Es preocupante. Más allá del manejo de una narrativa específica que hace la gran parte de los medios de comunicación tradicionales, y algunos personajes en redes sociales, lo que más preocupa es el manejo informativo en torno a industria aeronáutica.
Dejando atrás filias y fobias, quiero abordar este tópico, que si sigue por el camino por donde va, terminará dejando a los que somos lectores de noticias en la más profunda desinformación.
Desde hace ya bastante tiempo, en este espacio hemos hablado de la necesidad que se tenía de desahogar las operaciones dentro del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), también conocido como “Benito Juárez”.
Y para que ustedes tengan la historia completa, es imperante que vayamos al principio, cuando sucedió el “colapso” dentro del AICM. Algunos lo recordarán, y otros no, pero no es por mala memoria sino porque eran muy jóvenes, o de plano no habían nacido todavía.
Dentro de las instalaciones aeroportuarias del AICM se llevaban dos tipos de operaciones: las ejecutadas por la aviación comercial y las propias de las aerolíneas privadas, como taxis aéreos, ambulancias aéreas, la aviación particular y la oficial.
Todas ellas convergiendo en un mismo espacio, que dio por resultado una saturación. Para resolver este entuerto en el AICM, el gobierno de Ernesto Zedillo tomó la determinación de prohibir las operaciones de aviones privados y sus derivados, dejando solamente a la aviación comercial.
A pesar de la prohibición, durante los sexenios de Fox, Calderón y Peña Nieto, la aviación oficial seguía haciendo uso de las instalaciones del AICM. Incluso se llegó a un punto donde se atrevieron a achacar las demoras a las aerolíneas comerciales, en un burdo intento de “lavarse las manos” de algo evidente: la aviación oficial ocasionaba importantes retrasos en despegues y aterrizajes, pues todo se paralizaba mientras llegaba o salía el avión presidencial, o el de algún funcionario del gobierno en turno.
Hoy sabemos que todo era parte de la crisis con la que finalmente el gobierno de Peña Nieto jugó a su favor para sacar el proyecto del NAIM, un “aeropuertote” gigantesco que supuestamente iba ser un HUB de tal relevancia que iba a acabar con la saturación que padecía el AICM.
El proyecto del NAIM se canceló con la llegada del gobierno de la “Cuarta Transformación”, y dio paso al Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA). La prensa y personajes que la acompañaban, comenzaron a quejarse tan amargamente, que por eso los llamo “los viudos del NAIM”.
Y sus quejas solían ir sin hablar con la verdad, porque ¿a quién le importan los hechos reales?, ¡mejor hablemos de implementar narrativas que sirvan solamente para el golpeteo político! Porque eso sí, evitaron a toda costa informarle al público que al momento de su cancelación, en 2018, el NAIM ya traía un retraso muy importante, apenas tenía un 30% de avance y eso que se tenía previsto que fuera inaugurado en 2024.
Los medios tampoco hablaron de que la mudanza de una terminal aeroportuaria a otra no son enchiladas, sino que es un proceso que lleva su tiempo, y en el hipotético caso de que no se hubiese cancelado, y los planes se hubieran llevado a cabo, hoy todavía estaría operando el AICM, cuyos terrenos en realidad eran la joya de la corona, pues ya se relamían la repartición de tierras y las construcciones inmobiliarias que se abrirían paso.
Amanezco con un post en redes sociales que posteriormente te manda al sitio donde se aloja el periódico El Universal, y me encuentro con un titular que reza “AICM perdió más de 3 millones de usuarios; AIFA ganó 3.7 millones”
Si nos dejamos guiar por el titular tan escabroso, terminaremos diciendo que todo lo que toca la 4T lo termina “jorobando”, pero no es así. Analicemos a profundidad qué es lo que realmente pasó durante el 2024 respecto al tráfico de pasajeros, tanto en el AICM como en el AIFA, y veremos que no existió ninguna pérdida, sino lo contrario.
La intención primigenia de construir el AIFA nunca fue sustituir operativamente al AICM, sino que se convirtiese en un aeropuerto complementario, como sucede en otras grandes ciudades del mundo, donde se tienen varios aeropuertos y el usuario elige, de dónde salir, dependiendo la línea aérea, el destino y hasta el precio del boleto.
Además, una de las principales funciones del AIFA es coadyuvar al descongestionamiento de operaciones del AICM. Pero este es un punto importantísimo que se les suele “olvidar” a quienes nada más les interesa criticar, y omiten considerar que la intención del AIFA es ser un aeropuerto complementario, para aliviar la saturación del AICM.
Entonces, tanto el AICM como el AIFA son una misma entidad; esto es, manejan el tráfico aéreo de la Ciudad de México, y es falso que el AICM haya tenido “una pérdida” de 3 millones de pasajeros; al contrario esos 3 millones se fueron al AIFA, esto es, se redistribuyeron y algo mejor, el AIFA obtuvo una ganancia de 700 mil pasajeros más.
Para más claridad de los datos: el AICM cerró con 45.4 millones de pasajeros transportados durante el 2024 y el AIFA con 6.3 millones de pasajeros, esto nos da un total de 51.7 millones de pasajeros, rompiendo el récord que se tenía antes de la pandemia.
En 2019 el AICM transportó 50.3 millones de pasajeros; recordemos que entonces apenas estaba en construcción el AIFA, y ahora en 2024 cerró sumando los pasajeros del AIFA con un total de 51.7 millones de pasajeros transportados.
En los hechos, esta es la realidad, no la que tratan de vender otros medios un día sí y al otro también, donde se empeñan en hacer ver estas cifras como un gran fracaso de la 4T; ya saben con la cantaleta de siempre que “no saben hacer las cosas”, y un largo etc.
Verdaderamente me preocupa la falta de pensamiento crítico en los medios, para manejar estas cifras. Y es que en su intento golpista, menosprecian la recuperación tan importante que se ha dado dentro de la industria aeronáutica, sobre todo después de la pandemia.
¿Cómo vamos a analizar el crecimiento y exponer ante las autoridades del país la importancia de la aviación, si los medios de comunicación se aferran a minimizarla?
En la industria de la aviación las métricas son muy importantes. Un medio del cual no daré su nombre, anuncia en un post de su portal “Aerus…proyecta movilizar a 100 mil pasajeros en este año (2025)” y claro, todos son aplausos y vivas para esta aerolínea regional que en realidad más bien funciona como taxi aéreo. El año pasado transportaron casi 40 mil pasajeros.
¿Saben cuántos pasajeros transportó la nueva aerolínea del Estado “Mexicana de Aviación” el año pasado? Casi 400 mil pasajeros, pero ahí la narrativa va enfocada a hacerla pasar con un grave fracaso de la actual administración.
Si las matemáticas no me fallan, transportar 400 mil pasajeros es más que 40 mil, pero bueno, todo se vale para usarse como campaña negra y de desprestigio.
Estimados y respetados lectores, antes de que caigan en las garras de la desinformación, bien vale la pena analizar los datos con la frialdad debida, para poder realizar un análisis claro de la industria aérea, dejando fuera los ánimos de utilizar a la aviación como parte de la guerra sucia de la oposición. Ustedes saben que esa es mi intención.
X: @xime_garmendia