La percepción es clara: Morena ganará la elección del Estado de México con un triunfo contundente para legitimar el proceso. De eso no hay ninguna duda, incluso, estoy completamente seguro que, la abanderada de la alianza Va por México, está consciente de esa situación en una etapa decisiva de la debacle del priismo en aquella entidad, al que solamente le queda esperar el momento estelar de la maestra Delfina Gómez.

De hecho, todas las encuestas que se han realizado, hasta ahora, le dan una ventaja muy holgada a la candidata de Morena. En cualquiera de los escenarios, Delfina Gómez supera a Alejandra del Moral, aunque su equipo de comunicación se esfuerce en vitorear que -la elección- se ha cerrado a estas alturas de la competencia. Incluso, no hay ningún dato de esa naturaleza, pues las metodologías de mayor prestigio dan una ventaja de hasta 20 puntos a favor de la Coalición Juntos Haremos Historia. Si consideramos esa situación, es un hecho que los votantes ya tomaron una determinación del futuro de su entidad.

Y, cómo los votantes se ha inclinado por Delfina Gómez, estamos en la etapa previa de un hecho sin precedentes de la vida pública del país, por todo lo que significa el Estado de México en términos de padrón electoral, pero sobre todo porque se pondrá fin a una era dominante del PRI que, durante décadas, no sólo saqueó la entidad, sino que la sumió en una crisis económica.

Por ello, el próximo mes viviremos un hecho histórico después de que Morena gane la elección pese a los esfuerzos inútiles de la alianza Va por México, que ha movilizado la maquinaria propagandística, pero, al final de cuentas, no han logrado despertar el interés como en años pasados.

De hecho, no ha sido suficiente el dispendio de recursos que ha echado andar la alianza Va por México porque eso, a la postre, no es ninguna garantía para ganar el proceso electoral. Incluso, han optado por hacer creer a la opinión pública que Alejandra del Moral, candidata del PRI, está muy cerca de empatar a la maestra Delfina Gómez. Esa percepción no tiene ningún fundamento sólido, ya que las encuestas de mayor prestigio y credibilidad son contundentes: la abanderada de Morena, a estas alturas de la competencia, y en vísperas de la votación, lleva una ventaja abismal que, técnicamente, habla de un ejercicio saldado.

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Frente a esta situación, al priismo no le queda de otra más que resignarse, pues el desastre de su dirigencia nacional ha comenzado a cobrar dividendos negativos. Uno de ellos, sin duda, será el Estado de México que, para darnos una idea de la magnitud, será de la proporción como aquella ocasión que perdieron la presidencia de la república en el año 2000. Dicho en otras palabras, un golpe contundente y noqueador que dejará claro que, hoy por hoy, son un fracaso como oposición.

Por ello, y pese a que surgen especulaciones de un cierre espectacular del PRI, lo cierto es que, la elección en aquella entidad, está políticamente decidida a favor de Morena. De hecho, la propia opinión pública ha comenzado a mostrar mayor interés y será, no tengo duda, una de las elecciones más votadas de la historia de aquel estado con relación a la participación. Ante ello, es evidente el poder de convocatoria y territorial que está movilizando la maestra Delfina Gómez en la recta final de la campaña.

Incluso, en la agenda de prioridades de Morena, y de la maestra Delfina Gómez, está la logística tanto de los distritos electorales, como de la defensa del voto. Para ello, el lopezobradorismo cuenta con una estructura que, ante las circunstancias, está preparada para salvaguardar la voluntad de los mexiquenses que, ni más ni menos, apuesta por Morena para la transición de gubernatura. De hecho, nada impedirá una victoria cantada para Delfina que, con el apoyo del pueblo, hará historia como la primera mujer en gobernar el Estado de México desde la alternancia.