Durísimo, inmerecido golpe recibió el presidente López Obrador en la antigua Bizancio. Se lo dio la cónsul Isabel Arvide. Esta mujer nunca ha sido prudente, pero esta vez de plano rebasó todos los límites, ya que traicionó la confianza que en ella depositó Andrés Manuel al designarla para representar a México en la mayor ciudad de Turquía.
Arvide dio el Grito en aquella ciudad y cometió el terrible exceso de lanzar vivas a AMLO. Generó un escándalo, primero en el lugar en que ella encabezó la ceremonia por la independencia de México, y después en nuestro país.
Hoy, en Milenio, Epigmenio Ibarra, uno de los más leales aliados de AMLO, denunció a los traidores y a las traidoras. Dijo que en las si en las “fiestas patrias se recuerda a los héroes y se les rinde homenaje”, resulta preciso también “no olvidar” a quienes traicionan. Ojalá Epigmenio y el resto de la gente que tanto ha hecho por la 4T, se pronuncie por un castigo ejemplar a Isabel Arvide, la cónsul que ha traicionado a López Obrador y a su proyecto.