Me refiero al fascismo implícito en la dañina religión cristiana, que reemplazó a creencias igualmente absurdas y perjudiciales.
Pero, que conste, no estoy analizando, aunque debería hacerlo, lo que plantea Héctor Palacio en su excelente artículo sobre indigenismo y conquista, en el que afirma, con lógica contundente, que “todo indigenista del continente americano tendría obligadamente que ser ateo, o anticristiano cuando menos. Si no es así, vive en contradicción esencial”. Vale la pena leer al señor Palacio, aquí su columna https://www.sdpnoticias.com/opinion/hector-palacio-indigenistas-de-mexico-y-america-contradiccion-e-hipocresia/
Pienso que lo más nocivo y despreciable que llegó a México con los españoles durante la conquista fue el cristianismo.
Ha sido un horror la religión mayoritaria en nuestro país, lo mismo que todas las otras. Deberían denunciarlo, por el bien de todos, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y la coordinadora de Memoria Histórica, Beatriz Gutiérrez Müller.
Para apoyar la tesis de que el cristianismo ha sido perjudicial, dejo aquí algunas ideas de un pensador de primer orden, Bertrand Russell:
- “Afirmo deliberadamente que la religión cristiana, tal como está organizada en iglesias, ha sido, y es aún, la principal enemiga del progreso moral del mundo.”
- “Esa es la idea, que todos seríamos malos si no tuviéramos la religión cristiana. A mi me parece que la gente que la tiene es, en su mayoría, extremadamente mala. Existe este hecho curioso: cuanto más intensa ha sido la religión de cualquier periodo, y más profunda la creencia dogmática, han sido mayor la crueldad y peores las circunstancias”.
- “Todo el concepto de Dios es un concepto derivado del antiguo despotismo oriental. Es un concepto indigno de los hombres libres. Cuando se oye en la iglesia a la gente humillarse y proclamarse miserables pecadores, etc., parece algo despreciable e indigno de seres humanos que se respetan”.
- “Debemos mantenernos de pie y mirar al mundo a la cara. Tenemos que hacer el mundo lo mejor posible, y si no es tan bueno como deseamos, después de todo será mejor que lo que esos otros han hecho de él en todos estos siglos”.
- “Un mundo bueno necesita conocimiento, bondad y valor; no necesita el pesaroso anhelo del pasado, ni el aherrojamiento de la inteligencia libre mediante las palabras proferidas hace mucho por hombres ignorantes”.
Con toda razón, Carlos Gurméndez dijo hace tiempo en El País que, para Russell, cualquier religión es una dictadura fascista.