El temor y los complejos del oficialismo salieron a la luz luego de la gira que realizó Xóchitl Gálvez a Estados Unidos, el principal socio comercial con quien México, tiene uno de los tratados comerciales internacionales más importantes en el mundo, el T-MEC y, por razones geopolíticas, nuestro principal aliado.

Con Estados Unidos compartimos la frontera con el mayor cruce de personas y mercancías a nivel mundial y también terribles problemas como la migración, el tráfico de drogas, la inseguridad y ahora más que nunca, una codependencia en materia energética que impactará en temas tan importantes como el nearshoring.

Negar la realidad y tratar de ideologizar la relación con nuestro vecino del norte, es como darse un balazo en los pies, más porque en ese país habitan más de 13 millones de mexicanos que han emigrado por diversas razones del país, situación que se ha agudizado en estos últimos cinco años y la población de origen mexicano suma ya poco más de 40 millones.

Conclusiones y coincidencias

Para su visita, Xóchitl Gálvez llegó preparada con una agenda muy robusta sobre los temas que aquejan a ambas naciones y que impactan en el bienestar de la nación.

La candidata se reunió con el Consejo de Relaciones Exteriores de NY. Ahí habló de comercio, economía y de la relación binacional; conversó con estudiantes, profesionistas y emprendedores mexicanos y expresó su preocupación por el futuro del sector energético en México y por la fallida estrategia de seguridad implementada por el gobierno federal.

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Los diversos actores coincidieron en que en México no se respeta el Estado de Derecho y en que las decisiones del gobierno desestabilizan las inversiones y desalientan el interés por contribuir al desarrollo económico.

Además, durante la visita que hizo a trabajadores de la Central de Abasto en Nueva York, recogió diversos testimonios de los mexicanos sobre su preocupación por la inseguridad en el país, en especial en Guerrero.

El oficialismo y la crítica vana

La visita de Xóchitl a Nueva York y Washington generó molestia y grandes críticas por parte del oficialismo, quizá porque nuevamente Xóchitl ganó la agenda, se puso de frente y evidenció la incapacidad del gobierno para afrontar los problemas urgentes.

El presidente, su candidata y Morena no supieron como reaccionar y tuvieron que recurrir a lo que siempre hacen, a la barbarie, la agresión y la descalificación y a tratar de callar la importancia de la relación entre ambas naciones.

Ildefonso

Pero, si alguien tiene conocimiento de la relación bilateral es Ildefonso Guajardo, conoce los puntos más delicados de la relación y es un extraordinario negociador; él fue quien llevó a buen término el T-MEC.

Ildefonso, con esa mano derecha que tiene, porque además conoce y sabe, respondió con toda fuerza a Mario Delgado, dirigente de Morena, por tratar de ensuciar la visita de Xóchitl Gálvez mandando porros a agredirla.

“Mario, te sugiero revises las cifras de migración. En el 2017 la migración neta de mexicanos llegó a su cifra más baja de este siglo. Desde el inicio del gobierno de #Morena se ha disparado gracias a la violencia que ustedes han solapado”.

“Poner el cascabel al gato”

La visita de Xóchitl Gálvez se da en un marco poco favorable para el presidente López Obrador, luego de que la DEA develara los presuntos nexos de su equipo de campaña en 2006 con el crimen organizado y en particular con el cártel de Sinaloa del Chapo Guzmán.

A esto se suman las investigaciones que realizan las autoridades estadounidenses sobre Sergio Carmona el huachicolero mayor, que financió campañas como las del gobernador de Tamaulipas Américo Villarreal y de Claudia Sheinbaum según audios filtrados por Código Magenta.

Al respecto, Ildefonso Guajardo le puso el cascabel al gato y le dejó una posdata a Mario Delgado: “Y, por cierto, hay un testigo protegido por el @FBI en USA de apellido Carmona que te manda saludar…”

Sin argumentos, AMLO primero exigió “disculpas” de Biden por permitir que se filtraran las investigaciones en su contra. Luego recapacitó, sabiendo que llevaba las de perder y molesto por la presencia de Xóchitl Gálvez en Estados Unidos que le arrebató la agenda y puso en evidencia su fracaso en seguridad, migración, combate al crimen organizado, energía y nearshoring. Al final, no le quedó más que organizar una llamada con el presidente Biden y tratar de hacer ver que él está actuando. De acuerdo con lo que informó la Casa Blanca, los mandatarios hablaron de los desafíos de la frontera compartida y se comprometieron a seguir trabajando juntos.

La situación llevó al presidente a reconocer tácitamente los graves problemas que Xóchitl planteó en Estados Unidos y sabemos que cuando Andrés habla con Biden se pone “sedita”, no le reclamó sobre las filtraciones ni le exigió disculpas, simplemente acordó que se trabajará de manera conjunta con el gobierno estadounidense para atender los problemas bilaterales, los que Xóchitl llevó en su agenda.

Dos sopas:

Gálvez tiene equipo y propuesta, Claudia, esperar el humor mañanero de Andrés para definirse. ¿Qué prefieres?

Manuel Díaz en X: @diaz_manuel