Inicio estas líneas pensando que quizás estoy cometiendo un error conceptual al sugerir que Morena y la autoproclamada 4T son de “izquierdas”. No lo son más que en el discurso. A diferencia de los verdaderos regímenes de izquierda, AMLO y su gobierno miraron hacia otro lado cuando se trató de impulsar una reforma fiscal progresiva y una mayor inversión en salud y educación, entre otros.

Sin embargo, para los propósitos de este texto, me refiero a la derecha mexicana como aquellos hombres y mujeres que se manifiestan en contra del proyecto lopezobradorista.

Si miramos la historia del siglo XX, la derecha mexicana, léase, aquel movimiento ideológico que surgió como respuesta al nacionalismo revolucionario del PRI, estuvo condenado durante décadas a vivir en los confines del espectro político.

El PRI, en tanto que partido hegemónico, incluía en su seno y en su red clientelar tanto a empresarios como a sindicatos, tanto a una parte de la izquierda cardenista como a obreros y campesinos, lo que lo convirtió en un monstruo político que le hizo perpetuarse en el poder.

Mientras el PRI dominaba, el PAN, fundado en 1939, reunía los apoyos de apenas un puñado de mexicanos conservadores y católicos que rechazaban el poder del partido hegemónico y la ideología revolucionaria. Sí, en su mayoría repudiaban las reformas cardenistas y se manifestaban en contra de algunos  de los principios consagrados en 1917.

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Al lado del Partido Comunista, el PAN, derivado del contexto político post revolucionario, fue condenado,  hasta la década de los ochenta, a ser un partido marginal. Sin embargo, a raíz del triunfo de Ernesto Ruffo en Baja California, la pérdida de la mayoría de la Cámara de Diputados por parte del PRI en 1997 y la victoria de Vicente Fox en 2000, el PAN ascendió a representar, por primera vez en su historia, a la mayoría (relativa) de los mexicanos.

En tiempos recientes, y tras los resultados del pasado 2 de junio ¿quién representa a ese electorado? ¿Dónde están los Manuel Gómez Morin, Diego Fernández de Cevallos, Manuel Clouthier y Vicente Fox? A pesar de los claroscuros de estos personajes, fueron hombres bien capaces de plantar cara al partido hegemónico y de ganarse las voluntades de millones de mexicanos.

A diferencia de ellos, la derecha mexicana cuenta hoy con personajes de tercera categoría, como un tal Marko Cortes, cuyo supuesto liderazgo amenaza más que nunca con un hundimiento más profundo de Acción Nacional.