La guerra no ha acabado

Voy a citar a la prensa neoliberal, específicamente al diario Financial Times, que en mi opinión miente bastante menos —y sabe bastante más— que nuestro rockstar de la epidemiología.

Una de sus notas de ayer —”¿Las vacunas son cada vez menos eficaces para prevenir la infección por covid?”— debe ser leída con atención por los expertos del gobierno de México; inclusive está obligado a analizarla Hugo López-Gatell. Si no tiene suscripción, le mando la nota.

Si de algo podemos estar seguros en este tiempo de incertidumbre, es de que la guerra sanitaria no ha terminado. Y, tal vez, entrará en una etapa mucho más difícil. ¿La razón? Que resulta muy probable que las vacunas desarrolladas, en tiempo récord y para asombro de la humanidad, protegen bastante menos de lo que se pensaba.

Sin duda, una pésima noticia para todos.

La verdad de la cosas es que no era un “milagro” la vacunación; utilizo la palabra con la que Andrés Manuel se refirió, en su mensaje navideño de 2020, a los trabajos de investigación de empresas muy serias que desarrollaron las primeras vacunas.

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La ciencia y la técnica no son milagrosas, y pueden fallar. En este caso los pronósticos de protección contra el covid parecen haber sido demasiado optimistas.

Dos periodistas del Financial Times, Hannah Kuchler y John Burn-Murdoch, para tratar de entender las cosas preguntaron a científicos de verdad, no a burócratas acomplejados que se sienten la reencarnación de Louis Pasteur.

Lo que revelan tales periodistas es preocupante:

  • 1. Un estudio muestra que la protección que se logra después de la aplicación de la vacuna BioNTech/Pfizer disminuyó más rápidamente que la otorgada por la de AstraZeneca. Esto, que es terrible, tiene su lado positivo, ya que el segundo producto es mucho más barato que el primero.
  • 2. Se trata un estudio de la universidad de Oxford, donde se desarrolló la vacuna de AstraZeneca, pero su objetividad podría estar garantizada por el hecho de que sus autores no participaron en el desarrollo de la inyección.
  • 3. Lo preocupante, más allá de lo anterior, radica en que el estudio parece demostrar que “la eficacia de la vacuna Pfizer contra la infección sintomática casi se redujo a la mitad después de cuatro meses, y que las personas vacunadas infectadas con la variante delta, más infecciosa, tenían cargas virales tan altas como las no vacunadas”.
  • 4. Pfizer es una de las vacunas más aplicadas en México.
  • 5. Ese solo dato justifica la aplicación de una tercera dosis en nuestro país; es lo que pienso.
  • 6. Gatell ha dicho que la exigencia de la tercera dosis es solo “mercadotecnia” de las farmacéuticas.
  • 7. Indigna que el estratega en jefe del gobierno de México contra la pandemia descalifique, sin aportar nada que valga la pena al debate, investigaciones científicas rigurosas.
  • 8. En el Financial Times reportan también investigaciones realizadas en Estados Unidos y Qatar, serias desde luego.
  • 9. Natalie Dean, profesora de bioestadística en la Universidad de Emory, dijo que la variante delta ha cambiado la situación respecto de qué tan lejos nos pueden llevar las vacunas existentes. Esto es, las dudas sobra la eficacia aumentan día a día.
  • 10. ¿Por qué la vacuna AstraZeneca parece proteger más que la de Pfizer? “Tomás Hanke, profesor de inmunología de vacunas en el Instituto Jenner de Oxford, especuló que la vacuna AstraZeneca genera inmunidad más duradera porque su proteína de pico se mantiene durante más tiempo, promoviendo una respuesta inmunitaria más grande”.
  • 11. Según el experto, “cuando entregas ARN, como la vacuna Pfizer, entregas un número finito de moléculas de ARNm que finalmente se borran del sistema, pero cuando entregas el adenovirus, como lo hace AstraZeneca, entregas una plantilla que luego sigue produciendo estos ARNm que luego producen la proteína de pico, por lo que no hay techo”.
  • 12. Los problemas de Pfizer los ha analizado también la Clínica Mayo: de acuerdo a su información, “la protección contra la infección cayó del 91 al 76 por ciento entre febrero y julio para la vacuna fabricada por Moderna, y del 89 por ciento al 42 por ciento para la de Pfizer”.
  • 13. ¿Esa pérdida de eficacia es totalmente atribuible a la variante delta? ¿Se debe sobre todo a que la inmunidad otorgada por la vacuna disminuye con el paso del tiempo? Son preguntas que la ciencia deberá responder.
  • 14. El FT menciona también un estudio de Qatar sobre la variante delta: “Dos dosis de Pfizer fueron un 60 por ciento efectivas para detener la infección, sintomática o no, mientras que Moderna fue un 86 por ciento efectiva”.
  • 15. Estudios en mundo real en Inglaterra situaron en 88% la protección dada por dos dosis de Pfizer “para prevenir la infección sintomática con la variante Delta”.
  • 16. Estudios en Canadá y Escocia situaron la eficacia de esa vacuna frente a la variante delta entre el 79% y el 87%.
  • 17. Pero…
  • 18. “Los nuevos estudios parecen estar más en línea con la investigación en Israel, que encontró que la vacuna Pfizer fue solo un 41% efectiva para prevenir la infección sintomática en junio y julio”.
  • 19. Por las anteriores razones, y seguramente por otros estudios, Pfizer ha sugerido que es necesaria una tercera dosis, “probablemente entre ocho y 10 meses después de la segunda”.
  • 20. Comprendo que el gobierno de México no tenga dinero para dedicarlo a la adquisición de vacunas. Y que, por tal motivo, se rechace la tercera dosis con el argumento, infantil —y peligrosísimo si es la base de una estrategia—, de que se trata de simples ganas de vender más de empresas como Pfizer.
  • 21. Andrés Manuel ha dicho que las decisiones en la crisis sanitaria las tomarán científicos o científicas, no gente de la política. Con la pandemia castigando severamente a la sociedad mexicana —ayer, 850 muertes reportadas; 940 antier, y con contagios récord desde hace demasiados días — el presidente López Obrador debe encargar a científicos serios, no a burócratas, estudios acerca de si necesita, o no, la tercera dosis para realmente proteger a las sociedad, niños incluidos.
  • 22. Conste, presidente AMLO: se necesita que escuches a hombres y mujeres de ciencia que se dediquen exclusivamente a la ciencia, esto es, que no trabajen en el gobierno y se vean en la obligación de quedar bien con los jefes políticos para no perder sus cargos.
  • 23. Si dos médicos bien preparados —el epidemiólogo Hugo López-Gatell y el infectólogo Gustavo Reyes Terán— no tuvieran puestos públicos y, lógicamente, carecieran de ambiciones de crecer en el sistema, en este momento no estarían callados ante el desastre (Reyes Terán) o diciendo tonterías a diario (Gatell), sino que serían racionalmente muy críticos de lo que hace la 4T relacionado con el combate al coronavirus. Ellos no son críticos ante la tragedia porque la disciplina política les exige, precisamente, disciplinarse; eso o convertirse en ultratecnócratas despreciados por el poder; sí, como el economista Gerardo Esquivel, descalificado solo por tener un pensamiento independiente desde una institución del Estado, el Banco de México.
  • 24. Andrés Manuel, permíteme insistir y molestarte: invita a tus colaboradores a pensar y expresarse con toda libertad, aunque sus conclusiones alteren tu programa original de gobierno —por ejemplo, exigir que se gaste en terceras dosis de vacunas, aunque se suspenda el financiamiento del tren maya—.
  • 25. Te tocó gobernar, presidente AMLO, en el contexto de otra guerra —no solo la perdida guerra contra el narco que originó Calderón—, sino la mucho más catastrófica guerra contra el coronavirus, que todos, en todo el mundo, estamos perdiendo.