Rayuela

“Siempre ha sido, es y será un error repetir el insulto”. Lo ha dicho Rayuela, de La Jornada, a propósito de la lectura realizada por el presidente Andrés Manuel López Obrador de un tuit con numerosos insultos contra su esposa, Beatriz Gutiérrrez Müller.

En un primer análisis —basado en el crecimiento exponencial de las ofensas contra ella y su familia en redes sociales—, el error es no solo clarísimo, sino excesivamente costoso para Beatriz y AMLO en lo personal y, también, para el prestigio de la 4T.

Pero, ¿y si no se trató de un error, sino de la sorprendente apertura de una partida de ajedrez, la más trascendente del sexenio?

Si hay un político mexicano con mentalidad de ajedrecista, ese es AMLO. Quien lo dude, deberá revisar su biografía.

Dos estudiosos del cerebro del jugador de ajedrez, Fernand Gobet y Peter J. Jansen, dicen que el verdadero experto destaca, sí, por su capacidad de análisis, pero sobre todo por su intuición, que le permite descartar en breves segundos numerosas posibilidades relacionadas con la posición de las piezas en el tablero.

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Otros investigadores han concluido que los grandes maestros, además de pensar, “recurren a conocimientos ya almacenados”, es decir, a su experiencia y al estudio. Un verdadero especialista en el juego “ha acumulado mediante la práctica y el estudio entre 10 mil y 300 mil fragmentos de conocimiento, patrones que el sistema neuronal relaciona al instante con lo que sucede sobre el tablero”. (Fuente, ABC.es: https://www.abc.es/ciencia/abci-funciona-mente-ajedrecista-200712260300-1641516880385_noticia.html ).

El gran maestro se hace en el análisis de numerosas partidas, pero también participando en muchas otras. Es el caso de Andrés Manuel, estudioso del poder, y él mismo protagonista central de la disputa política mexicana en los últimos 30 años.

Creo que, experimentado e intuitivo, Andrés Manuel ha decidido abrir, ahora sí en serio, el juego más importante de la 4T, el de su sucesión. Lo es porque, si no hay continuidad de Morena en la presidencia, todo el proyecto lopezobradorista, por más reformas constitucionales que realice ahora mismo, terminará inevitablemente destruido.

Eligió AMLO como apertura el gambito de dama; sí, el muy famoso de la serie de Netflix. De dama, que quede claro el simbolismo y el rumbo que ha tomado el sistema político mexicano... ni hablar, el futuro es femenino, tanto en el partido en el poder como en la oposición.

El gambito de dama, leo en medios dedicados al ajedrez, en resumidas cuentas se desarrolla en tres movimientos: (i) las blancas mueven primero el peón de la dama dos casillas hacia adelante; (ii) enseguida, las negras responden moviendo su propio peón de dama también dos casillas hacia adelante, y (iii) las blancas responden adelantando dos espacios el peón de su alfil de dama.

La dama, hasta dónde conozco su historia, fue la última pieza que llegó al ajedrez tal como lo conocemos, y la única originada en Europa, específicamente en la ciudad española de Valencia en el siglo XV. Se le llamó así en honor a la poderosa Isabel la Católica. Es un reconocimiento al liderazgo político de las mujeres.

¿Por qué ha recurrido Andrés Manuel al gambito de dama? Porque intuye que la contienda presidencial de 2024 será ciento por ciento femenina. México exige esta transformación, ni duda cabe.

¿Beatriz candidata? No lo creo, no en las próximas elecciones presidenciales…, lo que pase después es difícil saberlo en este momento, pero sería ingenuo descartarlo.

AMLO parece estar calculando qué tan fuerte es la misoginia en México tomando como muestra representativa el debate en las redes sociales de internet.

El principal opositor al presidente López Obrador sigue siendo Felipe Calderón, quien en 2006 tiró el tablero y, en forma absolutamente ilegal, se robó las piezas y se quedó a la mala con la victoria.

A veces los ajedrecistas rechazan el reto planteado por el jugador que abre con el gambito de dama. No fue el caso de Calderón, quien después del movimiento de AMLO calculó, tomó su tiempo, analizó las cosas y terminó por aceptar el desafío: condenó en Twitter las ofensas a Beatriz Gutiérrez, pero exigió que cesen los ataques “desde el poder” contra su propia esposa, Margarita Zavala.

Más allá de que no es equiparable la saña en redes contra ambas mujeres —a Beatriz se le insulta muchísimo más y con mayor vulgaridad que a Margarita—, lo cierto es que Calderón cayó en la celada que le puso AMLO, a él como representante fundamental de la derecha, y dejó perfectamente clara su estrategia: maniobrará en la oposición para que la señora Zavala sea, otra vez, la candidata, ahora de unidad aclamada por los dirigentes priistas, panistas, perredistas y emecistas.

¿Lo permitirá el panismo que domina en el PRI, el PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano? La verdad de las cosas es que no tendrán opción: la desmedida misoginia en redes solo refleja impotencia de los machos mexicanos incapaces de resignarse a la realidad de que ya está nuestra nación no solo más que preparada para el gobierno de una mujer, sino decididamente en esa ruta.

Margarita Zavala no es la única con posibilidades en la oposición. Podría crecer, rápidamente —tal vez con mayores opciones de éxito— , la gobernadora de Chihuahua, Maru Campos, militante del PAN. Dependerá de su arranque en aquella entidad.

En Morena el propio Andrés Manuel ha nombrado como presidenciables a dos de sus colaboradoras en el gabinete —Rocío Nahle y Tatiana Clouthier— y a su aliada en la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

¿Aceptarán una candidatura femenina Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard? Excepto como cortesía, no creo que nadie les vaya a buscar para intentar convencerles; si acaso, se le ofrecerá alguna cosilla por ahí en una mínima negociación, ya que poder de veto, lo que realmente significa poder de veto no tienen, no en la 4T.