Más de un millón de personas que deberían seguir vivas han fallecido a causa del virus que el gobierno de Estado Unidos (EU) ha decidido no controlar.
Sin mayores sobresaltos, como sí ocurrió cuando se alcanzó la entonces impensable cifra de 100 mil fallecidos a causa del SarsCov-2, Estados Unidos ha alcanzado y rebasado la aterradora cifra de un millón de muertos en esta pandemia.
Sin un plan más allá del “dejen que el mundo arda”, EU se empeña en volver a la “normalidad” en medio de una plaga fuera de control, que a quienes no mata puede causar secuelas y discapacidades conocidas como “covid largo”.
En una acción sumamente cínica, los medios norteamericanos se han comportado de forma totalmente diferente durante la administración de Donald Trump que durante el régimen de Joe Biden. Con el republicano, conteos y críticas constantes. Con el demócrata, una peligrosa “vuelta a la normalidad” que de normalidad tiene nada.
Mientras que el virus sigue propagándose por todo Estados Unidos, las medidas siguen relajándose y decenas de millones de personas siguen rehusando vacunarse. El gobierno de Biden sigue más preocupado por enviar armas a un gobierno con elementos neonazis, como Ucrania, que por controlar la pandemia en su territorio, mismo que afecta todo el mundo.
Las consecuencias son previsibles: se eliminará el uso de cubrebocas en escuelas, e interiores y los métodos de transporte como aviones. El virus seguirá infectando millones de personas y mutando. Una de estas variantes podría ser resistente a las vacunas o más letal. Una receta para el desastre.
A mí no me sorprende que EU haya rebasado el millón de muertos de Covid. Tampoco me sorprenderá si superan los 2 millones, o más.