Que el sistema de salud de los Estados Unidos es un desastre no es una exageración, es sentido común. Es el país que más gasta anualmente per capita en salud, aproximadamente 13 mil dólares por persona, 4 mil dólares más que el resto de los países de altos ingresos.
Sin embargo, la mayor parte de este dinero se queda en los bolsillos de los accionistas de las grandes empresas de la salud de EU, incluyendo CEO’s como Brian Thompson, de UnitedHealthcare, asesinado este miércoles en las calles de Nueva York, por un desconocido que sigue sin ser capturado.
Son muchos los casos de personas en los Estados Unidos que han perdido la vida debido al brutal sistema de salud privatizado que existe en la distópica sede del inexistente “sueño americano (sic)”. Se calcula que cada año, al menos 68 mil estadounidenses con seguros médicos mueren porque estas empresas se niegan a darle cobertura, por diversos motivos, a tratamientos médicos, medicamentos y otras intervenciones que son negadas ahora mediante sistemas de “inteligencia artificial (doble sic)” que rechazan 90% de las peticiones que entran a su sistema.
Por este motivo, no sorprende leer los comentarios de los estadounidenses que han sido afectados, en mayor o menor medida, por las decisiones de UnitedHealthcare, la “empresa” que más rechaza peticiones de cobertura médica (un 32% de las mismas).
Entre los mensajes que pueden leerse en redes sociales y videos de YouTube se encuentran “Lo siento, se requiere una autorización para enviarle nuestras plegarias”; “No puedo ni pretender que me importa, espero que nos esté viendo desde abajo (desde el infierno)”; “Murió haciendo lo que amaba, sin tener tratamiento médico de forma adecuada” y un largo etcétera.
De otro tipo de comentarios aún más violentos mejor no hablemos. Pero solo un par de datos más para mostrar el nivel de atomización y polarización de la sociedad del país vecino: varias empresas aseguradoras ya corrieron a borrar la información de los CEOs de sus páginas web y Wikipedia y en redes como TikTok ya existen quienes le dedican canciones folk al asesino, elevándolo al nivel de un héroe del pueblo. Cuidado.