Hace no muchos días, el 29 de julio pasado, mencioné aquí lo que había dicho en el noticiero de Sergio Sarmiento y Guadalupe Juárez en el Heraldo Radio. Empecé mi colaboración relacionada con el ClaudiaMetrics citando al pensador alemán Spengler: “La acción hecha entre muchos se llama empresa”. Precisé que hablaba de empresa no como organización mercantil, o no solo, sino en la primera definición de la RAE: “La acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo”.

De ahí pasé a analizar a la cuarta transformación como una dificilísima aventura colectiva que ha requerido la decisión y el esfuerzo de mucha gente. En efecto, ha tenido un líder, Andrés Manuel López Obrador, y a partir del próximo mes de octubre Claudia Sheinbaum encabezará el proyecto político de izquierda en México. Pero, subrayé, al lado de Andrés y Claudia han participado, durante más de dos décadas, hombres y mujeres a quienes ha caracterizado el compromiso con la democracia.

Los éxitos de la 4T, dije, no podrían comprenderse sin la participación de un gran número de héroes y heroínas, en muchísimos casos personas discretas, inclusive anónimas. Y afirmé que Andrés Manuel y Claudia han llegado tan lejos porque, como Isaac Newton, se subieron a hombros de gigantes.

Un día antes, en el diario La Jornada, un hombre, a quien califiqué como uno de los héroes más reservados y valiosos de la 4T, José Agustín Ortiz Pinchetti, había escrito sobre su “larga lucha por la democracia”. Lo hizo como agradecimiento por haber recibido el doctorado honoris causa de parte de la Benemérita Universidad de Oaxaca. Se lo entregaron por su entrega a la defensa de los valores democráticos, que empezó en 1968 cuando estuvo con Carlos Madrazo en la primera lucha, fallida, por cambiar democráticamente al PRI.

En la síntesis de la biografía de Ortiz Pinchetti recordé que desempeñó un rol de la mayor importancia en el esfuerzo por evitar el fraude electoral de 1986 en Chihuahua, lo que no se logró. Y añadí que en 1994 integró el primer y mejor consejo general del Instituto Federal Electoral. Después José Agustín tomó la decisión más importante de su vida: apoyar a AMLO.

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Dije, y es la verdad, que pocas personas han hecho más que Ortiz Pinchetti en la construcción de Morena. Cuando escribí lo anterior, José Agustín era titular de la fiscalía de delitos electorales y, a sus 87 años, sin duda estaba al final de su carrera.

Opiné que si había alguien a quien Claudia debería homenajear era a Ortiz Pinchetti, un liberal admirable. Ayer falleció este gran hombre. Envío desde aquí mi más sentido pésame a su compañera, Loretta Ortiz Ahlf, mujer extraordinaria también comprometida con la transformación de izquierda.

Sugiero a la presidenta Sheinbaum realizar un apunte este doming. Urge que lo haga porque el tiempo pasa y la memoria falla. Apuntar que hay gente a la que estamos obligados a recordar. De todo corazón deseo que Claudia, en su toma de protesta, cuando pronuncie su discurso, dedique toda una sección del mismo a evocar a tantas personas notables que han participado en la 4T, entre las que sin duda destaca más que nadie José Agustín Ortiz Pinchetti. En paz descanse.