa de inversión en mantenimiento y la falta de soluciones que vayan más allá de los intereses políticos o económicos. Los llamados lagos privados que se localizan en Valle de Bravo sean legales o no, en realidad no afectan el volumen del agua en la presa y ayudan a generar humedales, flora, fauna y a prevenir incendios, pero ante la severa crisis hídrica en la zona, generan división de la sociedad vallesana mal informada.

Actualmente instancias del gobierno y de la sociedad civil trabajan para buscar soluciones.

Existen ONGs que han venido trabajando de manera seria e ininterrumpida por más de 20 años en proyectos concretos de conservación de ecosistemas, desarrollo sostenible y restauración de ríos y arroyos en la zona, que lo hacen con recursos propios y que han logrado permanecer en el tiempo, tales como el Patronato ProValle, Procuenca, Colonos de la Montaña, el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS) y el Observatorio Ciudadano de la Valle de Bravo-Amanalco.

En Valle de Bravo es necesario efectuar un monitoreo permanente y continuo de la calidad del agua para garantizar la seguridad de todos los usuarios y promover medidas de concientización como la “cosecha de agua de lluvia” y la detección y reparación de fugas, entre otras.

Sin embargo, aunque los esfuerzos individuales suman y son de gran importancia, se deben generar acciones concretas desde el gobierno que atiendan las consecuencias de la expansión urbana y el cambio climático, en un futuro el clima será más cálido y seco, las áreas de recarga pluvial disminuyen y el suelo de conservación ecológica será cada vez menor.

Continuará.

X: @diaz_manuel