Apenas a principios de año, esta situación era impensable, pero aquí estamos. Meta, empresa en donde se encuentran Facebook y el resto de los bodrios digitales de la web 2.0 plagiados, o “creados”, por Mark Zuckerberg, despedirá a más de 11 mil empleados.
El oligarca, con un mea culpa que se lee tan falso cómo un billete de 3 dólares, señala que sobrestimó el crecimiento de la demanda de productos y servicios por Internet, lo cual aunado a la crisis económica que vive Estados Unidos, desembocó en esta decisión.
La realidad es que hay la obsesión de Zuckerberg con el “Metaverso”, un producto futurista que seguramente llegará a tener un impacto a futuro, pero cuya visión aséptica y aburrida difícilmente será adoptada por el grueso de la población.
Por el lado de Twitter, a un despido masivo del 50% de sus empleados (incluyendo algunos personajes que no servían para nada, en especial los elementos fascistoides de Twitter México, abiertamente calderonistas) le ha seguido una serie de malas decisiones del oligarca Elon Musk, quién de plano ha señalado que existe una posibilidad de que Twitter se declare en bancarrota si no se logra aumentar los ingresos de la red social.
Existe una posibilidad de que para fines de esta década las dos principales redes sociales de la década pasada dejen de ser las más importantes. Y todo se deberá a decisiones pésimas de sus dueños, que no son infalibles.