La oposición mexicana no da una en sus pronósticos y declaraciones, pero no está por demás recordar sus pésimos comentarios respecto a la pandemia de SARS-CoV-2 que azota el mundo desde hace casi dos años.
Cuando el gobierno de la 4T y el doctor Hugo López-Gatell comenzaron a compartir lo que sería su estrategia contra el Covid-19, gran parte de la “estrategia” de la derecha consistió en comparar a ese y otros funcionarios de nuestro gobierno con personajes estadounidenses cómo Anthony Fauci y el ex gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo.
A más de un año de distancia, el tiempo puso las cosas en sus justas dimensiones: Anthony Fauci está totalmente desprestigiado, incluso es tachado de “mentiroso” por amplios sectores de la población norteamericana, tanto por sus mensajes contradictorios, como por sus vínculos innegables con el “Big Pharma” norteamericano.
El caso de Cuomo es aún peor: su “gran liderazgo” en el tema de la pandemia consistió principalmente en enviar a su muerte a miles, o decenas de miles de adultos mayores en asilos para ancianos, a sabiendas de que estaban infectados y que contagiarían a personas de avanzada edad antes de que existiera una vacuna y terminar por renunciar al puesto ante múltiples señalamientos de abuso y acoso sexual.
La “cereza en el pastel” en la desgracia humanitaria que atraviesa el país vecino, es la información revelada hace unas cuantas horas, de que, aún con las vacunas y la supuesta mayor economía del mundo, en Estados Unidos han muerto más personas por Covid-19 en este 2021 que el año pasado, cuando no existían ni las inoculaciones, ni tratamientos eficaces.
Ya hemos compartido en esta columna la explicación para las convulsiones por las que atraviesa la atomizada sociedad norteamericana, pero no está por demás volverlo a señalar: el problema es sistémico (modelo de gobierno neoliberal y ultracapitalista), no de individuos o de partidos que simplemente sirven para perpetuar modelos fallidos.
Mientras que en Estados Unidos la gente muere por cientos de miles, en Europa existen disturbios en las calles por las medidas coercitivas y otros países siguen sufriendo de encierros largos y cada vez más insoportables, en México al menos de momento, se vive una cierta calma. Algo bueno debe estar haciendo el actual gobierno.