Definamos antes de empezar. Caemos en el fariseísmo cuando, con arrogancia moralista, cuestionamos el comportamiento de alguien. La expresión viene de la parábola bíblica del fariseo, aquel que decía: “Dios, te doy gracias, que no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros”.

Ayer en la redacción de SDPNoticias nos pareció buena difundir el tuit de @MosconiRafael, quien criticó al titular de la UIF, Pablo Gómez, porque este acudió a comer o cenar al restaurante Hunan, uno de los mejores de la Ciudad de México.

La nota la publicamos, pero después pensamos correctamente las cosas. ¿Por qué considerábamos noticia que un funcionario acudiera a un restaurante de los considerados de lujo? La única razón tenía que ver con las críticas a Emilio Lozoya, de octubre del año pasado, por haber cenado en el Hunan. Caímos en una versión especial de la falacia reductio ad hitlerum, que puede expresarse así: “Si Hitler hacía X, por lo tanto X debe ser malo”.

Lozoya ahora está en la cárcel, pero cuando cenó en el restaurante especializado en cocina china se encontraba en libertad condicional —con un brazalete electrónico—. Entonces, resultó escandaloso, hasta una burla para la sociedad mexicana que saliera a divertirse con sus amistades de clase alta.

¿Si Lozoya lo hizo, por lo tanto debe ser malo? Desde luego que no. Pablo Gómez jamás ha cometido un delito. Desde que sé de su existencia él ha tenido relevancia política y cargos bien pagados en el poder legislativo. En la actualidad encabeza la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda. Le alcanza con su salario para ir de vez en cuando al Hunan, al Arturos o a cualquier restaurante de la Ciudad de México.

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Claramente caía en la categoría del fariseísmo cuestionar a Gómez por haber comido en el Hunan. Así lo analizamos en SDPNoticias y la nota, ya publicada, la despublicamos.

Pensé que nadie más en los medios iba a caer en el lamentable fariseísmo. Me equivoqué. En El Financiero publicaron lo mismo que nosotros, pero con más amarillismo: “Viva la austeridad: Captan a Pablo Gómez, titular de la UIF, cenando en restaurante de lujo”.

Los periodistas de El Financiero redactaron la nota a partir de un tuit de la columnista Lourdes Mendoza, quien decía lo mismo que @MosconiRafael, pero todavía con más ganas de dañar la reputación del funcionario: “Pablo Gómez, titular de la UIF, disfrutando ayer de un patito laqueado y un buen vinito en el Hunan. Viva la austeridad republicana”.

No sorprendería que la señora Mendoza y los editores de El Financiero pronto difundieran el siguiente tuit: “Dios, te damos gracias porque que no somos como los demás, ladrones, injustos, adúlteros... ni cenamos en el Hunan”. Pero, un momento, ellos y ella sí cenan en el Hunan. ¿De dónde entonces tan moralistas?

La biografía de Pablo Gómez es conocida; las de quienes le critican, también. Si comparemos, concluiremos que Gómez ha tenido una vida mucho más apegada a la ética que las personas que le cuestionan por una cena que con sus ingresos puede pagar.