En la entrega anterior, reflexionaba sobre la propuesta del presidente de cambiar el mote a la región del “Triángulo Dorado”. Que sirvan estas líneas para profundizar en el tema. Porque con extrañeza leí algunos comentarios en redes sociales. Ridiculizaban un tema que, para mí, no es menor.
La propuesta del nuevo mote pudo ser informal. Tal vez fue una deferencia de AMLO a quienes somos de esos pueblos. Pero por un momento, tan sólo por un instante permítanse reflexionar sobre el impacto que tienen las palabras en la percepción social. Quienes conocen un poco sobre temas que tienen que ver con comunicación asertiva o programación neurolingüística comprenderán mejor. Pero las palabras, son poderosas.
La propaganda negativa que ha recibido la sierra sinaloense es injusta con sus habitantes. Tanto, que con solo decir “Triángulo Dorado” el ideario colectivo lo asocia con cárteles de la droga, dinero sucio, trasiego, mafia, plantíos, violencia, etc. Ese pensamiento lleva un dejo de clasismo y racismo al estigmatizar a quienes radican en zonas a donde los esfuerzos de gobierno han tardado en llegar. Los tres presidentes anteriores sin empacho omitieron visitar la región.
Ahí estriba la importancia de un nuevo apodo. Dejemos de hablar del Triángulo Dorado. Comencemos a hablar de gente buena. Hablemos de la historia del doctor Rocha Moya, que en los años 70 dejó su tierra para ir hasta Oaxaca a formarse como docente. Su hambre de superarse lo llevó a la cúspide universitaria como rector de la UAS. Hoy es gobernador del estado.
Hablemos de José Apolonio García, José María de Jesús Uriarte y Pérez; de Eliseo Leyzoala Salazar, Abelardo Medina, Fernando Cuén; de Teófilo Álvarez Borboa y Eliseo Quintero. También de Oscar Lara y Don Antonio Malacón.
Ponderemos a la genial Ana Serrano, artista colaboradora de Disney Pixar y de la estrella del pop Katy Perry. De Ruby Robles, vicepresidenta de la Asociación de Personal Hispano del Congreso de Estados Unidos (CHSA, por sus siglas en inglés). Del dos veces magistrado presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado y hoy secretario de Gobierno Enrique Inzunza Cázarez.
La lista se alarga con todos quienes de manera honesta se han labrado un camino. Mujeres y hombres que todos los días luchan por salir adelante en un lugar de sinuoso andar. Que en la brega diaria no regatean esfuerzo a sus familias para darles un futuro más promisorio.
Ese estigma ofende a todo un pueblo que se caracteriza por su honestidad y trabajo. Antepongamos la reflexión y la tolerancia ante la andanada de comentarios maliciosos en redes. Y el alud de notas y elucubraciones en los medios nacionales sobre la gira presidencial. Desafortunados tuits y memes hacen referencia a Badiraguato como si todo ahí fuera malo o al margen de la ley.
Por eso mi sonrisa de triunfo y mi piel erizada. Porque el cambio de mote representa una ventana de esperanza para la desestigmatización de toda una población. Comencemos a hablar de lo bueno, para que la percepción cambie. Que al hablar de Badiraguato o del Triangulo, se hable de ecoturismo, senderismo, minería, maderas preciosas, ruta comercial con Texas; también de su gente valiosa y de su gastronomía.
Esa narrativa se fortalecerá con una obra que tiene carácter estratégico para el despegue de la región. Con una facilidad pasmosa tildan de negativos la gira presidencial. Reza el dicho: “No hay peor ciego que el que no quiere ver”. Pocos reparan en la excelente relación que el gobernador Rocha Moya sostiene con López Obrador. En razón de ello él gestiona para su tierra y lleva cuanto puede. El mandatario sinaloense paga su cuota de paisanaje porque conoce la realidad de la zona. Sobre todo, conoce el potencial de su gente.
Allá quien quiera hacer memes y conspirar con un tema que duele. Peor aún, que los propios sinaloenses se sumen al linchamiento moral en contra de nosotros mismos. Pero por un momento, tan sólo por un instante permítanse reflexionar sobre el impacto que tienen las palabras en la percepción social.
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Vanessa Félix, Twitter: @Jvanessafelix