Supongo que Carlos Loret de Mola dice la verdad en su columna de El Universal. No es su estilo mentir cuando da a conocer hechos. Miente, sin duda, e inclusive calumnia cuando opina sobre AMLO, pero no cuando publica lo que voy a llamar aquí información dura que se ha mantenido oculta.

Veamos una síntesis del escrito de Loret de este viernes 18 de junio de 2021:

Hay documentos relacionados con la construcción de la Línea 12 del metro capitalino relacionados con el “Fideicomiso Singapur”.

Singapur, sí, risueño paraíso fiscal asiático.

Según le relatan “fuentes muy bien enteradas” al señor Loret de Mola, “existe un fideicomiso secreto en Asia hasta donde fueron llegando recursos presuntamente vinculados a la construcción y operación de la Línea 12”.

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El columnista de El Universal habla de 1 mil 100 millones de pesos que debieron haberse usado en la también llamada Línea Dorada y que se desviaron a Singapur.

√ Mucho dinero que ha estado “fuera de toda revisión y auditoría”.

√ ¿Quién se llevó a Singapur los 1 mil 100 millones de pesos a Singapur? ¿Específicamente para qué?

Carlos Loret, por alguna razón que solo él conoce, ha sido fiel al refrán de “se dice el pecado pero no el pecador”.

¿A quién protege el periodista, a medias nada más, ya que después de difundida una falta de ese tamaño, los lectores no necesitamos exprimir demasiado los sesos antes de concluir que muy pocas personas —dos o tres— relacionadas con la construcción de la Línea 12 podían realizar una transa multimillonaria como la descrita por Loret?

¿Quién tenía la capacidad de, simple y sencillamente, tomar más de 50 millones de dólares de las finanzas del metro de la Ciudad de México para llevarlos con tanta facilidad a un destino especializado en lavado de dinero?

El que debe responder de inmediato a la columna de Loret de Mola es Mario Delgado, hoy triunfante dirigente de Morena, que en aquel tiempo era el responsable de las finanzas de la Línea 12.

Mario queda obligado a aclarar si se dio cuenta de los desvíos a Singapur, si lo obligaron a callar para que tales hechos se dieran, si él mismo participó en el negocio, si lo engañaron, si lo que sea…

Desde luego, Macearlo Ebrard también debería interesarse seriamente en el asunto; el hoy canciller no era el encargado directo de manejar los recursos monetarios de la Línea 12, así que lo narrado por Loret pudo haberlo ignorado. Pero, tal como están las cosas, lo mejor para Ebrard será exigir que eso quede perfectamente transparente.

Otro que podría explicar dónde quedó la bolita es el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Ciudad de México, Santiago Nieto. No creo que en Singapur estén tan cerrados a las solicitudes de información del gobierno mexicano.