Hoy, en Milenio, Epigmenio Ibarra expresa su molestia por un hecho lamentable: que José Woldenberg, un hombre fundamental en la construcción de nuestra democracia, se haya vuelto loco. Enloqueció, sí. De otra manera no puede explicarse que un intelectual normalmente circunspecto comparara con los perros de Pavlov a quienes votarán en la primera consulta popular de la historia, la que se celebrará el 1 de agosto.
Se pasó el señor Woldenberg, no hay la menor duda, pero siempre hay alguien peor: Carlos Marín, en el mismo diario en el que colabora Epigmenio, dijo que solo los “pendejillos de indias” participarán en esa consulta para juzgar, o no, a cinco expresidentes.
Por lo demás, a Marín tal ejercicio democrático le parece un linchamiento contra los expresidentes Carlos Salinas, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto; no hay tal: investigarlos puede representar un problema de gobernabilidad, así que, en principio, se ve sensato que todos opinemos acerca de si vale la pena intentar castigar a personajes que tuvieron poder excesivo, que no lo han perdido completamente y que inclusive siguen activos en la política, sobre todo por la vía de patrocinar movimientos para nada democráticos contra la izquierda mexicana ahora mismo en el poder.
Por cierto, el mencionado ex director editorial de Milenio no entiende “que se perdone a Luis Echeverría”. Desde luego, no es así. A Echeverría no se le perdona, pero no se le incluye en los debates sobre la consulta por su edad: en unos meses será un hombre centenario, y por lo tanto no está en condiciones para responder por cualquier cosa mala que haya hecho hace más de medio siglo.
Epigmenio, por su parte, ha hecho una “modesta proposición” a quienes rechazan la consulta: “en lugar de empeñarse en destruir la democracia, la aprovechen y con argumentos y por las buenas, intenten frenar el juicio a los expresidentes y quitar a López Obrador”.
¿Quitar a López Obrador? Se refiere a una segunda consulta, la de 2022, en la que la gente en las urnas decidirá si Andrés Manuel debe seguir, o no, en la presidencia de México.
Yo estaba muy animado para participar en la consulta del próximo agosto. Especialmente me convencieron los argumentos de la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Shainbaum: “Es fundamental la participación ciudadana, que sea en uno u otro sentido, pero que haya una participación ciudadana en este ejercicio de democracia participativa único es nuestro país”.
Sí, se antoja acudir a las urnas para vivir una experiencia tan democrática, pero…
…creo que no lo voy a hacer: me quitó las ganas el principal promotor de la consulta, Andrés Manuel López Obrador, quien ayer dijo: “No voy a participar ni voy a votar porque se enjuicie a los presidentes”.
Si AMLO no vota, yo tampoco. Así, de plano. Me desconcierta que el presidente de México coincida con Woldenberg y Marín en su negativa a acudir a las casillas en la consulta sobre los expresidentes; entonces, yo también me voy a abstener.
Pero en la consulta del próximo año sí votaré: me formaré en las filas desde antes de que abran las casillas para apoyar a Andrés Manuel, quien debe dejar el gobierno en 2024, no antes. Dejemonos ya de insensateces.
A diferencia de Epigmenio no invito a nadie a “intentar quitar a López Obrador”. Ni como broma, menos aún como apuesta o reto a rivales ideológicos, deseo contemplar tal posibilidad.
Lo que sí haré será pedir a todas las personas que este 2021 votaron contra Morena, a que guarden sus ganas de ir contra el gobierno de izquierda para volverlas a sacar en las elecciones presidenciales de 2024.
Nadie en su sano juicio debe votar contra Andrés Manuel en 2022. Creo que es algo que entenderán hasta los más apasionados derechistas, neoliberales, conservadores, fifís, clasemedieros, aspiracionistas, etcétera.
El peor escenario para México sería el de los barrios, municipios y estados con mayor presencia de clase media perder la consulta para la revocación del mandato frente a las colonias, los poblados y las entidades donde hay más gente pobre.
¿Quieren ustedes un México tan dividido? Yo tampoco.
En 2022 debemos unirnos, algunos honestamente a favor de AMLO, y otros simplemente para decir no al caos, así sea solo teórico, de adelantar el fin de un periodo presidencial.
Ya en 2024 que cada quien apoye al proyecto político que más le convenza o le convenga.